Truco
El aceite de hipérico es todo un regalo de la naturaleza para la piel. Su poder cicatrizante, regenerador y protector, hacen de él una solución ideal para las pieles más castigadas.
Puedes comprarlo en herbolarios y parafarmacias o bien prepararlo tú misma. Para ello, introduce flores de hipérico en un tarro, cúbrelas con aceite de oliva y deja que maceren, durante seis semanas, en un lugar soleado. Transcurrido ese tiempo, filtra y enfrasca.
Aplica el aceite en aquellas zonas más necesitadas de hidratación, reparación y nutrición, como los codos, rodillas, tobillos y talones. También, en zonas donde el roce haya producido irritación, conseguirá reparar la piel.