¿Te han regalado una antigüedad que no sabes cómo arreglar? ¿Te gusta el estilo retro o vintage y no sabes por dónde empezar? ¿Te apetece restaurar el baúl de tu abuelo? Pues toma nota, es mucho más sencillo de lo que imaginas y quedará genial.
Un mueble antiguo es un tesoro y un baúl, uno de esos adornos o elementos decorativos que esconden mil historias y que sin duda llaman la atención, así que antes de tirarlo piensa si no quedaría perfecto a los pies de tu cama, en el recibidor o en un rincón del salón iluminado por esa lámpara tan especial.
Reparar y darle un aire nuevo a ese misterioso cofre o a una pequeña cómoda, mesita auxiliar o discreta coqueta requiere una serie de pasos muy simples, entretenidos y agradecidos. En realidad, se trata de dos operaciones básicas:
Limpieza y acondicionamiento.
Nueva apariencia.
Limpieza y acondicionamiento
Atendiendo al estado general de esa pieza antigua que quieres recuperar, un primer vistazo te dará idea del tratamiento previo que necesita antes de hablar de cualquier tipo de nuevo look. Si hablamos de un antiguo baúl, hay que observar cómo se encuentran la madera y los elementos de metal, ambos materiales fácilmente recuperables con cuidados acertados.
En primer lugar, deberás descartar la presencia de carcoma. Si la hay, podrás eliminarla mediante algún producto químico de los que existen en el mercado. Sigue escrupulosamente las instrucciones del fabricante protegiendo tus manos con guantes, tus ojos con gafas y tu boca con una mascarilla. Puede que no detectes carcoma pero que la haya habido y veas pequeños agujeros junto a diminutas ranuras e imperfecciones que deberás cubrir con un tapaporos para madera. Aplica esta especie de resina en los huecos visibles con un simple paño o mediante una jeringuilla.
El siguiente paso consiste en eliminar cualquier resto de pintura o barniz para que tu baúl quede preparado para ese cambio espectacular que le dará una nueva “vida”. Para ello, lija la madera con ayuda de la lana de acero. Pásala con suavidad hasta dejarla lisa y perfectamente limpia. Si lo prefieres, puedes aplicar un producto decapante con el que conseguirás resultados similares. El decapante se aplica con brocha, dejándolo actuar unos minutos (según fabricante) y retirándolo, a continuación, con una espátula.
Seguramente el mueble que quieres restaurar contendrá algunos elementos de metal: tiradores, herrajes, remaches o adornos. Si puedes quitarlos antes de aplicar cualquier producto químico, mejor, pero si resulta demasiado complicado deberás tener cuidado evitando que les caigan resinas o decapantes propios sólo para la madera. Para que te queden bonitos y relucientes, sumérgelos (o límpialos) con un poco de vinagre templado. A continuación sécalos cuidadosamente y aplícales antioxidante y barniz para metales.
Nueva apariencia
Ya tienes tu baúl perfectamente acondicionado y listo para su transformación. La madera limpia y decapada, sin restos de elementos anteriores, y los metales brillantes. Ahora toca darle tu toque personal.
Antes de lanzarte a pintar o barnizar (si no quieres aplicarle color), es conveniente aplicar un tinte al agua para igualar el tono. Estos tintes no modificarán el color del baúl, sólo harán que tenga una apariencia homogénea, avivando el tono natural de la madera.
Una vez seco, podrás pintarlo a tu gusto o simplemente aplicarle ceras y barnices más claros o más oscuros, según tus preferencias.
Las posibilidades a la hora de decorar tu mueble son infinitas. Piensa dónde lo vas a colocar y qué “aire” quieres darle. Algunas ideas a tener en cuenta y que te pueden ayudar en tu elección son:
1. Los tonos pastel son muy apropiados si buscas un estilo romántico y nostálgico. Quedan muy bonitos, desprenden encanto y consiguen una habitación de lo más acogedora.
2. Puede que te apetezca conseguir un renovado estilo envejecido. Para logarlo, aplica una primera capa, por ejemplo, de tono dorado o plateado. Una vez seco, extiende un segundo color y, pasadas una horas, lija en puntos determinados de manera que prevalezca la capa superior pero dejando entrever el tono “escondido”. El efecto es fantástico.
3. Los colores fuertes incluso “chillones” crean un magnífico contraste en un mueble antiguo, aportándole ese toque vintage sorprendente y absolutamente de actualidad. Imagina, por ejemplo, ese cofre antiguo en fucsia, esas mesitas de noche de líneas art decó pero en amarillo limón, o ese “soso” mueble recibidor, en rojo valentino… por sí mismos serán capaces de renovar una estancia, convirtiéndose en protagonistas indiscutibles.
4. Si eres de las más atrevidas no tienes que limitarte a los colores lisos. Prueba con distintos diseños y combinaciones. Un baúl a rayas blancas y negras, una cómoda pintada de azul pero con los cajones verdes… todo depende de tu ingenio e imaginación.
¡A pintar!
Sea cual sea la decoración que elijas has de tener en cuenta que, para que la pintura (el paso final) no estropee todo tu trabajo, debes seguir los siguientes consejos:
1.Utiliza la cinta carrocero para delimitar perfectamente el espacio a pintar (no olvides cubrir tiradores, bordes interiores, cajones, etc.)
2.Pinta siempre con brochas pequeñas (nunca con rodillo). Resultará más fácil y preciso aunque tardes un poco más.
3. Desliza el color siempre siguiendo el sentido de las líneas que marque la madera.
4.Realiza el trabajo en un espacio adecuado perfectamente ventilado para evitar los efectos nocivos de pinturas y barnices.
Por último, recuerda que tendrás que encargarte también del interior del bonito baúl. Deberás limpiarlo y acondicionarlo también por dentro, y, para decorarlo, puedes optar por dejar la madera visible o por forrarla con tela o con un alegre y simple papel de regalo.