Son muchos los beneficios que las infusiones pueden aportar a nuestro organismo y tomarlas con regularidad es una excelente manera de prevenir los efectos negativos (kilos extra) de las habituales "excepciones" navideñas. En general, las infusiones ayudan a eliminar toxinas y grasas dado su alto poder depurativo y resultan eficaces a la hora de combatir el problema de la retención de líquidos, no obstante, algunas de ellas poseen un marcado efecto diurético y consiguen bloquear los lípidos antes de que se conviertan en acumulaciones grasas (si quieres descubrir cuáles son y cómo tomarlas, pincha aquí).
Estas propiedades las convierten en un buen aliado de salud y bienestar, algo que también se refleja en nuestra piel. Determinadas hierbas y plantas poseen, además, otras cualidades que las hacen especialmente indicadas si notamos que en nuestro rostro empiezan a hacerse evidentes los signos del cansancio, el estrés, la fatiga o el paso del tiempo.
Algunas infusiones pueden conseguir que la piel luzca más suave, tersa, fresca y luminosa. Uno de los ejemplos más conocidos es el té. Sus propiedades antioxidantes son conocidas y tomar una o dos tazas al día es una excelente estrategia para que nuestra piel pueda defenderse de los radicales libres que causan el envejecimiento.
Todas las variedades de té poseen estas magníficas propiedades (el verde es el más común), pero si necesitas una cura exprés, recurre al té blanco, menos popular, más caro, pero para muchos, el té de la belleza, dado que su elevado contenido en polifenoles (superior al de otros) hace que sea uno de los más poderosos antioxidantes naturales a tu alcance. Neutraliza eficazmente la actividad de los radicales libres, culpables del envejecimiento prematuro. Además, aumenta las defensas del organismo. Disfruta de una agradable y delicada infusión de té blanco cada día y lucirás una piel más joven y sana. Puedes tomarlo solo (añadiendo unas hojas en agua hervida y dejando reposar unos minutos).
También puedes utilizarlo como ingrediente de alguna mascarilla súper refrescante e hidratante. Por ejemplo, añade unas cucharadas a media papaya triturada y extiende la mezcla por el rostro. Deja actuar 15 minutos y retira con agua templada. ¡Buena cara al momento!
La "humilde" manzanilla, tan útil para combatir problemas relacionados con la digestión, también puede obrar maravillas especialmente si tu rostro, además de apagado, presenta las temidas ojeras y bolsas que dan un aspecto aún más envejecido y casado.
La manzanilla es un potente antiinflamatorio. Toma una infusión después de las comidas y aprovecha, cuando esté fría, para empapar unos algodones y dejarlos actuar sobre tus ojos, ¡verás cómo las bolsas se reducen hasta desaparecer! (también puedes colocar las bolsitas ya usadas en la nevera unos minutos y utilizarlas como excelentes compresas desinflamatorias).
Otra infusión recomendable para devolver la vitalidad a tu rostro es el rooibos. Su alto poder remineralizante aporta los nutrientes que tu piel necesita para lucir en todo su esplendor. No contiene cafeína y su cantidad de taninos es inferior a la del té, por lo que puedes tomar dos o tres tazas diarias. También ayuda a limitar la acción de los radicales libres y posee un suave efecto diurético que previene la temible retención de líquidos. Se destaca su suave efecto antihistamínico (bloquea la producción de histamina), aliviando las reacciones alérgicas como los eccemas, irritaciones y granitos que desvirtúan el aspecto de la piel. Además, su importante cantidad de antioxidantes te protege del envejecimiento. Si deseas cuidar tu piel de forma suave y natural, disfruta de una agradable tisana de esta planta a diario.
La cola de caballo es una de las más eficaces a la hora de depurar el organismo y, aunque lo más valorado de esta infusión es su gran efecto diurético (se incluye en numerosas dietas), hay que recordar que, al conseguir eliminar grasas y toxinas, su efecto beneficioso repercute también en la piel, estando especialmente recomendada en el caso de cutis grasos o con presencia de acné. Además, la cola de caballo contiene gran cantidad de silicio, mineral muy indicado para regenerar las pieles sensibles y delicadas. Si es tu caso, no dudes en ingerir una tacita diaria.
Tomando dos tazas al día (puedes combinar la cola de caballo con unas hojas de salvia), los pequeños granitos u otras imperfecciones cutáneas, mejoran notablemente. Puedes completar el tratamiento con mascarillas naturales especialmente indicadas para pieles grasas.
Las infusiones de tomillo y romero contribuyen a mantener en buen estado el sistema circulatorio, algo que también ayuda a tener buen aspecto y un rostro saludable, dado que esta propiedad también se refleja en la microcirculación de la zona de la cara devolviendo su lozanía a la piel.
Si quieres, puedes también utilizar la infusión de romero como "tónico" para lucir una espléndida melena. Aplícala en el cuero cabelludo tras el lavado realizando un suave masaje y aclara con abundante agua. Tu pelo se verá sano, fuerte y brillante y tú estarás estupenda.