
Hora de las tareas. ¿Tu hijo se distrae con una facilidad increíble en cuanto se sienta en su mesa a hacer los deberes y/o estudiar? No te preocupes, se trata de un problema muy común. Descartando los casos aislados de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), es completamente normal que a los niños les cueste centrar su atención en una única actividad fija durante mucho tiempo. Y más aún, si ese algo no tiene nada que ver con la diversión que les proporciona ver la tele o jugar a su videojuego favorito.
¿Qué puedes hacer ante esta situación? Lo primero, no perder la calma, y lo segundo, fichar estos consejos para incrementar la concentración de los niños:
Es muy importante instaurar una serie de horarios, reglas y normas a cumplir por el niño. Desde bien pequeños, si les acostumbras a seguir una rutina de estudio, posteriormente les vas a facilitar la realización de esta tarea de forma fructífera. Todos los días un rato, en el mismo sitio y a la misma hora.
Haz hueco en la habitación de tu hijo para incorporar una mesa de estudio solo para él, una silla cómoda y siempre con la iluminación apropiada. Así, no solo tu hijo se encontrará cómodo en ese lugar, sino que también, nada más sentarse ahí, se mentalizará de que es el momento de centrarse a estudiar.
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No hay que infravalorar los minutos dedicados al descanso. Está comprobado que la concentración disminuye notablemente tras una hora de intenso estudio por lo que es completamente necesario realizar paradas periódicamente. Igualmente necesario es dormir bien cada noche.
Todo influye. El ambiente de la casa mientras tu hijo se esfuerza por estudiar, también tiene que ver en su rendimiento. Mientras tu niño está haciendo las tareas, debes intentar mantener el resto de la casa lo más en silencio posible, sin ruidos molestos e innecesarios.
Ayuda a tu hijo a mejorar su concentración de manera divertida. ¿Cómo? Con los juegos de mesa. Especialmente aquellos que requieren mantener la atención fija como los rompecabezas, los juegos de memoria, dibujar…
Motivar al niño es de vital importancia, al igual que no exigirle más de lo que puedan darte (la concentración se va desarrollando con los años). Un pequeño gesto de atención positiva para él significa mucho. Siéntete orgullosa de sus progresos y házselo saber. Reforzarás su autoestima.
Un niño dominado por la hiperactividad es inquieto, impaciente, impulsivo, se mueve sin cesar, habla demasiado, se entromete, interrumpe, no escucha, se distrae fácilmente e incluso padece tics nerviosos.
Los padres de un niño hiperactivo deben recurrir cuanto antes al consejo del especialista a fin de evitar el fracaso escolar y posterior desarrollo de sentimientos de frustración. No obstante, ciertos consejos básicos ayudarán a desarrollar en el niño un mejor comportamiento y reducir tensiones: