¡Repostería light! Trucos y consejos para reducir grasas y calorías

No lo puedes remediar, bizcochos, galletas y todo tipo de postres te pierden, pero necesitas empezar a cuidarte. Ficha los trucos y consejos que te ofrecemos para seguir disfrutando de la repostería en su versión "light" reduciendo grasas y calorías pero sin renunciar al sabor.

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No es tan complicado como parece. Si te gusta la repostería, puedes elaborar tus postres caseros cuidando sus ingredientes de manera que resulten mucho más saludables que la repostería industrial (menos grasas saturadas) y también más ligeros.

Si te preocupa tu silueta pero no quieres renunciar a saborear un buen pastel de vez en cuando (haces bien!), prueba a sustituir algunos de los ingredientes que más calorías aportan por otros con menor valor calórico pero igual de efectivos a la hora de conseguir resultados deliciosos.

La harina, por ejemplo, resulta imprescindible en multitud de recetas de tartas, galletas o bizcochos pero para aligerarlos, un truco muy sencillo es mezclar la harina refinada con harina integral (mitad y mitad). De esta manera, tu postre no perderá consistencia y la variación de sabor será prácticamente inapreciable.

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El azúcar es otro ingrediente fundamental para el que tienes numerosos sustitutos, tanto en textura granulada como líquida. Haz tus recetas con alguno de los edulcorantes bajos en calorías que tienes a tu alcance y podrás disfrutar de tu pastel sin pensar en esos posibles kilos demás. Otra posibilidad es potenciar el sabor recurriendo a "endulzantes naturales" que además le darán un toque personal y delicioso.

Utiliza menos cantidad de azúcar y añade, por ejemplo, una cucharadita de vainilla en polvo, de canela, de granos de anís o una ralladura de limón o de naranja. El resultado será rico y original y, además, las calorías, quedarán reducidas de manera notable.

A la hora de hacer tu masa de repostería, el aceite o la mantequilla no siempre son necesarios. Según la receta que quieras poner en práctica, tal vez puedas sustituir estas grasas por otro ingrediente en el que diluir la harina. El puré de manzana sin azúcar no solo es un excelente relleno de numerosos pasteles sino también muy válido para hacer la propia masa (diluyendo en él la harina). Puedes comprarlo hecho o prepararlo tú misma, simplemente asando unas manzanas en el horno y, una vez peladas y retiradas las semillas, pasándolas por la batidora. Otra posibilidad, para masas que requieren leche o algún lácteo, es hacerlas utilizando leche desnatada o un yogur light bien batido.

Si tu postre estrella lleva huevos y quieres que las calorías y grasas no se disparen, ten en cuenta que puedes sustituir 1 huevo por 2 claras (limitando, así, notablemente el aporte energético de este alimento). Es decir, si tu masa requiere 3 huevos, hazla mezclando uno entero con 4 claras.

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Esa deliciosa nata tan habitual en los pasteles y a la que resulta tan difícil resistirse, será mucho más ligera si la montas tú partiendo de nata para cocinar (la nata ya montada, especial para repostería, suele contener más grasas y azúcares). Un yogur tipo griego o una porción de queso fresco o requesón bien batidos también puede sustituir, en la mayoría de los casos, a la nata, consiguiendo aligerar cualquier postre.

Si hay un ingrediente que no suele faltar en el mundo de los dulces ese es el chocolate. Tanto si lo necesitas diluido al baño maría (para cubrir un pastel o incorporarlo a la masa), como si lo quieres para adornar, en forma de porciones o dulces pepitas, elige siempre chocolate que contenga al menos un 70% de cacao. Cuanto más puro es el chocolate (más proporción de cacao y menos de leche) más beneficios aporta al organismo (y menos engorda).
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Como último y práctico consejo, recuerda que antes de volcar tu masa en el molde (en el caso de que tu receta requiera horneado) deberás untarlo con aceite o mantequilla y espolvorearlo con harina (para evitar que el pastel se pegue). Ahora tienes aceite en spray perfecto para este cometido sin correr el riesgo de echar más de la cuenta. Además, cuando espolvorees la harina, sacude bien el molde para que solo quede la necesaria (basta una finísima película).

Pon en práctica estos consejos y tus pasteles seguirán estando deliciosos pero con menos calorías.
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