Sexo en el embarazo: dudas, mitos y las posturas para hacer el amor embarazada

Estás embarazada y disfrutas de uno de los momentos más dulces y especiales, pero ni mucho menos significa que debas renunciar al sexo. Si el ginecólogo no lo desaconseja por algún motivo en particular, tu actividad sexual no tiene que verse comprometida, de hecho, durante el embarazo tu deseo puede verse incrementado y vuestras relaciones sexuales pueden mejorar notablemente. Descubre las mejores posturas para hacer el amor en las distintas etapas del embarazo.

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Enhorabuena, estás embarazada y las hormonas comienzan a tomar posesión de tu cuerpo. Esas hormonas regirán, aunque no lo quieras, tu vida, tu estado de ánimo y buena parte de tu comportamiento durante las próximas cuarenta semanas. Y posiblemente también tu deseo o desgana sexual.

Si algo es seguro en las reglas sobre las relaciones sexuales durante el embarazo, es que no suele haberlas. Cada mujer, cada cuerpo y cada embarazo son únicos, como lo es la manera en que este nuevo estado afecta al deseo sexual.

Si te encuentras bien y el ginecólogo no dice lo contrario, continuar manteniendo relaciones sexuales con tu pareja durante el embarazo no supone inconveniente alguno, es más, puede reportarte importantes beneficios físicos y psicológicos. Continuarás sintiéndote una mujer deseada (no solo una futura mamá), tu corazón bombeará con fuerza y tu circulación sanguínea funcionará en óptimas condiciones. Además, la sensación placentera resultará beneficiosa para ti y para el que será, en un futuro próximo, un miembro más de tu familia.

Dudas, miedos y mitos sobre el sexo en el embarazo

Hay tantas tesis sobre el sexo durante el embarazo como embarazos ha habido a lo largo de la historia. Desde un aumento desaforado de la pasión hasta la más total apatía. O todo ello por fases. Mujeres que se sienten más sexys con las nuevas redondeces que el cuerpo adquiere, pero también otras que pueden sentirse incómodas con estos cambios. Maridos ardorosos ante la venus de la fecundidad con la que comparten la cama y esposos que temen lastimar al bebé o a la madre. Sí, de todo hay, por eso, te ayudamos a resolver dudas, eliminar miedos y desmontar mitos sobre el sexo en el embarazo:

El bebé está protegido

¿Podemos lastimar al bebé? No, no y no. De verdad. Tu hijo está bien protegido flotando en líquido amniótico y dentro del útero, que a su vez está sellado por el tapón mucoso. Obviamente durante el embarazo no es lo más adecuado que hagáis el amor sobre un toro mecánico en marcha, pero seguro que eso ya lo sabes.

Por lo general, muchas mujeres coinciden en que el segundo trimestre de la gestación es en el que más disfrutan de su vida sexual, mientras que el primero y el tercero pueden ser más problemáticos.

Cuando comienza el embarazo, la mujer puede percibir un menor deseo -nulo, incluso- debido a las náuseas y los vómitos, al tremendo sueño que siente a cualquier hora del día y al temor a sufrir un aborto, pero también porque se siente abrumada con todos los cambios que ya ha comenzado a experimentar su cuerpo, o simplemente porque el pecho le duele a rabiar.

Durante el primer trimestre de gestación, el bebé y la barriguita que le acoge, no presentan problema alguno a la hora de hacer el amor pero, a medida que el “peque” crece y aumentas tu volumen, tenéis que encontrar las posturas más cómodas para que disfrutéis los dos de vuestra relación íntima.

Mientras, en el último trimestre el volumen de la barriga puede hacer desistir a la pareja y se incrementa el miedo a dañar al bebé, que no obstante sigue igual de protegido que durante los meses previos. Los ginecólogos recomiendan, no obstante, evitar las relaciones durante las dos últimas semanas de la gestación.

¿Y qué ocurre en el segundo trimestre? Bueno, las hormonas están más asentadas, las náuseas y el sueño incontrolado han remitido en la mayoría de los casos, y las redondeces todavía no son tan grandes como para requerir acrobacias en la relación, lo que lo convierte en la etapa perfecta para el sexo.

Aún más sexy

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Por cierto, y aunque suene obvio, hay parejas que mejoran su vida sexual durante el embarazo porque... ¡es imposible que ella quede embarazada! E incluso, según explica la experta en familia y maternidad Vicki Iovine en su libro "Nueve meses y nueve mil dudas" (editorial DeBolsillo), algunos hombres ven "reforzada" su masculinidad y su autoestima tras haber engendrado un bebé, y esto se refleja positivamente en la relación.

Iovine comenta también que la sexualidad femenina se incrementa durante el embarazo debido a que la sensibilidad no aumenta sólo en el pecho, sino en los genitales, que aumentan ligeramente de tamaño, ya que el flujo sanguíneo hacia esta zona es mayor. Puedes darle las gracias a las hormonas.

¡Cielos, acabamos de hacer el amor y ahora el bebé da patadas como un loco! ¿Estará protestando? ¿Le hemos molestado? De nuevo, no, y tampoco "ha visto" nada. El pequeño se mueve porque el ejercicio físico y el orgasmo han aumentado el ritmo de tu circulación sanguínea, provocando que le llegue más oxígeno y mayor actividad hormonal y uterina.

¡Socorro, tengo contracciones!

Algo que ocurre con frecuencia y que puede provocarte un tremendo sobresalto es la aparición de contracciones del útero tras un orgasmo. No te asustes, es normal y no significa que te hayas puesto de parto. Además, entre los componentes del semen se encuentran las prostaglandinas, unas hormonas que estimulan las contracciones. Sólo si corres riesgo de parto prematuro el médico podría prescribiros abstinencia.

Eso sí, debes informar al médico si las contracciones son dolorosas y no remiten, y también si sangras tras mantener relaciones, aunque en este último caso puede deberse a que la fricción del pene ha provocado la rotura de algún vaso sanguíneo del cuello del útero, pues esta zona está más blanda y vascularizada durante el embarazo -le llega más sangre-.

Finalmente, puede que te preguntes en qué casos no debes mantener relaciones sexuales estando embarazada. Por supuesto, siempre que el médico así lo decida, lo cual puede ocurrir si tienes un historial previo de abortos espontáneos, placenta previa o baja, cérvix incompetente, si sufres de rotura de la bolsa amniótica, riesgo de parto prematuro o si el tuyo es un embarazo múltiple.

Ahora que sabes todo esto puedes eliminar de la cabeza esa creencia de que "tres son multitud" y, tanto como tú y tu pareja queráis, disfrutar de esta nueva etapa. Y aprovechad ahora, porque cuando nazca el bebé la palabra "exhaustos" adquirirá para vosotros una nueva dimensión...

Las mejores posturas para hacer el amor en el embarazo

Lo más importante es que tú y tu pareja estéis a gusto. Olvida prejuicios y, por supuesto, los tabúes ¡fuera! Ten confianza para expresar cómo te sientes bien, porque si tú estás cómoda, el niño también lo estará y los “tres” disfrutaréis de un momento maravilloso.

Como ya hemos comentado, si todo va bien físicamente, las caricias, el cariño y la complicidad que implica hacer el amor no perjudican, en absoluto, a ese nuevo ser que llevas dentro, por lo que aprovecha y disfruta, siempre eligiendo las posturas más adecuadas que necesariamente implican eliminar cualquier presión sobre la zona abdominal.

Echadle imaginación y experimentad. Es el momento de tomar las riendas y mantener, por ejemplo, un encuentro íntimo en el que tú te coloques sobre él (estarás muy cómoda) y lleves la iniciativa en cuanto a ritmo y movimiento. La postura, “tú encima” es muy recomendable porque evita cualquier presión en tu barriguita eliminando posibles temores y miedos a “dañar” al bebé. Tiene numerosas variantes que puedes poner en práctica: sentada de frente (él tumbado boca arriba), encontrando vuestras miradas; igualmente, sentada pero de espaldas, una postura perfecta para propiciar excitantes caricias; tumbada sobre él pero con los brazos estirados (dejando la barriguita sin presión).

Tumbada de lado, con tu espalda en su pecho, también estaréis a gusto permitiendo múltiples caricias, “tripita” incluida. Si lo preferís, de lado pero mirándoos frente a frente puede ser una excelente postura de “inicio” para un momento irrepetible.

Gtres
Para muchas mujeres embarazadas, la postura de espaldas (boca abajo), apoyándose sobre las palmas de sus manos y sus rodillas resulta especialmente cómoda y excitante. Otra posibilidad es buscar un “apoyo” para esta misma postura, es decir, colocarte en el borde de la cama (sofá, silla...) tanto boca arriba como boca abajo para que tu pareja pueda llegar a ti sabiendo que en ningún momento te sentirás molesta.

Como ves, las opciones son múltiples y con los “mimos” necesarios y una postura en la que os encontréis cómodos, el sexo en estos meses, previos a la maternidad, puede resultar una experiencia maravillosa que haga que estéis más unidos que nunca. ¡Vía libre e imaginación para sortear los límites que la aerodinámica irá estableciendo según avancen los nueve meses!

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