Más de 700 tiendas y dos millones de visitantes diarios describen cómo es la avenida Nankín de Shanghai, la calle comercial más grande del mundo y una arteria donde las principales marcas de moda comparten espacio con teatros, museos, rascacielos, restaurantes de comida rápida y templos budistas.
Desde el paseo del Bund, el centro financiero de la ciudad en la época colonial, hasta el templo Jing'An, construido durante la dinastía Song en el año 1216, la avenida Nankín avanza de este a oeste, durante cinco kilómetros y medio, por el corazón de la metrópoli asiática.
En su centro se encuentra la Plaza del Pueblo, un espacio de 140.000 kilómetros cuadrados donde se levantaba el gran "Ascot del este", el hipódromo más famoso de Oriente en el primer tercio del siglo XX, que durante la Segunda Guerra Mundial sirvió como campo de prisioneros y fue derribado en los primeros años de gobierno de Mao.
En ella se concentran el Museo de Shanghai, que alberga la mayor colección de bronces chinos del mundo, el Centro de Planificación Urbana de la ciudad, donde se despliega una maqueta de cómo será la metrópoli en 2020, y el Gran Teatro de Shanghai, el recinto en el que paran los musicales de Broadway a su paso por Asia.
Algunas de las firmas españolas más conocidas internacionalmente, como Zara, Mango, Loewe, Trucco, Lladró, Tous o Camper, se codean en la calle Nankín con tiendas de Versace, Nike, Marks and Spencer, Rolex, Prada, Louis Vuitton, Adidas, Bulgari o Giorgio Armani.
El grupo Inditex, que también está presente en la Quinta Avenida de Nueva York, la calle Oxford de Londres y las aceras de Ginza en Tokio (las tres arterias comerciales más importantes del mundo), abrió allí su primera tienda de Zara en 2006 y, en apenas tres años, ya cuenta con 27 establecimientos en todo el gigante asiático.
El edificio ocupado por Zara albergó en 1920 el Consulado de España en la ciudad y ahora se encuentra junto a "gran parte del
retail (venta al por menor) internacional y a las galerías comerciales de mayor nivel, además de los grandes hoteles y un buen número de representaciones diplomáticas", señaló Inditex.
NANKÍN ES UN HERVIDERO DE GENTE
Pero no sólo las firmas punteras hacen negocio en la calle Nankín, donde según un estudio de la consultora estadounidense Cushman & Wakefield el alquiler de un metro cuadrado de suelo comercial cuesta 1.667 euros al año; decenas de vendedores ambulantes chinos abordan a los turistas en su paseo.
Imitaciones de bolsos, zapatos y relojes de alta gama, de los últimos teléfonos móviles, de reproductores de música o de cámaras de fotos tientan a los visitantes de presupuesto más ajustado.
Sin embargo, para la agencia de viajes Absolut China Tours, una compañía que lleva 25 años operando en el gigante asiático, "ir de compras no es la única manera de visitar la avenida".
El equipo de la agencia nos explica que cuando los turistas caminan por la calle Nankín también "prestan mucha atención a las caras de la gente y a los edificios de estilo neoclásico", herencia de su pasado colonial.
Según los datos que maneja Absolut China Tours, dos millones de peatones atraviesan a diario la arteria comercial, una cifra que sube por encima de los tres millones cuando se celebran en China las vacaciones oficiales.
Nankín es un hervidero de gente a cualquier hora del día: por las noches una multitud deambula en su tramo este, a mediodía los aledaños de la Plaza del Pueblo están atestados de tráfico y peatones, y a primera hora de la mañana muchos madrugadores se ejercitan, bailan, o practican artes marciales antes del trabajo.
Quizá sea al amanecer cuando la calle conserva su espíritu más tradicional, cuando sus vecinos salen a pasear en pijama a sus mascotas entre centenares de personas haciendo Tai Chi y las enormes pantallas de sus rascacielos todavía no están encendidas.
En una ciudad en la que los rascacielos se cuentan por miles, la avenida Nankín también aporta altura con cuatro grandes edificios en la silueta de la ciudad sobre el horizonte: Shimao International Plaza (333 metros), Plaza 66 (288 metros), Tomorrow Square (285 metros) y el hotel Radisson (208 metros).
Absolut China Tours cree que "la calle Nankín se está convirtiendo en una avenida comercial de primera clase, y dentro de poco estará al nivel de los Campos Elíseos de París, Ginza en Tokio, la avenida Michigan en Chicago y la calle Oxford de Londres".