Casi todos los países mediterráneos tienen ese plato, esa receta fácilmente reconocible que actúa como emblema gastronómico. En España tenemos la paella, la tortilla de patata y el jamón, en Italia la pizza, en Francia el foie y en Grecia la musaka, un pastel con cierto parecido a la lasaña, pero sustituyendo las láminas de pasta por finas rodajas de berenjena.
Ciertamente la musaka tradicional se elaboraba con berenjena frita, carne de cordero, tomate, patata, cebolla, canela y una salsa a base de yogur y queso feta. Sin embargo, la receta de musaka ha evolucionado para adaptarse a gustos más modernos hasta transformarse en un plato más ligero y mucho más saludable, aunque no por ello menos delicioso. El truco para restar grasas y calorías es preparar la berenjena a la parrilla, sin añadir aceite y potenciando los sabores a base de especias, así conseguirás una receta más sana y equilibrada sin que el sabor se vea comprometido.
“La canela es lo que distingue a la musaka, la que la hace verdaderamente especial y diferente. Ese toque entre picante y dulce en un plato salado, nos hace viajar instantáneamente rumbo a Oriente. Es lo que le da el punto al plato”, afirma David Monzón, socio del madrileño gastrobar Bendita Locura Coffee & Dreams.
La canela es un ingrediente tan atípico como interesante para todos aquellos que buscan cuidarse, ya que se trata de un termogénico natural muy potente. Pero ¿qué es la termogénesis? Pues nada menos que la capacidad del organismo para generar calor gracias a las reacciones metabólicas y precisamente esta producción de calor utiliza como combustible los depósitos grasos del cuerpo y por eso se puede afirmar que este tipo de alimentos queman grasa y aceleran el metabolismo.
Además, la canela ayuda a controlar la glucosa en sangre y permite disminuir la sensibilidad a la insulina, es un buen fungicida y bactericida, un eficaz antiinflamatorio, combate la hipertensión, es fuente de fibra y por si fuera poco es muy eficaz para evitar el mal aliento.
