La almendra: que no falte en tu cocina

La almendra: que no falte en tu cocina
4m 48s

La almendra es una fuente de energía sana y natural. Un aporte alimenticio no sólo imprescindible en postres y dulces. Su capacidad nutritiva la hace necesaria en la dieta.

Aunque la almendra es un alimento rico en grasas se ha demostrado que lo que afecta a las enfermedades cardiovasculares es la calidad de la grasa y estudios recientes han determinado que los frutos secos ejercen un papel importante en el tratamiento de las dolencias coronarias, gracias a la cantidad de arginina que hay en su composición y que tiene un efecto vasodilatador. Así lo explica María Luengo, experta nutricionista y autora del libro "La almendra y otros frutos secos".

El uso de frutos secos en la alimentación se remonta a tiempos remotos, y están tan arraigados a la cultura e historia de donde crecen que su valor simbólico ejerce un poder de sugestión para su consumo. Por ejemplo, nueces y almendras han sido consideradas por las culturas de diversos pueblos de la Antigüedad como símbolos de fertilidad. El avellano tiene la consideración de árbol mágico que favorece la fertilidad, la paciencia y la constancia.

Las almendras generalmente se asocian con algún postre y especialmente a la miel. En la cuenca mediterránea el almendro es parte integrante del paisaje, y por tanto es en ese ámbito donde tiene mayor predicamento.

En los países del Magreb son imprescindibles en sus postres y en los dulces navideños de España, como mazapán y turrón, son el elemento básico. Sin embargo, actualmente se cultiva en la práctica totalidad de las zonas templadas del mundo. Los principales productores, según Luengo, son Estados Unidos y España, pero Italia, Irán, Siria, Marruecos, Túnez, Grecia y Turquía les siguen de cerca.

La almendra tiene un alto poder calórico: cien gramos proporcionan 350 calorías. Su contenido en proteínas ronda el veinte por ciento, tienen más calcio que la leche, un alto contenido en hierro y fósforo... Aunque no todo lo que contienen es tan positivo: en las almendras amargas hay rastros de ácido prúsico, es decir cianuro de hidrógeno.

Los almendros son frutos que florecen entre enero y marzo, cuajando de flores los campos de cultivo, un maravilloso espectáculo visual donde los campos se transforman en blancas cúpulas con irisaciones en rosa que deslumbran a quien observa.

PODER NUTRICIONAL

"Junto al pistacho, la almendra es el fruto seco con mayor porcentaje de proteínas, aunque no aporta todos los aminoácidos esenciales, pues es deficiente en lisina, metionina y cistina", comenta la nutricionista.

Contiene además ácido oleico y linoleico, que es un ácido graso poliinsaturado esencial de la familia omega-6. En definitiva, se trata de un alimento "rico en grasa, fibra, proteínas, vitaminas como la B1, B6, sobre todo E, ácido fólico y minerales. Ideal en caso de falta de energía", afirma María Luengo.

Su aporte de vitamina E ejerce un eficaz efecto antioxidante de las grasas poliinsaturadas, protege a las membranas celulares de la oxidación, y, por tanto, retrasa el envejecimiento.

Por su alto contenido en ácido fólico, deportistas, adolescentes, estudiantes en época de exámenes, mujeres embarazadas o que lactan, y quienes padecen estrés, tanto físico como intelectual, son los que mejor pueden aprovechar las propiedades de la almendra.

La fibra de la almendra dice adiós al estreñimiento y se ha demostrado que aún obteniendo por la ingesta de este fruto 320 calorías diarias, durante seis meses no se produce un aumento de peso. La razón es que su aporte en hidratos de carbono simples es muy baja y el de fibra muy alto.

Los expertos consideran que un consumo adecuado está entorno a los 25 gramos al día, que suponen 150 calorías, una cantidad razonable.

Por su riqueza en calcio, fósforo y magnesio la almendra es el fruto seco más indicado para mantener la salud del sistema músculo esquelético.

VARIADA PRESENTACIÓN


Las almendras tienen una presentación variada y de ahí que sea difícil que su sabor no guste, porque además pueden ser dulces o amargas.

Si son dulces, se consumen como fruto seco y también se diversifican en cáscara blanda o dura.

Las amargas son siempre de cáscara dura y no se distinguen de las dulces, salvo por su tamaño, ligeramente menor. Este tipo son especialmente dañinas si se consumen en grandes cantidades, debido a que contienen ácido cianhídrico, peligroso para la salud.

Precisamente, esta circunstancia es lo que posibilita que las posibilidades culinarias de la almendra se diversifiquen, pues "se presta tanto a recetas dulces como saladas", afirma Luengo.

Tostada o frita es ideal para el aperitivo y combina con la mayoría de las frutas frescas, verduras de hoja verde y especialmente con los quesos tiernos. El arroz y las ensaladas ganan con su presencia. Sin olvidar las salsas y guisos que se elaboran con ella.

En definitiva, la almendra es un aporte exquisito para la elaboración de una cocina saludable.