Pasar por un cáncer de mama es de por sí una de las situaciones más duras que puede ocurrirle a una mujer. Y esta experiencia se agrava todavía más si la mama finalmente debe de ser eliminada mediante una mastectomía.
Hoy en día tenemos la suerte de que la cirugía ha avanzado a pasos agigantados alcanzando técnicas que permiten la reconstrucción de la mama de forma natural.
"Gracias a las nuevas técnicas y la evolución de los materiales médicos, los cirujanos podemos hoy en día crear una mama muy similar en forma, textura y características a la mama no operada" dice el doctor Vicente Paloma, de la clínica Teknon de Barcelona, que es uno de los mayores especialistas en la reconstrucción mamaria.
Lo primero que debemos saber es que la mayoría de las mujeres que han sido sometidas a una mastectomía pueden considerarse candidatas para la reconstrucción mamaria, siempre que hayan podido eliminar completamente el tumor.
Normalmente la reconstrucción de la mama puede realizarse al mismo tiempo que se extirpa el pecho, lo que para las pacientes es una gran ventaja ya que cuando despiertan de la intervención siguen teniendo un contorno mamario adecuado.
Es necesario que el estado general de la paciente sea evaluado por el cirujano oncológico, que realiza la extirpación del tumor maligno, además de por un especialista en Cirugía Plástica, Reparadora y Estética.
Estos expertos serán los que informarán a la paciente de las opciones más apropiadas para su edad, salud, características físicas y anatómicas, y expectativas de futuro.
Para realizar la reconstrucción se podrá optar por diferentes técnicas que detallamos a continuación.
Es la técnica más utilizada. Consiste en expandir la piel para, posteriormente, colocar una prótesis segura. Después de la mastectomía, se coloca un expansor debajo de la piel y del músculo del pecho.
Esta técnica consiste en la movilización o el trasplante de tejidos de otras zonas del cuerpo como el abdomen, la espalda o las nalgas. En algunos casos estos tejidos siguen unidos a su sitio original, y son trasladados hacia la mama mediante un túnel que corre por debajo de la piel.
Consiste en combinar las dos técnicas anteriores. Se realiza la colocación de una prótesis con la inyección de grasa de la propia paciente para conseguir unos contornos más naturales tanto a la vista como al tacto. Cualquiera de estas tres técnicas puede usarse para una reconstrucción inmediata, y sus resultados son definitivos. Además esta cirugía permite hacer una vida absolutamente normal.
Es importante destacar que la reconstrucción mamaria no tiene efecto en la recurrencia de la enfermedad de la mama, ni interfiere con el tratamiento de quimioterapia o radioterapia.
En definitiva, la reconstrucción mamaria supone para las pacientes una mejoría de imagen absoluta, volviendo a verse un cuerpo completo, y ayudando a proporcionar además un equilibrio psicológico.
Existen hasta tres técnicas para reconstruir la mama tras una mastectomía.
La mayoría de las mujeres sometidas a una mastectomía son perfectas candidatas a la reconstrucción.
Tanto la técnica de expansión cutánea como la mixta requieren de prótesis mamarias.
Hay una técnica de reconstrucción que se realiza con tejidos del propio cuerpo.
La reconstrucción tras una mastectomía da mucha seguridad a la paciente.