En la actualidad, los métodos para eliminar el vello corporal y facial son tantos y tan variados que merece la pena informarse de las ventajas e inconvenientes de cada uno para elegir correctamente el más adecuado según nuestro color de piel, el tono del pelo, la sensibilidad cutánea y otras variables que hay que tener en cuenta para que la depilación sea lo más eficaz y duradera posible. El tiempo vuela y el verano se acerca ¿por cuál te decides?
Hay que distinguir entre los que se limitan a cortar el vello visible y aquellos que funcionan "atacando" y debilitando el folículo piloso, es decir, la raíz. Entre los primeros se encuentra el clásico sistema de cuchillas, similar al afeitado masculino y las cremas depilatorias. En ambos casos el vello desaparece en pocos minutos de manera sencilla e indolora. Su desventaja es que volverá a aparecer en unos días (una semana como máximo).
Las cuchillas cada vez se adaptan mejor a la anatomía femenina y son capaces de llegar a los lugares más recónditos sin riesgos de corte. Además, contienen bandas protectoras e hidratantes que dejan la piel muy suave y apuran el corte al máximo de una pasada, logrando así dejarte libre de vello por más tiempo. Eso sí, funcionan mucho mejor si las acompañas de una espuma depilatoria femenina y si posteriormente hidratas la piel con una crema específica.
La cuchilla puede ser una solución "express" pero no debe convertirse en el método habitual de depilación, ya que, su paso por la piel supone una pequeña agresión sobre la capa más superficial y puede provocar una descamación excesiva acelerando el proceso natural de regeneración celular. Como norma general, es mejor utilizar alguna de las cremas depilatorias que existen en el mercado actual, ya que la mayoría son hipoalergénicas e incluyen sustancias emolientes e hidratantes que cuidan la piel al tiempo que eliminan el vello. Actúan en tiempo récord y su olor no tiene y anada de desagradable. Las presentaciones en espuma facilitan la aplicación y dejan la piel nutrida y fresca.
La cera sigue siendo uno de los métodos más empleados. Es rápida, fácil de aplicar y muy eficaz porque arranca el pelo de raíz. Además, hoy en día puede aplicarse a temperatura variable para adaptarse a los distintos grados de sensibilidad. Las hay en forma de bandas adherentes, templadas, que incluso pueden calentarse en unos minutos en el microondas, frías (ideales para pieles sensibles), y las clásicas calientes, que es recomendable que se apliquen en el salón de belleza. Las nuevas presentaciones en roll-on facilitan su aplicación y se calientan en el microondas o al simple contacto con agua caliente. También disponemos de tamaños que se adaptan a todas las zonas corporales, incluidas labio superior y línea del bikini. No se debe recurrir a la cera en caso de que exista algún tipo de problema dermatológico o circulatorio (por ejemplo es incompatible en piernas con presencia de varices). Con la cera, el vello tarda en volver a aparecer entre cuatro y seis semanas y, aplicando una loción inhibidora del crecimiento del pelo, sus resultados pueden prolongarse.
Del mismo modo actúan los aparatos rotatorios (depiladoras eléctricas) que atrapan el vello arrancándolo con más o menos suavidad. El inconveniente de este sistema es que puede resultar algo doloroso, por lo que no es aconsejable para determinadas zonas de mayor sensibilidad como la línea del biquini o las axilas. Las últimas novedades evitan el típico problema de los pelos enquistados gracias a que incluyen cabezales exfoliantes.
La depilación eléctrica es un método casi en desuso desde la aparición del láser. Forma parte del grupo de técnicas que funcionan debilitando el folículo de manera progresiva. Mediante una aguja o pinzas conectadas a un aparato eléctrico se realizan pequeñas descargas que se dirigen contra la raíz de cada pelo. Al hacerse de uno en uno, es un sistema bastante lento y molesto pero sigue resultando efectivo en caso de querer eliminar áreas muy concretas y de extensión limitada, como el vello que "adorna" el labio superior, o uno de esos antiestéticos pelos que "se resisten" a desaparecer (por ejemplo en la zona de la barbilla).
El láser ha supuesto una auténtica revolución en los métodos tradicionales de depilación. Los más utilizados son el láser rubí y el Alejandrita. Ambos funcionan de forma similar emitiendo pulsaciones de longitud de onda fija que inciden directamente en el folículo piloso sin dañar la piel de alrededor. Las condiciones idóneas para obtener la máxima efectividad en la depilación láser son una piel clara y un pelo oscuro, porque la luz se dirigirá hacia las zonas donde exista mayor concentración de melanina. La depilación láser debe llevarla a cabo un profesional cualificado (médico). El número de sesiones necesarias para la eliminación "definitiva" del vello dependerá de la zona a tratar y de las características físicas de cada persona.
Entre los métodos más novedosos destaca el sistema Epilight, muy parecido al láser pero con la posibilidad de emitir ondas de longitud variable, lo que permite adaptarlo a necesidades específicas. Por ejemplo, en el caso de vello demasiado claro, en el que el láser resultaría poco efectivo (por la escasa presencia de melanina), la solución estaría en este otro sistema que adaptaría su intensidad de impulso al color concreto del vello de la zona a tratar.
Otra novedad, que cada día gana más adeptas es la depilación con hilo, un método milenario de origen hindú especialmente indicado para la depilación facial (magnífico para dar la forma adecuada a las cejas). Unas manos expertas van eliminando el pelo, pasando sucesivas veces un simple hilo por la zona, sin que la piel sufra daño alguno.
Hay método para todos los gustos y necesidades. Ten en cuenta que en el caso de los tratamientos con láser o fotodepilación que requieren varias sesiones, tendrás que calcular el factor tiempo si quieres estar perfecta para el verano. ¿A qué esperas?