Cuando una mujer sueña que es perseguida por un acantilado, sea por un hombre, caballo, monstruo…, significa generalmente que los instintos sexuales o las tentaciones de la carne se están apoderando de ella. Estos sueños, más bien pesadillas, suelen estar motivadas por proposiciones amorosas que se reciben en la vida real.
En el sueño, el acantilado señala que se corre peligro de tener una caída carnal, de dejarse llevar por relaciones que pueden conllevar serios problemas.