Morderse las uñas es un hábito de tipo nervioso relacionado con la ansiedad y el estrés, sentimientos de inseguridad o insatisfacción. A este comportamiento compulsivo se le denomina "onicofagia".
La Sociedad Española para el Estudio del Estrés y la Ansiedad (SEAS), recomienda a los pacientes que padecen este trastorno, evitar el consumo de alcohol y café, además de practicar técnicas de relajación como el yoga, que ayudan a reducir el estrés. Si el hábito persiste es necesario recurrir a la terapia psicológica.
En cualquier caso, es importante tratar cuanto antes este trastorno, ya que el hecho de mordisquear las uñas produce un desgaste en la dentadura, aumenta las infecciones de boca, y la piel que rodea la uña puede dañarse, apareciendo verrugas y padrastros, lo que constituye una puerta de entrada para las bacterias. Además, puede verse comprometida la habilidad de sujetar objetos y el sentido táctil.
Como sucede con todos los malos hábitos, abandonar la pésima costumbre de morderse las uñas no es tarea fácil. Para ayudarte en el reto, te traemos estos consejos que nos ofrecen los expertos de d-uñas nails & beauty:
Por último, no olvides que tus uñas han pasado, muy probablemente, años de tortura, por lo que piden a gritos un poco de ayuda para recuperar su salud. Nada mejor que aplicar un tratamiento fortificador complementando con un aceite de cutículas para devolver a tus uñas todo su vigor y belleza. Además, también puedes apostar por los remedios naturales para acabar con la fragilidad de tus uñas.