Los 62 mejores trucos caseros de cocina ¡infalibles!

Descubre la mejor forma de ahorrar y ganar sabor en tus platos favoritos, con los trucos caseros de cocina más sencillos y eficaces.

21m 53s
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¿Cómo corregir el exceso de grasa de un guiso y mejorar su sabor?, ¿cómo aprovechar la pasta sobrante?, ¿quieres conseguir unos aros de cebolla más crujientes y jugosos? La cocina dejará de tener secretos para ti después de fichar estos trucos caseros de cocina, ¡no fallan!

1. Bizcocho que se resiste

Es un clásico. Has preparado un delicioso bizcocho que se resiste a dejar su molde. No te preocupes, déjalo un buen rato sobre un paño húmedo y después podrás desmoldarlo con facilidad.

2. Harina para bizcochos

La harina más adecuada para preparar bizcochos es la de "repostería" o "harina floja". Debe mezclarse con la levadura y después tamizarla para que quede fina. Hay que trabajar la mezcla con mucha suavidad.

Si alguna receta de bizcocho no quieres elaborarla con harina de trigo, podrás sustituirla por harina de soja a razón de 3/4 del total de harina requerida para la receta, y el 1/4 restante deberá de ser de gluten de trigo para que el resultado sea satisfactorio.

3. Masa de galletas

Una mezcla de harina y azúcar es lo más apropiado para evitar que la masa de unas galletas se pegue en el mármol. Además, quedarán más crujientes.

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4. Bizcochos con frutos secos, más sabrosos

Los frutos secos son un ingrediente muy frecuente en los bizcochos y cakes, además de ser un alimento muy beneficioso para la salud por su riqueza en grasas insaturadas.

Eso sí, conviene que tengas muy presente un truquito: cuando quieras introducir frutos secos, pasas u otra fruta seca en un bizcocho, recuerda meterlos, horas antes, en una infusión de té fuerte. Conseguirá ablandar los frutos y además aportará un sabor inigualable. ¡Te encantará!

5. Soufflé más firme

Para que los soufflés lleguen a la mesa sin desmoronarse, muy esponjosos, con cuerpo y asegurarte así un resultado positivo, agrega un poco de bicarbonato a las claras a punto de nieve. Otra opción es añadir una cucharadita rasa de maicena por cada 3 huevos. De todos modos, recuerda que el soufflé es un plato que no puede esperar y ha de servirse al momento.

6. Rebozados más sabrosos

Si los rebozados te resultan algo insípidos y además no quedan todo lo crujientes que te gusta, añade al huevo batido una cucharadita de bicarbonato. ¡Verás qué diferencia! Además, mezcla el pan rallado con ajo y perejil picado para potenciar aún más el sabor.

7. Empanados perfectos

Para elaborar unos ricos escalopes empanados, lo mejor es que una vez esté rebozada la carne, la dejes reposar un rato antes de freír. Así el empanado se adherirá a la carne y no se separará cuando lo frías en la sartén. Obtendrás unos empanados perfectos y bien presentados.

Además, para que tus empanados queden más consistentes, añade al huevo batido una cucharada de aceite de oliva.

Si quieres darle un mayor sabor y aroma a tus empanados y para todos aquellos platos que requieran añadir pan rallado, mezcla con este algunas hierbas secas picadas a tu gusto: perejil, orégano, romero, salvia o pimentón. Elige una sola hierba o haz un combinado mezclando varias. Realzará el sabor y aroma de tus platos.

8. Exceso de grasa en un guiso

Los guisos tradicionales te pierden, sin embargo, es conveniente vigilar la cantidad de grasa en la dieta. Para remediarlo sin tener que renunciar a degustar tu plato favorito, añade una hoja de col y deja cocer el guiso un poco más. Esta hortaliza tiene la capacidad de absorber la mayoría de la grasa y, además, le dará al guiso un sabor especial y delicioso. ¡Pruébalo!

9. Guiso salado

Si el guiso ha quedado demasiado salado, añade un chorrito de leche fría o un par de cucharaditas de yogur natural para desalarlo. También puedes echar en el recipiente donde lo estés cocinando uno o dos terrones de azúcar. Otra solución consiste en poner una patata pelada y partida en dos, de modo que absorba cierta cantidad de sal.

Además, si llegan invitados y necesitas doblar las cantidades de alguna de tus recetas favoritas, recuerda que solo debes aumentar en un 50% la dosis de sal, de lo contrario la comida saldrá demasiado salada.

10. Cocinar con jamón

Si vas a preparar algún plato guisado al que le piensas añadir jamón, pero temes que éste sea demasiado salado, introdúcelo en un plato con leche tibia durante un cuarto de hora. Verás como se desala y no te estropeará el guiso.

Además, evitarás que el jamón se reseque demasiado cuando lo cocines si lo añades casi cuando el plato esté hecho. También debes evitar que se fría más de 3 minutos para que no sale en demasía el plato.

11. Corregir el exceso de picante

A veces al seguir una receta en la elaboración de un plato se puede abusar, sin querer, de algunos condimentos obteniendo un resultado más intenso de lo esperado. Para conseguir un plato con un buen equilibrio de sabores se puede recurrir a algunos trucos que ayuden a conseguir el sabor deseado. Una de las soluciones a un plato demasiado picante es utilizar lácteos. Se trata de una de las mejores maneras para corregir y neutralizar el exceso de picante. Sólo con añadir un poco de leche o yogur bastará para conseguir reducir este sabor.

12. Sopas perfectas

Si quieres potenciar el sabor de un caldo o sopa, añade un chorrito de jerez, o brandy si se prefiere, durante la cocción. Si descubres que la sopa está demasiado salada, ponle remedio. Introduce en la sopa una cucharilla de plata muy limpia y vierte además medio vaso de leche fría. Deja que la sopa hierva a fuego medio durante 15 minutos.

Para espesar las sopas, nada mejor que añadir un poco de puré de patatas instantáneo. Espesará de forma rápida y eficaz sin alterar el sabor.

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13. Caldo de carne base

Para hacer un buen caldo de carne necesitas 1 hueso de jamón,1 espinazo, 2 esqueletos de pollo, pimienta, sal y una hoja de laurel. Se ponen a cocer en agua los ingredientes citados (más o menos agua dependiendo si se desea un caldo más concentrado o menos) y se obtendrá un caldo de carne base para cualquier receta que lo requiera.

14. Prácticos cubitos de caldo casero

Solo tienes que congelar el caldo que hayas cocinado en bandejas para cubitos de hielo. Guarda en el congelador y añádelos al guiso directamente cuando los necesites.

15. Aprovechar la pasta sobrante

¿Quieres aprovechar la pasta sobrante? Guárdala en la nevera envuelta en un paño bien limpio y húmedo. Cuando vayas a servirla, colócalo en un colador sobre una olla de agua hirviendo. El vapor devolverá la forma a la pasta, la rehidratará y estará jugosa de nuevo.

16. Descongelar pan rápidamente

Si te has quedado corta al calcular el pan que necesitas o te han llegado invitados de improviso y no tienes tiempo de descongelar el pan despacio, hay solución, envuélvelo en papel de aluminio y lleva a horno fuerte durante 5 minutos. ¡Habrás salido del apuro con rapidez y eficacia! Eso sí, el pan debe consumirse inmediatamente sale del horno, ya que después se acartonará.

17. Devolver la frescura al pan

Para devolver la frescura al pan, píntalo con agua utilizando una brocha. Envuélvelo después con una hoja de papel de aluminio y caliéntalo durante unos 10 minutos a temperatura media. Se ajustará el tiempo según se requiera hasta obtener la elasticidad deseada.

18. Pan rallado

El pan del día resulta muy difícil de rallar ya que al estar tan tierno y fresco tiende a romperse y desmenuzarse. Si no queda otro remedio que rallar pan tierno, deberá congelarse primero. Además, si normalmente conservas el pan rallado en un bote cerrado herméticamente, acuérdate antes de hacerle un agujero en la tapa, de lo contrario se enranciará con rapidez.

Para que te sea más fácil y rápido limpiar los ralladores de pan, antes de usarlos úntalos con un poco de aceite.

19. ¡Adiós al olor a pescado en la cocina!

Al cocinar pescado suele quedar un fuerte olor en la cocina. Para eliminarlo, pon a hervir un poco de vinagre en una cazuela y verás cómo desaparece enseguida. Si lo prefieres, también puedes colocar en la encimera un tazón de vinagre para absorber el humo y desodorizar.

20. Reducir el olor a fritura

Para reducir el olor a fritura que queda en la cocina y se esparce por la casa cuando cocinas, agrega una rama de perejil fresco cuando frías los alimentos.

21. Bacalao bien desalado

Si después de desalar el bacalao realizando la operación de remojo en agua 24-48 horas cambiándole varias veces el agua durante ese tiempo, descubres que aún no se ha desalado lo suficiente, introduce el bacalao en una fuente cubierto con leche y unos dientes de ajo sin pelar. Deja reposar al menos un par de horas en la nevera. Verás como ahora sí el bacalao habrá quedado perfectamente desalado.

Para reconocer un bacalao seco de buena calidad debes fijarte en que su tonalidad sea marfil. Cuando el tono es demasiado blanco puede significar que no ha sido salado suficientemente. Si presenta un tono bastante amarillo indicará que está viejo.

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22. Aprovechar el queso reseco

Si se ha quedado reseco, córtalo en láminas finas, pásalo por huevo batido y empánalo. Luego, fríe las láminas en aceite muy caliente. ¡Delicioso!

23. Calamares rebozados esponjosos

Si quieres que los calamares a la romana que vas a preparar queden mucho más esponjosos, sigue estas instrucciones: bate el huevo y añade un buen chorro de zumo de limón. Aparte, mezcla la harina con un poco de levadura en polvo… ¡Verás qué sabrosos quedan!

24. Albóndigas jugosas

Si quieres que las albóndigas que preparas queden más esponjosas y ricas, añade a la mezcla habitual con la que las preparas un poquito de puré de patata. ¡Te sorprenderá lo buenas que quedan!

25. Pollo más tierno y jugoso

Una técnica secreta, quizás ya no tanto, para conseguir que el pollo quede más jugoso es marinarlo previamente. En más de una ocasión a la hora de preparar el pollo por las características de la carne en sí y su poco contenido en grasa suele quedarse un poco seco. Un truco es la técnica de marinarlo con lácteos. Se trata de una práctica muy común en países anglosajones pero muy útil para conseguir ese efecto tan deseado de una carne tierna y jugosa.

La mezcla para marinar el pollo se basa en usar un poco de leche, sal, aceite de oliva y especias o condimentos para dar un toque más interesante al plato. Durante al menos 30 minutos se deja reposar la carne en esta preparación. Después, se puede cocinar a la plancha o rebozado y, finalmente, sólo queda disfrutar del resultado.

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26. Cortar cebollas sin llorar

Hay varios trucos que se usan para evitar el lagrimeo cuando se pelan cebollas, pero este da muy buen resultado: cuando se troceen se debe respirar por la boca y no hacerlo por la nariz. Otra opción es sumergir la cebolla en agua caliente y trocearla bajo el chorro de agua del grifo. También se recomienda poner en la tabla que vamos a utilizar para cortar la cebolla unas gotas de zumo de limón.

27. Cebollas que no pican

Si no quieres que la cebolla cruda pique, antes de consumir, déjala en remojo en vinagre durante media hora.

Otra solución para suavizar el sabor de la cebolla en crudo para tus ensaladas, consiste en cortarla y colocarla en un plato con un poquito de azúcar espolvoreada. Luego, lávala y estará lista para añadir a la ensalada. Si lo prefieres, para suavizar el sabor pronunciado que posee la cebolla cruda, basta con cortarla en juliana y dejarla en un plato con aceite de oliva durante 30 minutos. Después podrás añadirla a la ensalada.

28. Cebollas con más sabor

Si quieres reforzar el sabor de la cebolla, deberás sumergirla durante 15-20 minutos en agua con sal. Después se cocina como de costumbre o según la receta.

29. Cebolla frita

Para que al freír la cebolla, ésta se dore pero no se queme, simplemente añade un poco de harina.

Además, para que la cebolla que vayas a utilizar en un guiso quede bien dorada, añade además de sal un poco de azúcar, quedará suave y exquisita.

30. Aros de cebolla crujientes por fuera y jugosos por dentro

Los aros de cebolla bien cocinados son una delicia. Para que resulten más crujientes, antes de freír los aros, ponlos a remojo en leche durante, aproximadamente, quince minutos. Así también resultarán más jugosos.

Patatas fritas - Storyblocks

31. Patatas fritas crujientes

Si quieres conseguir unas patatas fritas muy crujientes, pélalas y córtalas a bastoncitos. Después se salan y se congelan.

Cuando se vayan a preparar, pon a calentar abundante aceite de oliva en una sartén. Una vez muy caliente se añaden las patatas sin descongelar y se retiran con una espumadera cuando están doraditas. Colócalas sobre una rejilla para que eliminen el exceso de aceite y sirve de inmediato.

Otra opción para conseguir que tus patatas fritas queden mejor que nunca, muy crujientes y bien doradas: antes de freírlas, sécalas bien con un paño y espolvorea con un poquito de harina.

También podrás conseguir que queden en su punto si una vez peladas y cortadas las pones en un colador grande bajo el chorro de agua fría. Después deja que se escurran bien y sécalas completamente con un paño limpio. Ponlas a freír en abundante aceite, primero a fuego moderado y luego súbelo.

32. Patatas panadera perfectas

Cuando se cocinan al horno unas patatas en rodajas tipo panadera, suele suceder que se quedan pegadas unas a otras. Para evitarlo, se pasan las rodajas de patata antes de llevarlas al horno por agua fría, después se secan bien con papel de cocina absorbente y finalmente se rocían con un poco de aceite de oliva. Posteriormente se cocinan en el horno como de costumbre.

33. Puré de patatas más suave y sabroso

Para que el puré de patata resulte más sabroso y suave, hierve las patatas junto con 4 o 6 nueces peladas en una mezcla de 2/3 de leche y 1/3 de agua. Quedará riquísimo.

34. Evitar salpicaduras al freír alimentos

Para evitar que el aceite salte, te salpique y engrase la cocina cuando fríes cualquier alimento, pon un poco de sal en el aceite donde vayas a freír.

35. Huevos fritos que no salpican

Cuando frias huevos, pon en el aceite antes de echar el huevo un poquito de harina común o harina de maíz con la punta de un cuchillo, solo hace falta una puntita, se fríen tranquilamente sin saltar una chispa.

36. Huevos frescos

Para saber si están en buen estado, introdúcelos uno a uno en un cuenco con agua. Si está fresco, el huevo debe caer al fondo. En el caso de que suba a la superficie en posición ladeada, no lo consumas.

37. Separar la yema de la clara

Cuando en cualquier receta tengas que separar la yema de huevo de la clara, no lo hagas con la cáscara de huevo, ésta contiene impurezas que podrían contaminar el alimento. Lo mejor es utilizar un colador. Haciéndolo así la clara caerá y la yema quedará en la superficie.

38. Pelar pimientos asados fácilmente

Recién asados los pimientos, introdúcelos en una bolsa de plástico y envuelve con 2-3 hojas de papel de periódico. Transcurridos 10-15 minutos retira el papel de periódico, saca los pimientos de la bolsa de plástico y la piel saldrá con mucha facilidad.

Además, si has asado pimientos y queda sobrante, ponlos en un bol en la nevera cuando hayan escurrido bien los jugos y cúbrelos con aceite de oliva crudo. Se conservarán algún tiempo en perfectas condiciones.

39. Judías verdes tiernas y llenas de sabor

Cuando compres judías verdes comprueba que las vainas tienen un color verde intenso y no presentan manchas. Las vainas deben ser rígidas y al doblarlas tienen que romperse con facilidad.

40. Arroz blanco suelto

Nada peor que un arroz blanco apelmazado. Evita que los granos se peguen entre sí cocinando el arroz con un poco de zumo de limón o una corteza de limón. En el caso de que aún no queden a tu gusto, enjuaga el arroz en un colador con agua bien fría y luego sécalo bien.

Cocerás el arroz perfecto, si por cada taza de éste añades 2 de agua, hierves 10 minutos a fuego vivo y seguidamente otros 10 minutos a fuego muy lento sin remover.

Cuando el arroz que hayas cocinado se pasó, enjuágalo muy bien en agua fría, escúrrelo y después introdúcelo en el horno a temperatura media durante unos minutos.

Evitarás que el arroz se pase en las sopas cociéndolo aparte, refrescándolo después bajo el chorro de agua fría y luego incorporándolo a la sopa al final, un par de minutos antes de servir.

¿Arroz frito? Para evitar que el arroz se pegue al freírlo, se debe calentar mucho el aceite en la sartén antes de agregar el arroz. Quedará perfecto.

Arroz blanco - Storyblocks

41. Cuando el arroz tiene que esperar

Si tus invitados se retrasan y tienes un delicioso risotto preparado para ellos, intenta conservarlo hasta su llegada introduciéndolo en el horno, tapado, a temperatura bajísima. Remuévelo con cuidado de vez en cuando. Cuando lleguen, el arroz seguirá estando suelto, jugoso y no se habrá resecado.

42. Arroz quemado/pegado

Si se ha pegado el arroz, retira la cazuela de la lumbre y coloca sobre el arroz una corteza de pan. Tapa la cazuela y deja reposar 5 minutos. Transcurrido ese tiempo el pan habrá logrado absorber el sabor a quemado.

43. Gratinados con queso perfectos

Tus platos gratinados con queso quedarán perfectos, si además de poner unos trocitos de mantequilla por encima, deshaces el queso ligeramente en el horno al calor y seguidamente gratinas el tiempo suficiente para que tome un bonito tono dorado. De esa forma la superficie no se requemará y obtendrás un gratinado cremoso y bien presentado.

44. Mayonesa perfecta

Para que la mayonesa salga perfecta, el aceite, los huevos y el recipiente donde se vaya a elaborar deben estar tibios. En el caso de que la mayonesa se corte, vierte una yema de huevo en otro recipiente y únela poco a poco a la mayonesa cortada. Si se prefiere puede añadirse un trocito de patata cocida, machacada y fría.

45. Espesar alioli

Si quieres evitar que la salsa alioli quede muy líquida, añade unas nueces trituradas.

46. Bechamel perfecta

La cantidad de bechamel que requerirás depende de cada receta, pero las proporciones siempre serán las mismas, tenlas en cuenta:

  • El mismo peso de mantequilla que de harina.
  • La cantidad de leche que añadirás será 5 veces el peso de la mantequilla y la harina juntas.

Consigue una bechamel sin grumos reemplazando la tradicional cuchara de palo para remover por un tenedor con una patata pelada clavada en sus dientes. Evitarás que se formen grumos y la salsa te quedará muy suave. No obstante, si quedó algún grumo una vez elaborada la bechamel, la mejor solución es pasarla directamente por la batidora.

Si la bechamel ha quedado demasiado ligera, puedes espesarla disolviendo una cucharada de maicena (harina de maíz refinada) en un poco de leche fría y añadiendo a la salsa. Deja cocer unos minutos.

47. Espesar salsas

Puedes espesar fácilmente cualquier salsa, diluyendo un poco de maicena (harina de maíz refinada) en algo de caldo o leche fría, después añade a la salsa.

48. Ajo y perejil siempre a mano

El ajo y perejil son condimentos imprescindibles en la cocina. Para que siempre los tengas a mano, limpia el perejil, sécalo con papel de cocina absorbente y reserva las hojas. El ajo se pela y se corta por la mitad retirando el germen. Picarlo y colocarlo en una cubitera junto con el perejil. Cubrir con papel film y congelar.

49. Ralladura de limón siempre lista para utilizar

Limpia bien un limón, ralla la piel y guárdala en un recipiente cerrado herméticamente en la nevera. Así, cuando la necesites para hacer algún postre, la tendrás lista y ahorrarás tiempo.

50. Sandía jugosa

Al comprarla comprueba que tiene bastante peso con relación a su tamaño. Golpéala con la palma de la mano hueca y observa que el sonido es limpio.

La sandía entera puedes conservarla durante bastante tiempo a temperatura ambiente, pero una vez abierta debes guardarla en la nevera cubierta con plástico de cocina y consumirla lo antes posible.

51. Fruta en almíbar

Para evitar que se estropee la fruta en almíbar que no consumas, sácala de la lata y guárdala en botes de cristal. Cubre con el almíbar sobrante.

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52. Vino siempre listo para cocinar

Cuando sobre de alguna botella un poco de vino, guárdalo vertiéndolo en las bandejitas para cubitos de hielo y congélalo. De esa forma siempre tendrás vino preparado para agregar a guisos, sopas... sin tener que abrir una botella para agregar un chorrito.

Además, cuando tus recetas requieran añadir un vino seco, el jerez es ideal. Solo ten en cuenta no pasarte con la cantidad y ceñirte a la que indica la receta para evitar que estropee el sabor del guiso.

53. Sustituto del vino

La sidra seca puede ser un sustituto ideal del vino en la elaboración de tus recetas. Por otra parte, la sidra es una apuesta original y del todo apropiada para servir con pescados en lugar del clásico vino blanco o rosado. Si tampoco tienes sidra, podrás sustituir el vino por un caldo que aromatices con especias. Tendrás el problema resuelto por ese día.

54. ¿Vinagre demasiado intenso?

Si al probar el vinagre te resulta demasiado agrio y con un sabor muy fuerte para tu gusto, podrás dulcificarlo si pelas una manzana, la troceas y la introduces dentro de la botella de vinagre. Al día siguiente cuando vayas a utilizarlo, notarás el cambio.

55. Sal sin humedad

Para que la sal no se apelmace y quede libre de humedad, coloca en el salero algunos granos de arroz vaporizado. Sin embargo, si no has tenido en cuenta el truco anterior y la humedad ha provocado que la sal se apelmace, podrás secarla rápidamente colocándola sobre papel absorbente e introduciéndola después en el microondas durante 1 minuto a máxima potencia.

56. Mantequilla de ajo en 10 minutos

Si quieres preparar en 10 minutos una deliciosa mantequilla de ajo para servir junto al pan, solo tienes que fundir una pastilla de mantequilla al baño maría y mezclarla con unos ajos majados. Salpimenta. Obtenida una pasta se deja enfriar en un molde. ¡Riquísima sobre pan recién tostado!

57. Cocinar con mantequilla

Para evitar que la mantequilla se queme cuando dores y sofrías cualquier alimento en ella, añade un chorrito de aceite.

58. Mantequilla de cacahuete reseca

Si la manteca de cacahuete se ha resecado demasiado, añade una cucharada de miel líquida y remueve bien.

59. Hierbas aromáticas frescas

Para conservar el aroma de las hierbas, mételas en una bolsa de plástico para bocadillos o congelados, sopla en ella para inflarla y séllala. Las hierbas aromáticas se conservarán en perfecto estado.

En el caso de la hierbabuena, si quieres que sus hojas duren mucho más tiempo frescas, introdúcelas en un recipiente hermético cubiertas de agua. Guárdarlas en la nevera.

60. Botes de conservas difíciles de abrir

Para abrir la tapa metálica de un bote de conserva que se resiste, toma nota de un truquito muy eficaz: pon un poco de agua a calentar en una cazuela y cuando el agua esté a punto de hervir, introduce el frasco boca abajo, de modo que el agua llegue a cubrir completamente la tapa. Déjalo unos segundos. Inmediatamente después podrás abrir la tapa sin dificultad.

61. Tapones de rosca difíciles de abrir

A veces los tapones de rosca de las botellas se resisten y resultan muy difíciles de abrir, la solución es enroscar a su alrededor una goma elástica bien prieta, así evitarás que te resbale en la mano y podrás abrirlo con mayor facilidad.

62. ¿Tapadera rota?

Cuando no tengas la tapadera de alguna cazuela o se haya roto, improvisa una cubriendo la cazuela con papel de aluminio.

¿Quieres conocer más secretos?, ¿te gustaría compartir ese consejo que siempre te da resultado? No te pierdas nuestra sección especial de trucos de cocina donde tú eres la protagonista.

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