¿Sabías que el envejecimiento facial comienza a los 25 años? Como lo oyes. El envejecimiento intrínseco o también llamado proceso de envejecimiento natural comienza en torno a los 25 años de edad. La piel pierde colágeno y elastina y las células no se renuevan con tanta rapidez como antes. Sin embargo, aunque el proceso de envejecimiento comienza a esta edad, los signos en el rostro se llegan a observar varios años después.
El envejecimiento extrínseco es causado por factores ambientales tales como la exposición solar, el tabaco, expresiones faciales, la ley de la gravedad y posiciones al dormir.
Además, en las mujeres a partir de los 40 años aproximadamente comienza a disminuir la producción de hormonas, las cuales tienen una importante influencia sobre la hidratación de la piel, su grosor, la pigmentación y el equilibrio lipídico, además de que también son responsables de favorecer la renovación celular y estimular la síntesis de fibras de colágeno y elastina en la dermis. Es por ello que la caída en la producción de estrógenos ocasiona diversos efectos en el rostro, evidenciando el envejecimiento facial.
Para paliar los efectos del envejecimiento es necesaria la utilización de cosméticos específicos además de un constante cuidado de la piel con hábitos saludables, tales como aplicar protección solar, no fumar, llevar una alimentación equilibrada y limitar el consumo de alcohol y cafeína.
Toma nota de los consejos básicos para cuidar tu cutis y ralentizar el envejecimiento facial:
Es imprescindible hacerlo por la mañana, liberarás los poros de suciedad e impurezas acumuladas durante la noche, permitiendo que la piel absorba los principios hidratantes.
Igualmente no debe faltar la limpieza nocturna para eliminar el maquillaje y las células muertas, dejar respirar la piel y nutrirla e hidratarla con el producto elegido de acuerdo a tu tipo de piel.
Aunque tengas el cutis mixto o graso no debes hacerlo. Las glándulas sebáceas reaccionarían con una producción de sebo mayor para compensar el sustraído con el lavado, por tanto, en lugar de solucionar el problema, con el tiempo lo agravaría.
Nunca te acuestes sin haberte lavado la cara y aplicado los productos hidratantes elegidos. Es importante asegurar una buena limpieza para devolver a la piel la frescura, eliminar las células muertas y eliminar los restos de polvo, polución y sebo acumulados durante el día.
Incluso en invierno debes proteger tu piel de los rayos ultravioletas, evitarás los daños que pueden producir, además del envejecimiento precoz que podrías advertir en la piel de tu rostro.
Algunos malos hábitos como el tabaquismo y el abuso de bebidas alcohólicas resultarán muy negativas para tu piel, la apagarán.
El estrés igualmente es enemigo para una piel sana, aprende a relajarte y tomarte las cosas con más calma, tu piel lo agradecerá.
Debes hidratar tu piel desde dentro, por lo que no debes olvidar beber cada día de 1,5 a 2 litros de agua (preferentemente mineral).
Una alimentación equilibrada rica en frutas y verduras es primordial para mantener una piel sana, ya que son ricas en vitaminas y sustancias antioxidantes que combaten el envejecimiento cutáneo.
Este tipo de productos contienen gran cantidad de conservantes que no son nada recomendables para tu cutis.
Si tu piel es grasa, limita el consumo de quesos, embutidos y frituras.