Los invernaderos son construcciones funcionales que sirven para proteger el proceso de crecimiento de las semillas y el cultivo de especies más débiles. Existen invernaderos prácticos construidos con materiales como el plástico o el polietileno que además de ser el menos duradero, rompe totalmente con la estética del jardín.
Así, dependiendo del presupuesto, el espacio disponible y el número de especies que deseemos acoger, podremos crear un invernadero eficaz y con encanto.
En cuanto a la ubicación, se deben construir alejados de los árboles, en espacios luminosos pero protegidos de corrientes de aire y bolsas de escarcha.
El material constructivo más tradicional es la madera pero precisa de tratamientos periódicos, por ello, el material más recomendable para la estructura, es el hierro galvanizado con los herrajes de acero inoxidable y los paneles laterales en policarbonato transparente que destaca por sus propiedades aislantes y por ser casi irrompible.
Para que la acción del invernadero sea efectiva, es necesario que éste se encuentre perfectamente equipado para soportar los achaques climatológicos. Además de la climatización, hay que contemplar conceptos como los de aislamiento, ventilación, sombreado, riego y humedad. Climatización
Lo más recomendable por seguro y limpio, es el empleo de calefactores eléctricos que puedan controlarse por termostato.
Aislamiento
Un buen aislamiento permite ahorrar en climatización al retener el calor, por ello, es recomendable el doble acristalamiento.
Ventilación
Si es adecuada, se evitará la acumulación y el estancamiento del aire, al tiempo que contribuirá a que se mantenga la temperatura deseada.
Sombreado
Se puede realizar mediante persianas manuales o automáticas reguladas por termostato.
Riego
Para los invernaderos de pequeñas dimensiones bastará con el uso tradicional de la regadera, si no, se tendrá que planificar algún sistema de riego.
Humedad
Para medir la humedad ambiental es adecuado disponer de un higrómetro. La mayoría de las plantas de invernaderos requieren una humedad relativa de entre un 40% y un 75%.
Es importante mencionar que uno de los grandes problemas de los invernaderos es que pueden convertirse en un caldo de cultivo para todo tipo de plagas y enfermedades de las plantas. Para evitarlo, es necesario no sólo controlar la humedad sino mantener una escrupulosa higiene.
El material más recomendable para la estructura de un invernadero, es el hierro galvanizado.
Si no cuentas con demasiado espacio, no te preocupes, existen invernaderos de dimensiones reducidas.
Invernadero inspirado en la antigua tradición inglesa. Su amplia puerta permite el fácil transporte de plantas de gran tamaño, incluso de un arbolito con su tiesto.
Este invernadero cuenta con una claraboya con dos ventanas que se abren a compás para una perfecta ventilación.
Los invernaderos son una solución muy eficaz para proteger tus plantas y el cultivo de las especies más débiles, además de que algunos diseños pueden ser realmente decorativos.