Las plantas llenan de vida cada rincón de tu casa. Puedes elegir plantas de exterior para tu jardín o terraza, pero también puedes decorar tu hogar con plantas de interior, verdes o con flores, capaces de embellecer y purificar el aire de tu casa, para disfrutar de un ambiente más sano, fresco y natural.
Tanto si te apasionan las plantas y eres toda una experta en su cuidado, como si quieres sumarte a la clara tendencia de “naturalizar” los hogares, pero no tienes claras sus necesidades básicas, te será muy útil conocer los mejores trucos para cuidar todas tus plantas, sean del tipo que sean, de forma práctica, fácil y económica. Descubre qué plantas son más adecuadas para interiores, cómo limpiarlas, cómo regarlas, cómo solucionar sus problemas más frecuentes… Te sentirás orgullosa de verlas crecer sanas y fuertes, y conseguirás que cada una de ellas despierte miradas de admiración.
Las plantas, además de decorar tu hogar, sirven para purificar el ambiente absorbiendo gases tóxicos. Bastarán 3 o 4 plantas bien distribuidas para aumentar la cantidad de iones negativos, invitando a la relajación. Las plantas más indicadas para conseguir este efecto son el ficus, las cintas o el bambú.
Son pocas las plantas que florecen dentro de casa, pues suelen necesitar mayor exposición solar. Si quieres comprar alguna que te asegure flores, decántate por las bromelias o el anturio blanco.
Las plantas que tienen flor estarán radiantes si se ponen dos o tres gotas de aceite de oliva en el tallo, en la zona donde se une con la tierra.
Si vas a comprar una maceta para tu nueva planta, recuerda que su tamaño debe ser el de un tercio del de la planta para una óptima proporción.
Si tus plantas necesitan una ducha de limpieza, diluye una cucharadita de gel de baño en un litro de agua. Pulveriza tus plantas con esta solución y después repite la operación sólo con agua que tenga poca cal. Quedarán brillantes y limpias.
Otra solución consiste en regar las plantas una vez al mes con la mezcla de 5 litros de agua y 1 de vinagre. Las fortalecerá y a su vez las mantendrá limpias.
Si tienes plantas de interior sucias por el polvo, pasa por las hojas un algodón empapado con un poco de vinagre, sal y bicarbonato. Quedarán limpias y relucientes.
Para que las plantas de interior estén limpias y muy brillantes, mezcla leche y cerveza a partes iguales y aplica esta solución con una esponja en las hojas. Después, sácalas brillo con un paño.
Si no tienes cerveza y quieres abrillantar las hojas de tus plantas sin agredirlas, retira primero el polvo de ellas con un paño suave y pasa después cuidadosamente por cada hoja una bayeta humedecida en leche.
Para las plantas, la calefacción es su mayor enemiga, ya que les hace perder la humedad que precisan. Para mantener la humedad adecuada en tus plantas de interior durante el invierno, pon cada maceta sobre un plato con agua, y cuando se evapore, pon más.
Si quieres saber si le falta humedad a una planta, golpea el tiesto, si suena a hueco significa que la planta está sedienta y necesita riego.
En el caso de los cactus, lo cierto es que son capaces de tolerar temperaturas extremas, sin embargo, es en invierno con la bajas temperaturas y sobre todo por la humedad, cuando son más delicados. Evita exponer el cactus a temperaturas muy bajas y no lo saques al balcón si puede llover o nevar. Además, no lo riegues durante esta temporada, en todo caso sería admisible un riego ligero una vez al mes. Cuando llegue la primavera y con los riegos reanudados, estas plantas volverán a estar preciosas.
Si tus plantas de interior están algo mustias y débiles, deja unas pocas cáscaras de huevo a remojo en agua durante toda una noche. Al día siguiente retira las cáscaras y riega tus plantas con esa agua tan rica en calcio que servirá de alimento para ellas. Recuperarán su fortaleza.
¿Quieres que tus plantas crezcan más fuertes? Introduce 2 o 3 lentejas en los tiestos. Te parecerá increíble, pero funciona.
Si lo prefieres, tus plantas ganarán en fuerza y vigor si añades al agua de riego un poco de soda. Bastará regarlas con esta preparación una vez cada 15 días.
En invierno, las plantas de interior que requieren luz agradecerán mucho el uso de lámparas mixtas que combinan la luz de las bombillas tradicionales con las de los fluorescentes, ya que de ese modo se asemejan los rayos de la luz solar.
Además, si dejas todo bien cerrado cuando no estés en casa, coloca las macetas en una estancia donde puedan recibir luz natural. ¡La necesitan!
Para que tu ficus crezca muy fuerte y bonito, utiliza como abono una taza grande de agua fría en la que hayas disuelto una cucharada sopera de miel. Repite la operación de vez en cuando y presume de ficus.
Si tus helechos están perdiendo su vivo color verde, añade cada semana unos cubitos de hielo en la tierra y pulverízalos diariamente, ya que requieren de mucha humedad.
Otra opción muy eficaz para conseguir un tono muy verde, es regarlos una vez al mes con una solución de agua y levadura. La proporción es siempre el doble de agua que de levadura. Recuperarán su lozanía y su precioso color.
Si lo que quieres es que brillen, vierte unas gotas de glicerina en un paño y frota las hojas de tus helechos con él.
Si quieres que las orquídeas florezcan dentro de casa, ten en cuenta utilizar la mitad de la dosis de fertilizante indicada en el envase para su cultivo. De este modo evitarás quemarla, ya que esta planta requiere poco alimento.
No deseches el agua de descongelar el frigorífico, utilízala para regar las plantas. Especialmente los bonsáis y orquídeas te lo agradecerán.
Cuando alguna de tus plantas presente un corte profundo en el tallo, calienta un poco de cera, bien de abeja o de vela, hasta que quede completamente fundida. Después, aplícala con una brocha o un pincel sobre el corte del tallo y envuelve firmemente alrededor del tallo con un trozo de cinta adhesiva. La planta cicatrizará la herida y en poco tiempo el corte cerrará.
Cuando descubras en casa algún clavo oxidado, no lo deseches, úsalo como abono para tus plantas. Introduce el clavo en la tierra de la maceta lo más profundo posible. En unos días tu planta estará visiblemente más fuerte y bonita.
Si las hojas de tu planta comienzan a amarillear, es porque la tierra tiene falta de hierro. Inserta un clavo en la maceta y riega como es habitual. A las pocas semanas volverá a estar tan lozana, saludable y verde como antes.
Cuando se trata de plantas jóvenes, cuando las hojas comienzan a amarillear es un indicio de que necesitan más calor. Ten en cuenta que las plantas jóvenes necesitan una temperatura superior a las plantas adultas, entre 3 y 5 grados más. De lo contrario, retrasaría su crecimiento.
Si en las hojas de tus plantas han aparecido manchas blancas, se debe al exceso de cal del agua. Podrás eliminar esas manchas poniendo una cucharada de vinagre por litro de agua y pulverizando las hojas con esta mezcla.
Lograrás avivar el tono verde de las hojas de tus plantas con solo añadir una pizca de canela molida (en polvo), al agua de riego.
Cuando alguna de tus plantas muestre un aspecto apagado y marchito, riega la tierra de la maceta con un poco de zumo de naranja. En pocos días habrá recuperado su esplendor.
Otra solución si alguna de tus plantas se ha puesto mustia, consiste en poner lo más cerca posible del tallo, 3 gotas de aceite de hígado de bacalao. En poco tiempo recuperará su lozanía.
Si con el riego se ha encharcado alguna de tus plantas, tiene solución. Saca el cepellón del tiesto y envuélvelo en varias hojas de papel de cocina absorbente. Transcurridas 24 horas, coloca de nuevo la planta en la maceta y no la riegues durante varios días.
Para que te olvides de los pulgones en tus plantas de forma fácil y barata además de no agredir al medio ambiente, mezcla agua y leche a partes iguales, agita bien y pulveriza con la mezcla las plantas abundantemente durante varios días. ¡Problema resuelto!
Para mantener alejados de tus plantas a los insectos y parásitos, introduce, dentro y fuera de la tierra, algunos dientes de ajo.
Si tus plantas tienen bichitos volando alrededor, hazte con unas pocas ortigas y déjalas macerar en agua durante 24 horas. Al día siguiente filtra el agua y viértela en un vaporizador. Pulveriza con esta solución las plantas cada dos o tres días. Los bichitos dejarán de visitar tus plantas.
Si buscas una solución para mantener protegidas tus plantas y alejar los parásitos sin tener que gastar demasiado y protegiendo el medio ambiente, elabora tu propio pesticida. Simplemente, coloca en cada maceta 6-7 cerillas con el fósforo clavado en la tierra. El azufre destruye los parásitos, pero no resulta perjudicial para las plantas.
En lugar de cerillas podrías utilizar canela.
Si te vas de vacaciones y a la vuelta quieres encontrar las plantas en perfecto estado, solo tienes que colocarlas en la bañera sobre varias toallas dobladas en unos centímetros de agua.
Las macetas pequeñas requieren de riego a diario durante el verano, ya que de lo contrario se secarán con rapidez. Recuerda regar también el recipiente.
Para que tus plantas conserven mejor la humedad, abre un agujerito en la tierra de la maceta y entierra una bolsita de té que ya hayas utilizado.
Arranca todas las malas hierbas de tu jardín, luego pon agua a calentar y, cuando hierva, añade un kilo de sal por cada 5 litros de agua. Remueve y, una vez frío, riega la zona afectada. Si lo haces regularmente, cada vez saldrán más débiles.
Las flores de esta planta son preciosas, pero recuerda que durante el invierno debe mantenerse casi seca y a una temperatura de unos 12 a 15 grados. Además, procura mantenerlas en sitio luminoso.
Si tienes algún rosal en miniatura en una maceta, conviene que durante la floración lo mantengas en el interior. Después ya puedes colocarlo en la terraza o en el alféizar de la ventana.
Si deseas potenciar el olor de tus rosas, entierra alrededor de sus raíces peladuras de plátano y/o cebolla. Verás como despedirán un aroma más intenso.
Para que las plantas del acuario se mantengan en perfecto estado, es imprescindible que se encuentren sobre un lecho de arena de 6 a 8 centímetros.
Recuerda que esas plantas no cumplen solo una función decorativa, sino que resultan fundamentales para la salud de los peces, aportan oxígeno y combaten desechos.