Desde que comenzaran su relación Guillermo y Catalina, el estilo de ésta ha cambiado considerablemente. Y no solo porque con la madurez uno aprende de los errores cometidos en la juventud, que también, aquí entra en juego algo mucho más importante y eso, indudablemente, es el protocolo.
El protocolo le dice a una cómo saludar, cómo recoger regalos, cómo comer, cómo dirigirse a las personas y por supuesto cómo vestirse para cada ocasión. Y no creas que es algo que solo las princesas deben aprender, no, nuestra sociedad se encuentra envuelta en una especie de protocolo invisible, ¿a que jamás se te pasaría por la cabeza acudir a una boda vestida de blanco? pues eso es protocolo.
Pero claro está que Catalina ha debido aprender otras muchas cosas aparte de no ir de blanco a las bodas de las demás. En su vestuario todo debe de estar medido, desde la largura de la falda hasta el escote de la blusa. Y es que ella tiene que representar a todos los ingleses y debe dejarlos en un buen lugar.
En el transcurso de estos ocho años de relación que ha mantenido con el príncipe Guillermo la hemos visto evolucionar y acabar estando a la altura de las circunstancias. También la hemos visto adelgazar considerablemente y eso ya no nos gusta tanto.
Con el transcurrir de años ha dejado esas faldas largas que le daban un aspecto poco formal y se ha alejado de los estampados. Como a cualquier chica joven le encantaba ir cómoda para realizar sus tareas cotidianas, esto es, con un vestido de tirantes en algodón cuando llegaba el buen tiempo o no prestaba tanta importancia a ir combinada.
Ahora es fiel a los trajes de chaqueta por encima de la rodilla y en un solo color. El monocromismo en un traje siempre es más elegante que un montón de estampados que hacen que el ojo se distraiga, pues ella debe de ir correcta, pero sin llamar la atención. El color azul se ha convertido en su color fetiche pues la hemos visto con vestidos o trajes en diferentes tonalidades del mismo.
Una prenda de vestir que no puede faltar en el armario de un buen inglés es una gabardina o trench. A ella le gusta llevarlo bien ceñido a la cintura y que parezca que se trata de un vestido más.
La única extravagancia que concede a su look podrían ser los sombreros o tocados, pues siguiendo la tradición de su nueva familia política, es algo más que aceptado, e incluso en ocasiones, valorado. Pero eso sí, ella sabe encontrar la mesura y todavía no le hemos visto con ningún tocado semejante a los de las hijas del Duque de York.
Catalina ha entrado por la puerta grande y tiene estilo para inspirar a muchas otras chicas, que como ella, un día soñaron con casarse con un príncipe azul.
FOTOS
Catalina con un vestido muy veraniego
Gtres
La esposa del Príncipe Guillermo con unos zapatos de cuñas y vestido de algodón.
Catalina con un vestido azul Klein
Gtres
La Princesa no se priva de sus tocados.
Catalina con un look muy hippie
Gtres
Catalina empleaba faldas largas y chanclas antes de convertirse en princesa.
La princesa Catalina con un vestido estampado
Gtres
La nueva princesa huye de los estampados para dar más seriedad a sus conjuntos.
Catalina de rojo
Gtres
La nueva princesa está muy guapa de rojo, aunque su color predilecto a la hora de vestirse es el azul.
La princesa con un trench
Gtres
Con el tiempo inglés no nos extraña que esta prenda sea un básico en su armario.
La princesa Catalina con un recogido
Gtres
Aunque no es muy dada a los recogidos, lo cierto es que le sientan muy bien.
Catalina con Guillermo
Gtres
La princesa de azul marino.
Catalina vestida de novia
Gtres
Un vestido muy sencillo, donde solo llevó encaje en la parte de los hombros.
