Cuida de tus oídos

Un 70% de los ciudadanos está expuesto a un nivel de ruido excesivo, el cual, puede provocar estrés, hipertensión, molestias gástricas o insomnio.

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Gtres

Los especialistas sitúan el umbral máximo de ruido en torno a 65 decibelios, pero en discotecas y otros lugares de ocio, nuestros oídos pueden llegar a soportar más de 90 decibelios. Un exceso de ruido puede provocar una pérdida de audición que superará la pérdida habitual progresiva que se produce por el envejecimiento.

Por tanto, hemos de tomar conciencia de nuestros oídos y no descuidarlos, saber que se trata de un órgano delicado, y conocer los efectos que puede causarnos una exposición excesiva al ruido. Y es que, el oído es una de las partes más sensibles del organismo que requiere de una especial atención y cuidado a fin de evitar que resulte dañado y pueda perderse capacidad auditiva de forma prematura.

Problemas físicos

Un exceso de ruido puede provocar un aumento del ritmo cardíaco, hipertensión arterial y molestias gástricas.

Problemas psíquicos

Pueden darse estados de ansiedad, agresividad, estrés y dificultad para concentrarse, además de insomnio.

Sordera

Exponer a nuestros oídos a niveles de más de 80 decibelios de forma prolongada, puede llegar a producir sordera.

Decálogo para cuidar de los oídos

Ficha las claves fundamentales para proteger el sistema auditivo y gozar así de una audición de hierro el mayor tiempo posible:

1. Evitar los entornos ruidosos

Según el estudio de Oi2, especialistas en el cuidado de la audición, el 88% de los españoles cree que los niveles de contaminación acústica en su ciudad son excesivamente altos. En este sentido, estar expuestos de forma prolongada a sonidos intensos como tubos de escape, construcciones en obra o el bullicio de las fiestas populares, bares y discotecas, podría causar dolencias irreversibles en el tímpano e incluso sordera si es superior a los 90 db.

Los expertos aconsejan disminuir el tiempo de exposición a sonidos fuertes y utilizar protectores auditivos especiales para atenuar los efectos nocivos.
 
2. Disminuir el volumen de los aparatos electrónicos

Poner la radio o la televisión a gran volumen o escuchar música fuerte con el mp3 son factores de riesgo para la salud auditiva, siendo los adolescentes quienes presentan mayor peligro de experimentar alguna dolencia de este tipo a largo plazo.

Para minimizar estos efectos perjudiciales, lo ideal es bajar el volumen en la medida de lo posible, utilizar protección auditiva en locales con música alta o conciertos, alejarse de los altavoces y descansar varias horas antes de escuchar de nuevo música con auriculares.
 
3. Facilitar la regulación de presión al viajar en avión

Al producirse el despegue y el aterrizaje de los aviones, las trompas de Eustaquio tratan de regular la presión del aire que entra en el canal auditivo para que éste no se dañe, provocando así una molesta sensación en nuestros oídos. Por ello, para facilitar este proceso y disminuir esa incómoda molestia, similar a la producida al escalar una montaña o al zambullirse en el agua, se recomienda bostezar, espirar aire por la nariz o mascar chicle.

Además recomienda usar protectores auditivos estándar que amorticen los ruidos más molestos y permitan a la vez una correcta audición de los sonidos ambientales. Si persistiera la molestia tras las primeras 48h, se aconseja acudir a un especialista.
 
4. Evitar las corrientes de aire al conducir

Tener la ventanilla del coche bajada mientras se conduce incrementa el riesgo de contraer infecciones como la otitis, debido al exceso de aire en el canal auditivo. Además, otros sonidos como el del viento, el del motor y el del resto de vehículos que circulan por la carretera ocasionan pérdida gradual de la capacidad de audición, por lo que se aconseja conducir con las ventanillas cerradas.
 
5. No utilizar bastoncillos ni elementos punzantes

Los oídos poseen un mecanismo de auto limpieza para eliminar las partículas de cerumen que se forman en su interior. Por ello, los expertos rechazan de forma rotunda el uso de bastoncillos o elementos afilados y punzantes para la limpieza de los mismos. De lo contrario, podría obstruirse el canal auditivo, lastimar la piel del conducto del oído e incluso alcanzar el tímpano y perforarlo.
 
6. Evitar los objetos demasiado pesados

Levantar pesas en un gimnasio o cargar muebles en una mudanza puede ejercer una fuerte presión en la membrana del oído, ocasionando problemas en el sentido auditivo así como pérdida de equilibrio. Por ello, se aconseja disminuir la cantidad de peso y respirar profundamente mientras se realiza la actividad.
 
7. Sumergirse en el agua lentamente

Al zambullirse en el agua, la presión existente es mucho más acusada que en la superficie por lo que el oído, de forma automática, activa un mecanismo para regularla. Por este motivo, se aconseja que la inmersión se haga de forma lenta y pausada, sobre todo en aguas más profundas. De lo contrario, podría producirse la entrada brusca de agua en los oídos y la consiguiente aparición de infecciones. Además, también es aconsejable el uso de tapones.
 
8. Usar tapones a medida para proteger la audición y bañarse en aguas limpias

Tanto si se está en la piscina o, con la llegada del buen tiempo, en la playa, es conveniente proteger adecuadamente los oídos para que no se generen tapones. El uso de protectores auditivos fabricados a medida disminuye el nivel de humedad provocado por el contacto con el agua, y por tanto, se reduce el riesgo de padecer otitis.

Por otro lado, nadar o bucear en aguas que no han sido debidamente tratadas propicia la aparición de gérmenes y bacterias que ocasionarían, entre otras complicaciones, infecciones en el oído.
 
9. Secar los oídos después de cada baño

Tanto si se está en la ducha como tomando un baño en la playa o la piscina, es imprescindible secar el oído externo con un paño o toallita secos. Solamente así se evitará que se generen tapones de agua y el contagio de hongos e infecciones.
 
10. Acudir a un especialista al menos una vez al año


En España 1 de cada 4 españoles nunca ha acudido a un especialista a realizarse una revisión auditiva, mientras que 4 de cada 5 revisa su vista de forma periódica. Así pues, los expertos aconsejan revisar la audición al menos una vez al año para prevenir a tiempo cualquier anomalía y poder determinar, mediante una sencilla revisión, si existe pérdida auditiva.

¡Consejo!

Si hemos detectado una sordera, es imprescindible acudir al especialista y tomar conciencia de que si evitamos poner la música o la televisión demasiado alta mantendremos la salud de nuestros oídos y la de los que nos rodean.