La mala convivencia puede arruinar una relación. Te damos unos pequeños consejos para que la pareja supere con nota los primeros meses viviendo juntos.
Redacción MujerdeElite 3m 44s
Por fin ha llegado el momento que tanto estabais planeando. Habéis decidido vivir juntos; habéis encontrado vuestro nidito de amor y tú ya tienes pensada hasta la decoración de vuestra futura habitación. Todo son ganas e ilusión al principio. De repente, algo cambia: llegan las primeras discusiones, los primeros problemas y malentendidos y lo que iba a ser un cuento de hadas se convierte en un ambiente tenso que te hace plantearte qué está pasando en vuestra relación. Te desanimas y piensas que quizá se ha acabado el amor o que sois incapaces de vivir juntos.
Sin embargo, no hay que ser tan radical. La convivencia en sí es complicada, sobre todo si estáis acostumbrados a vivir solos. De repente tener alguien con quien compartir todo nuestro espacio (y no sólo de manera ocasional) y que vea toda nuestras caras a todas horas del día puede llegar a agobiarnos. Pero no puedes pensar que una convivencia complicada arruinará todo el trabajo que habéis hecho en la construcción de una sólida relación.
De hecho, vivir con tu pareja puede ser una maravillosa experiencia si sabéis cómo hacerlo. Será en esta nueva etapa en la que realmente conocerás a tu chico, sus defectos y virtudes reales, sus manías… Y por eso tienes que tener en cuenta algunas claves que ayudarán a que los pequeños detalles no hagan mella en tus ganas de seguir adelante con la relación.
Si te cansas de la rutina, lucha por acabar con ella. Uno de los grandes peligros que corre la pareja es darse cuenta de que la chispa se ha apagado porque ya no tenéis nada de emoción. Pero si se apaga la chispa es porque vosotros lo permitís: las sorpresas y los pequeños detalles románticos nos gustan a nosotras, y les gustan a ellos. Así que, ¿por qué no hacerlo? Prepara una cena a la luz de las velas que no se espere, hazle un pequeño regalo sin necesidad de que sea una fecha especial, o simplemente déjale una notita en la que le cuentes cuánto le quieres un día cualquiera.
Otra de las palabras fundamentales que siempre habrás de tener en cuenta en la convivencia es tolerancia. Está claro que te molesta que siempre se deje todo desordenado y que jamás haga la cama, por ejemplo. Pero a él también le molesta que no le dejes una noche para que esté con sus amigos tranquilamente. Ambos tenéis que ceder. Si ninguno de los dos accede a esos pequeños cambios, no lograréis ningún avance y la crisis será inevitable. Peor aún será si sólo uno de vosotros cambia lo que su pareja le pide mientras que él o ella no hace nada por cambiar sus manías.
Además, tienes que tener en cuenta que cuando pasas a vivir día a día con tu novio habrá días mejores y peores. Un mal día en el trabajo puede provocar que llegue a casa de mal humor, igual que te puede pasar a ti. Una vez más, intentar que estos malos días no afecten a la relación en general depende de los dos: tenéis que demostrar que estáis el uno para el otro, que os apoyáis.
La comunicación se convierte en remedio de los problemas. No vale de nada que te guardes todo aquello que te molesta hasta explotar cuando no puedas más. Os será de más utilidad si cada vez que hay algo que a uno de los dos le siente mal se lo dice a la otra persona. De ese modo, no llegará el temido momento de una discusión en la que se empiecen a sacar problemas de meses atrás.
Con estos pequeños consejos, lograrás tener una placentera convivencia, además de llegar a una relación fuerte y llena de confianza, mucho más difícil de romper.