Cómo evitar el cáncer de piel

La incidencia del cáncer de piel aumenta un 4% cada año, la radiación solar es el principal elemento que interviene en su aparición. Descubre las principales pautas para evitarlo y disfrutar del sol este verano con seguridad.

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El cáncer de piel es el cáncer más frecuente y de mayor prevalencia entre los seres humanos, siendo clave en su prevención, conocer las pautas a seguir para evitarlo. Así, en el contexto de la celebración del Día Europeo de la Prevención del Cáncer de Piel el próximo 13 de junio, el doctor Joan Ramón Garcés, uno de los mejores especialistas en dermatología que lleva realizadas más de 1.500 intervenciones de Cirugía de Mohs para la eliminación de tumores cutáneos, nos ofrece algunas recomendaciones básicas para reducir la incidencia de este tipo de cáncer y nos explica en qué consiste y qué personas son más propensas a padecerlo.

"Una correcta prevención y concienciación de los elementos de riesgo, junto a un diagnóstico precoz del cáncer de piel son la clave para una curación total", asegura el doctor Garcés.

El sol y el cáncer de piel

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Los factores de riesgo que intervienen en la aparición del cáncer de piel son varios: la constitución determinada del paciente (su genética); las agresiones exteriores conocidas como nocivas (productos químicos, los pesticidas, el arsénico, fármacos inmunosupresores, algunos virus,…); y el elemento de mayor relevancia, la radiación solar ultravioleta, motivo por el que se ha de evitar a toda costa las quemaduras solares. "Una quemadura solar, sobre todo en la infancia, puede desarrollar en un futuro un cáncer de piel. Y a más quemaduras, más posibilidades", afirma el experto.

Sin embargo, esto no significa que haya que demonizar del sol. "El sol es bueno e imprescindible para la vida, y no podemos culpar al sol del cáncer del piel, igual que no podemos culpar a la comida de la obesidad. Simplemente hay que aprender a relacionarse con el sol", nos explica el doctor Garcés. Así, es básico conocer la piel y las consecuencias de un exceso de sol en forma de quemadura solar, a corto plazo, y en forma de envejecimiento cutáneo, arrugas, flacidez, manchas e incluso cáncer de piel a largo plazo.

Cómo identificar el cáncer de piel

Cualquier parte de la piel puede llegar a desarrollar un cáncer ya que cualquier célula cutánea es capaz de propagarse de manera autónoma e ilimitada invadiendo los tejidos vecinos y conformando lo que denominamos cáncer de piel. "El cáncer de piel tiene diferentes grados de malignidad que dependerán de su capacidad de extensión local, regional o de su impacto en el resto de órganos del cuerpo", asegura el doctor Joan Ramón Garcés. "Y aunque se manifiesten de formas diferentes, cualquier lesión (grano, costra, cicatriz, herida, bulto, peca…) que aparezca, cambie, sangre o crezca sin motivo aparente y no tienda a la curación y empeore debe ser controlada por un dermatólogo".

Desde la clínica Martín Anaya, nos dan una serie de advertencias para detectar problemas más o menos graves en la piel:

  1. Nos podemos empezar a preocupar si la mitad de un lunar no es igual que la otra mitad.
  2. También hay que estar atentos a los bordes irregulares, borrosos o dentados.
  3. Los colores más peligrosos son los rojizos, blanquecinos y azulados sobre lesiones de color negro.
  4. También hay que estar atento cuando el lunar mida más de 6 milímetros o aumente de tamaño.

Los expertos también alertan que la gran mayoría de cambios y lesiones en la piel no son un cáncer, pero siempre que se tengan sospechas fundadas es importante consultarlo con el especialista, que mediante una biopsia cutánea indolora podrá analizar y ver si realmente se trata de una lesión maligna o no. "Un diagnóstico precoz en estos casos representa la total curación", aclara el doctor Garcés.

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¿Qué tipo de personas son más propensas a padecer cáncer de piel?

Hay perfiles de personas más propensas a padecer el cáncer de piel que otras. Así, las personas que tienen poca melanina (pigmento que protege la piel del sol), con ojos claros y cabello rubio o pelirrojo, y que se queman con facilidad al tomar el sol, cuentan con 20 o 30 veces más posibilidades de tener cáncer de piel que las morenas que se broncean con facilidad.

Del mismo modo, los pacientes con un deficiente sistema inmunitario (defensas), están también más debilitados frente a la aparición de un tumor cutáneo. Las personas con nevus atípicos (lunares de forma irregular y un poco más grandes de lo habitual) o que los tengan en gran cantidad (más de 20) también tienen más posibilidad de aparición de cáncer de piel. Este tipo de pacientes suelen tener también una historia familiar o personal de cáncer de piel, factores que por sí solos indican un mayor riesgo.

Melanoma

Los melanomas por lo general no son dolorosos. La primera señal de su existencia suele ser un cambio en el tamaño, forma, color o sensación de un lunar existente. También pueden aparecer como un lunar nuevo, negro, o anormal.
 
Los síntomas son el resultado del crecimiento incontrolable de células cancerosas. Es importante recordar que la mayoría de personas tienen lunares, y casi todos los lunares son benignos.
 
En los varones suele aparecer en el tronco o la región de la cabeza o el cuello, mientras que en las mujeres suele aparecer en brazos o piernas.

"Cada vez los pacientes afectados son más jóvenes. A pesar de que hay una mayor concienciación en la población, es preciso remarcar que las consecuencias de ésta no son inmediatas. Una quemadura de hoy no produce un cáncer al día siguiente, sino que es un inicio desde un trastorno en el núcleo de la célula, que al cabo de muchas reproducciones se traducirá en un tumor años después", alerta el experto.

Cómo prevenir el cáncer de piel

El doctor Joan Ramón Garcés nos explica una serie de consejos para prevenir la aparición del cáncer de piel, basados en un comportamiento fotoprotector adecuado y una dieta solar (la saludable dieta mediterránea).

1. Comportamiento fotoprotector

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No se pueden variar las condiciones meteorológicas de contaminación, latitud, altitud, espesor de la capa de ozono… pero sí se pueden evitar las horas del día con mayor irradiación con la "regla de la sombra" que permitirá saber cuándo estamos en riesgo de insolación. "Si hay sol hay sombra y mientras que la sombra se va alargando, disminuye el riesgo de insolación. En cambio cuando la sombra que proyectamos es casi inexistente significa que el riesgo de insolación es muy alto y tendremos que protegernos" nos explica el doctor.

Así, cuando nuestra sombra desaparece, deben tomarse otras medidas fotoprotectoras que protejan la piel en este momento de alto riesgo cutáneo:

  • Indumentaria adecuada (sombreros, ropa apropiada…)
  • Gafas de sol con filtro (polarizadas)
  • Cremas de protección solar (filtros solares, bloqueadores solares, pantalla solar…)

2. Dieta solar

En lo que respecta a la alimentación, el doctor Garcés recomienda la conocida como dieta solar, que consiste en administrar por vía oral sustancias protectoras específicas en forma de alimentos o complejos vitamínicos que consiguen disminuir el daño que puedan causar los rayos del sol. Se trata de una acción terapéutica complementaria a nivel celular.

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Esta dieta solar proporciona un ambiente protector base, gracias a los agentes antioxidantes reparadores del daño celular y que abundan en la dieta mediterránea. Básicamente son los carotenos, los ácidos grasos insaturados (aceite de hígado de bacalao y pescados), el selenio, los polifenoles del té verde (y en menor medida el negro), el pycnogenol (extracto de pino francés), el resveratrol (que se encuentra en las uvas y el vino tinto) y el ácido ferúlico (estabilizador de las vitaminas C y E).

No nos podemos olvidar del tomate. Investigaciones procedentes del Reino Unido, concretamente de las universidades de Manchester y Newcastle constatan que añadir cinco cucharadas (55 gramos) de tomate frito a la diaria diaria te ayuda a proteger la piel de los efectos negativos del sol, incluyendo las quemaduras y el envejecimiento prematuro.

El poder del té verde para reducir el riesgo de cáncer de piel

Las personas que disfrutan cada día de una taza de té verde tendrían menos riesgo de sufrir dos formas frecuentes de cáncer de piel, según un nuevo estudio en más de 2.000 adultos publicado en "Journal of the American Academy of Dermatology" (JAAD). Los investigadores observaron que los bebedores de té verde tienen un riesgo menor de desarrollar carcinoma de células escamosas o cáncer basocelular, las dos formas más frecuentes de cáncer de piel.

Además, el estudio señaló que hombres y mujeres que alguna vez fueron bebedores regulares de té (1 taza diaria como mínimo) eran un 20 a 30% menos propensos a desarrollar tumoraciones que los que nunca habían consumido esta infusión.

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