Conciliar el sueño en las calurosas noches de verano puede resultar misión imposible. Ficha estos trucos caseros para reducir la sensación de calor y ayudarte a dormir.
Cuando los termómetros oscilan entre los 21 y los 25 grados, nos encontramos ante temperaturas idóneas para conciliar el sueño y disfrutar de un descanso reparador. Sin embargo, cuando llega agosto y especialmente si nos alejamos de las poblaciones costeras, es sencillo que la temperatura se mantenga varios grados por encima del ideal durante la noche.
Con el objeto de suavizar las temperaturas y combatir esa agobiante sensación de calor durante la noche, te ofrecemos, con la ayuda del orientador de salud Ata Pouramini, unas sencillas recomendaciones y trucos caseros para irnos a la cama sin sufrir los estragos del verano:
Si cuentas con una casa de dos plantas, duerme en la inferior mientras las temperaturas se mantengan altas durante la noche. Notarás la diferencia.
Aunque sea más incómodo, el sofá cama retiene menos el calor debido a que está a ras del suelo. A veces es preferible sacrificar la comodidad algunos días por el frescor.
Una ducha antes de acostarte es uno de los trucos más efectivos para irte a dormir con unos grados menos en tu cuerpo.
Cuando el calor es del todo insoportable, acuéstate con unos calcetines mojados en los pies, bajarán tu temperatura corporal rápidamente.
Si el calor ha conseguido despertarte, levántate y mójate la nuca, las muñecas y las axilas. Además, deja correr un par de minutos el agua del grifo bien fría sobre tus muñecas.
Hay un remedio muy original contra el calor: sumergir los codos en agua fría durante 5 minutos. Este gesto hace bajar la temperatura del cuerpo y especialmente de la cara.
Un plato de hielo cercano a un ventilador hace las veces de aire acondicionado casero y sus efectos duran unos 45 minutos, suficiente para lograr conciliar el sueño.
Cuando el calor aprieta durante la noche, nada como dormir desnuda y lo más estirada posible.
