Si apenas has dormido o la jornada de trabajo ha sido agotadora, tu cutis reflejará el cansancio mostrándose falto de luminosidad y tersura. No te preocupes, porque el néctar de los dioses conseguirá lo imposible en apenas 10 minutos.
Aplica una fina capa de miel en el rostro, sin olvidar el cuello e incluso el escote. Permite que actúe entre 10 y 15 minutos. Aclara abundantemente con agua tibia y seca suavemente la piel con una toalla limpia. Verás el resultado.