Cuando se sueña con un enemigo, rival o competidor, debe interpretarse directamente lo que se observe. De modo que si se sueña dirigir al enemigo palabras conciliadoras, la enemistad y el odio acabarán. En caso de que sea el enemigo quien da el primer paso, indica que sus ofensas, infamias o agravios cesarán.
Además, soñar con esconderse de la vista del enemigo indica que éste no podrá alcanzar al durmiente. Si el soñador es descubierto por el enemigo en la retirada, anuncia que el enemigo triunfará.
Finalmente, si se logra matar al enemigo, éste desaparecerá de la vida del durmiente.