La dieta de los niños en verano ¡y en la vuelta al cole!

Cinco comidas diarias, ejercicio físico y mucha agua, fundamental para que tus hijos disfruten del verano en plena forma. Y en la vuelta al cole, una dieta equilibrada ayudará a comenzar el día con más energía y con más ganas. Descubre todas las claves dietéticas para que tus hijos crezcan sanos y felices.

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Tras el largo curso escolar llegan las merecidas vacaciones para los más pequeños. La rutina da paso al descanso y a la distensión, también en el aspecto nutricional. La tranquilidad y comodidad que ofrecen a los padres los servicios de comedor de los centros escolares puede llegar a transformarse en un dolor de cabeza para aquellos que, durante los meses de verano, deben asumir la responsabilidad de mantener los hábitos y disciplina alimentaria adquiridos a lo largo del curso.

Desde Scolarest, marca especializada en restauración escolar que da servicio a 160.000 escolares en nuestro país, se hace hincapié en la importancia de continuar durante las vacaciones estivales con una dieta sana, variada y equilibrada, respetando el número y horario de las comidas y manteniendo la práctica de actividad física. Podemos aprovechar el tiempo que pasaremos con nuestros hijos para aplicar algunos sencillos consejos que los expertos nutricionistas nos dan y que les ayudarán a mantener las buenas costumbres logradas a lo largo del curso:

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  1. Mantener horarios ordenados de comida evitando picotear entre horas. Los niños deben hacer tres comidas principales y dos más ligeras con horarios establecidos, manteniendo un buen desayuno compuesto de leche, cereales, zumos o frutas ya que ésta sigue siendo la comida más importante del día. En la merienda les podemos ofrecer alimentos como galletas, batidos de leche, zumos de frutas o bocadillos, evitando a toda costa la bollería industrial.
  2. Aumentar el consumo de alimentos frescos y de temporada, como las frutas de verano y verduras en gazpachos y ensaladas, evitando comidas calientes y copiosas. Las legumbres, grandes olvidadas en esta época del año, siguen siendo parte imprescindible en la dieta y podemos cocinarlas, por ejemplo, en ensaladas.
  3. Incrementar el consumo de agua, ya que con las altas temperaturas el cuerpo necesita mantenerse perfectamente hidratado. Ofrecerles abundantes líquidos frecuentemente aunque no tengan sed, sin abusar de las bebidas azucaradas y/o carbonatadas.
  4. Debemos cocinar bien los alimentos, lavar y desinfectar las frutas y verduras que se vayan a consumir crudos, así como procurar utilizar mayonesas envasadas.
  5. Mantener el ritmo de actividad física como parte fundamental de un estilo de vida saludable. El verano ofrece multitud de opciones como la playa, la piscina o la bicicleta para que nuestros hijos se muevan y el ejercicio les estimule el apetito.

Con estos cinco sencillos consejos ayudaremos a nuestros hijos a mantener los avances conseguidos en el comedor escolar a lo largo del año y evitaremos desórdenes alimenticios propios del verano.

La dieta de los niños en la vuelta al cole

Pero el verano pasa y llega septiembre, el momento del regreso al trabajo para los adultos y de la vuelta al cole para los más pequeños. No podemos obviar que, para los niños, decir adiós a las vacaciones de verano es lo más difícil de todo el año. Se acaba la piscina, las 24 horas de juegos, acostarse tarde y los helados.

La vuelta al cole trae consigo la modificación de hábitos adquiridos durante los tres meses anteriores y hay que ponerse las pilas para coger la rutina de los siguientes nueve meses.

Para ello hay que volver a acostumbrarse a dormir al menos ocho horas, acostarse más temprano y levantarse más temprano también. Es necesario una buena dosis de energía y una óptima hidratación para enfrentarse a un largo día de profesores y deberes. La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria recomienda la ingesta de 1,6 litros de agua diarios para niños de entre 4 y 8 años, y es que la deshidratación puede ser una de las causas del agotamiento físico. Por eso, es importante que no falte una botella de agua en su mochila.

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Los expertos recomiendan cinco comidas saludables al día. Y nada como un buen desayuno para coger fuerzas, que siempre es el gran olvidado. Lácteos, fruta y cereales o pan son ingredientes necesarios para iniciar la jornada. Los niños pueden elegir entre leche o yogur, un zumo y una tostada o un cuenco de cereales, que suele ser el preferido de los pequeños a pesar de perder la batalla en valor nutricional frente al pan debido a los azúcares añadidos.

Para el resto del día ya lo sabemos: comer de todo sin excederse en las cantidades. Los hidratos de carbono tienen que estar presentes en forma de arroz, pasta, pan o patatas, y la fruta y la verdura tampoco pueden faltar en el calendario de la dieta de la vuelta al cole. Aunque son las grandes enemigas de los niños, son necesarias para una buena nutrición.
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Las frutas se convierten en zumo con la excusa de "que hay que pelarla", pero al exprimirlas pierden gran parte de la fibra que contienen. Una buena alternativa son los batidos de frutas o las macedonias. No olvidemos que hay que comer, al menos, tres piezas de fruta al día.

Y las otras odiadas, las verduras, "son aburridas", pero trituradas en una crema o en un gazpacho pueden construir un ideal primer plato para irse a la cama con el objetivo de empezar un nuevo día con tanta o más ilusión y energía que el anterior.

Enséñale a comer bien

España es el segundo país de la Unión Europea con mayor índice de obesidad infantil, y esto es debido a que los niños se alejan cada vez más de la saludable dieta mediterránea, cambiando la fruta, la verdura y las legumbres por los fritos, la carne y la bollería industrial. Enseñarle a comer bien desde pequeño es esencial para su bienestar presente y futuro, y es tu responsabilidad ayudarle en ese aprendizaje.

Acostúmbrale a comer de todo, elaborando platos atractivos que le entren por la vista. Anímale a participar en su preparación.

Además, aunque los niños sin problemas de salud puedan e incluso "deban" darse caprichos menos sanos de vez en cuando -a fin de inculcarles hábitos sanos flexibles que no les generen obsesiones ni privaciones innecesarias que invitarían a abandonar en el futuro los hábitos saludables y equilibrados- , procura escoger para ellos alimentos nutritivos y naturales como las frutas, las verduras, las legumbres, cereales completos, carnes magras, frutos secos, grasas insaturadas…

Cuidado con la carencia de vitamina D

La vitamina D es un nutriente básico para que el organismo absorba adecuadamente el calcio y para reforzar el sistema inmunológico.

Según un estudio del Hospital Infantil de Boston, dos de cada cinco niños presentan un déficit de esta vitamina presente en la yema de huevo o la leche.

Dado que esta carencia a largo plazo podría debilitar las defensas de los pequeños y favorecer las fracturas óseas, es vital que los padres estén atentos a su nutrición y les provean una dieta equilibrada sin carencias de esta vitamina, esencial para su correcto desarrollo.

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