La fuente de los sueños, como en la vida real, siempre está relacionada con el agua, elemento que simboliza la fecundación, lo femenino, la pureza. Así, soñar con una fuente de la que brota agua cristalina es siempre un buen presagio.
Sin embargo, soñar con una fuente seca, de la que no brota agua, no es buen augurio. Generalmente este sueño anuncia que algo no marcha bien en nuestro interior, que existen anomalías a nivel personal.