La entrevista de trabajo perfecta: los secretos para conquistar al entrevistador y conseguir el puesto

Llevas semanas buscando un trabajo a tu medida, y por fin encuentras una oferta que se adapta a tus estudios, experiencia y horarios. Ahora bien, primero debes pasar la prueba de fuego: la entrevista de trabajo. Descubre las claves para conquistar la confianza del interlocutor y ¡triunfar!

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Por fin has encontrado la oportunidad de trabajar en lo que te gusta, han aceptado tu solicitud y la entrevista laboral es un hecho. Tienes a tu alcance la posibilidad de seguir creciendo profesionalmente, algo que te llena de emoción, aunque los nervios se apoderan de ti a medida que se acerca la prueba de fuego, encontrándote frente a frente con quien valorará si realmente eres la candidata ideal. Es inevitable plantearse la eterna pregunta: ¿cuáles son las claves para triunfar en una entrevista de trabajo y conseguir el puesto?

En palabras de Verónica Rodríguez Orellana, experta en coach sistémico, “es todo una cuestión de detalles. Naturalmente debemos adoptar un modelo de comunicación útil para generar armonía y afinidad con nuestro interlocutor además de conocer la empresa donde estamos solicitando un empleo como si trabajáramos en ella desde hace 20 años. Pero no olvidemos, que para conquistar en tan poco tiempo la confianza del interlocutor deberemos cuidar y dominar todos los detalles, como arma de seducción intelectual”.

Los secretos para tener éxito en tu entrevista de trabajo

• La puntualidad es la primera tarjeta de visita. Llegar con media hora de antelación sería como conducir a 20 kilómetros por hora en la autopista para dar la impresión de ser prudentes. Cinco minutos de retraso no serían menos graves, porque sería una completa falta de educación al primer encuentro. Se trata de llegar a la hora que te han citado, ni antes ni después.

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Nuestra postura después de haber tomado asiento será un detalle fundamental para transmitir seguridad y firmeza. Tenemos que recordar que no estamos en un taller de teatro ni en una iglesia, nuestras manos no tendrán que acompañar cada palabra y nuestra espalda tendrá que estar recta y no curva como si estuviéramos rezando. Mantén la posición de las manos abiertas o juntas debajo y no las muevas demasiado. Lo mismo con las piernas, puedes ir variando de posición, pero pocas veces. Nunca cruces los brazos ni hagas gestos que denoten aburrimiento, mantente erguida, con el cuerpo y la espalda recta, pero siempre natural.

• El delito más grave que podríamos cometer es el de tutear al entrevistador y el segundo es que la música del móvil interrumpiera la entrevista. No des besos si no los dan, siempre es mejor dar la mano, bien apretada, pues transmite confianza y seguridad.

• La verdad nos libera de cualquier malentendido, además mentir es un arte muy difícil de dominar a sangre fría y casi seguramente algún detalle nos traicionaría.

Hablar mal de nuestro anterior trabajo nos pegaría un aire de resentimiento absolutamente negativo para quien nos escucha.

No hables demasiado. Contesta de forma concisa y sin extenderte demasiado a todas las preguntas que se realizan en la entrevista y trata de enfatizar aquellos aspectos de tu currículum que mejor se adaptan al puesto de trabajo.

• Hablar de salario en la primera entrevista sería tan inoportuno como pedir al guardia de seguridad del Prado cuánto vale un cuadro de Velázquez.

• El traje hace al monje, especialmente en una entrevista de trabajo. No tendremos que ir a una boda de la Casa Real pero tampoco tendremos que ser el elogio de la informalidad. Ya sabes, ni muy sexy (no te plantes con una minifalda y unos tacones de plataforma, que no vas a una fiesta), ni deportiva o hippie (fuera pantalones estropeados, chandals o zapatillas de deporte) debes mostrarte a ti misma con algo que te pondrías en cualquier reunión. No debes vestirte íntegramente de negro y tampoco elegir colores demasiado intensos como el rojo, el fucsia o el naranja. El maquillaje en el caso de las mujeres no deberá ocultarnos la mirada, apostando por tonos suaves y discretos, lejos de cualquier exceso, se trata de maquillarse de forma natural. Por su parte, los hombres deberán dejar por un día las zapatillas de deporte y optar por un blazer que posiblemente no sea tres tallas más grande.
 
Mirar a los ojos a nuestro interlocutor será la única forma para que nuestras palabras sean creíbles. Procura desviar la mirada pocas veces, sobre todo cuando hablas de ti... pues se dice que quienes no miran fijamente a los ojos no dicen toda la verdad.

Una vez que hayamos cuidado estas necesidades primarias a la hora de enfrentarnos a una entrevista de trabajo podremos desatar todas nuestras competencias y dar la impresión de que si alguien apostara por nosotros, ganaría.