Irritación de garganta: cómo prevenirla, combatirla y tratarla

¿Garganta irritada y reseca? No, gracias. Descubre las causas que generan esta incómoda molestia y los consejos prácticos que te ayudarán a prevenirla y tratarla.

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Un mal uso de la voz, fumar o pasar demasiado tiempo expuestos al aire frío y seco propio del invierno, pueden producir irritación de garganta. Descubre las causas que generan esta incómoda molestia y los consejos prácticos que te ayudarán a prevenirla.

Las causas

Sin duda, las bajas temperaturas pueden poner en riesgo la salud de tu garganta, ya que en la calle el ambiente y el aire es frío y tiende a resecar las mucosas, mientras que en interiores la calefacción incrementa la sequedad.

Por otro lado, aquellas personas que por su trabajo se ven obligadas a hablar durante mucho tiempo, a menudo pueden elevar el tono más de lo necesario, produciendo carrasperas, afonía e irritación.

Si además eres fumadora, el riesgo de padecer irritación de garganta se multiplica, pues el humo del tabaco reseca las mucosas.

Consejos preventivos y tratamientos

A modo de prevención, resultará muy útil poner en práctica algunas recomendaciones básicas fundamentales. Además, conviene saber cómo puedes tratar tu garganta si está irritada.

Buena hidratación

Es necesario beber diariamente entre 1,5 y 2 litros de agua para mantener lubricadas las cuerdas vocales e hidratar los tejidos de la garganta.

Los zumos naturales, especialmente los de frutas cítricas como el limón, ayudarán a cuidar tu garganta y favorecer su recuperación si está irritada. Uno de los remedios más eficaces consiste en exprimir un limón pequeño en gran vaso de agua templada y tomarlo poco a poco o utilizarlo para hacer gárgaras. Se puede añadir una cucharadita de miel. Incorporando además, una clara de huevo, tendrás el remedio natural perfecto.

Disfrutar de una infusión caliente de manzanilla, también te ayudará a mantener la salud de tu garganta y la calmará si está irritada.

Modular la voz

Un mal uso de la voz es con frecuencia la causa principal de irritaciones en la garganta. Evita gritar y, si estás afónica, no fuerces la voz. Además, evita hablar en ambientes cargados de humo.

Hacer gárgaras con sal diluida es un buen remedio, habrá de emplearse una cucharada de sal disuelta en ½ litro de agua a temperatura ambiente y hacer gárgaras con esta solución varias veces al día.

Si estás afónica, recurre a los gargarismos con infusión de romero. La infusión de eucalipto con miel constituye otro remedio aconsejable, al igual que beber una infusión de piel de mandarina.

Dormir bien y humedecer el ambiente

La falta de horas de sueño afecta a la salud de tu garganta, por ello, asegúrate de que duermes lo suficiente, ¡es indispensable!

Si sientes tu garganta irritada al despertarte, probablemente sea debido a dormir con la boca abierta, ya que el paso del aire por la nariz lo humedece antes de que llegue a la garganta y pulmones, en cambio, si se respira por la boca, el aire seco que llega a la garganta la irrita. Nada mejor que utilizar un humidificador ambiental en el dormitorio para compensar la falta de humedad y recurrir a técnicas como el yoga o el pilates que te ayudarán a controlar la respiración y utilizarla en beneficio de la garganta.

Cuando la sequedad de la garganta es muy recurrente, inhalar vapor resulta beneficioso y efectivo. Bastará dejar correr el agua caliente del lavabo hasta generar vapor, inclínate sobre el lavamanos con la cabeza cubierta por una toalla en forma de tienda de campaña e inhala profundamente por la boca y la nariz durante 5-10 minutos. Ante todo, es importante tener cuidado para no quemarse.

Evitar la tos

Cuando sientes la garganta reseca y sufres carraspera es frecuente aclarar la garganta y toser a fin de mejorar la situación, sin embargo, pueden resultar dañinas para las cuerdas vocales y empeorar la irritación.

Proteger la garganta

Es necesario tomar conciencia de la época del año y evitar las duchas frías, salir a la calle con el cabello mojado o dormir con ventanas abiertas.

En tu hogar, asegúrate de mantener una temperatura adecuada, entre 19 y 20 grados es lo ideal para que el cambio al salir de casa no sea demasiado brusco.

Además, no olvides recurrir a los complementos básicos del invierno como las bufandas y pañuelos, completan el look y protegen la garganta.