Te contamos los beneficios que el calor terapéutico de las saunas ejerce en nuestro cuerpo y mente.
Redacción MujerdeElite 2m 49s
Duravit
La saunas están de moda en nuestro país y todo se debe a que el calor en nuestro cuerpo produce una serie de beneficios que refuerzan nuestra salud física y mental.
Tomar una sauna al menos una vez por semana te ayuda a sentirte mejor y aumentar la belleza de tu piel. Y es que, el hecho de sudar pone en marcha una serie de mecanismos glandulares que eliminan toxinas y materiales de desecho, consiguiendo que tu piel luzca resplandeciente y luminosa. Pero además, con la sauna mejorará la circulación, aumentarán tus defensas y las articulaciones serán más elásticas.
Los beneficios de la sauna
Regula la presión sanguínea, dilata los bronquios y mejora el ritmo cardíaco y circulatorio. Sin embargo, la sauna no está recomendada para las personas con determinadas afecciones cardíacas.
Ayuda a reducir la celulitis y adiposidades, agua y desechos atrapados en receptáculos bajo la piel.
Contribuye a que los vasos sanguíneos periféricos se dilaten, aliviando y curando las lesiones en músculos y tejidos blandos.
Reduce el estrés y la fatiga, relajando los nervios crispados y los músculos anudados.
Quema calorías.
Mejora la piel, arrastrando células muertas e impurezas.
Potencia la aplicación de lodos, fangos y cremas, asegurando una mayor penetración.
Alivia la artritis, torceduras, neuralgias, espasmos musculares, rigidez articular y muchas dolencias óseo-musculares.
El aumento de circulación sanguínea estimula las glándulas sudoríparas, liberando toxinas acumuladas, así como alcohol, nicotina, sodio, ácido sulfúrico y colesterol.
Por todo esto, tomar una sesión de sauna es muy importante para nuestra salud, pero debemos saber cómo hacerlo. Sigue estos consejos para realizar una sesión de sauna de forma correcta y sin riesgos:
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Es importante realizar las sesiones de sauna con tranquilidad. Aunque el tiempo que puedes estar en la sauna es variable, se recomienda permanecer entre 10 y 15 minutos, siendo conveniente que las primeras veces la temperatura no sea demasiado elevada (unos 80 grados). El tiempo máximo recomendable en la sauna se encuentra en torno a una hora y media, con varias sesiones divididas en varios minutos.
La temperatura correcta debe estar entre los 80 y 90 grados siendo los 100 grados lo máximo que nuestro cuerpo tolera, por lo que, especialmente en tus primeras sesiones debes evitar esta temperatura tan elevada.
Antes de entrar debes ducharte con agua caliente y jabón.
Una vez dentro siéntate o túmbate sobre una toalla para evitar quemarte con los bancos.
Abandona la sauna cuando notes una sensación de agobio que suele producir la sudoración continuada, ya que éste es el punto donde se obtienen los efectos beneficiosos, si no se llega al mismo éstos no se producen y si se sobrepasa, disminuyen.
Una vez fuera, dúchate con agua fría comenzando por los pies y ve subiendo hacia el centro del cuerpo, la ducha fría tiene muchos beneficios, refrigerará tu cuerpo y el contraste de temperaturas hará que aumente la circulación sanguínea por la superficie corporal.
Para terminar descansa relajada durante 10 o 15 minutos, al pasar ese tiempo estarás como nueva y tu cuerpo y mente te lo agradecerán.
