En el sur de España y Portugal es habitual encontrar todo tipo de piezas de joyería fabricadas con el llamado hueso de corvina, que no es más que una formación calcárea que comparten ciertas especies de peces y que sirve básicamente para la audición y al que los expertos llaman otolito. Cuanto mayor es la corvina, mejor es el hueso y por tanto mayor poder tendrá un amuleto que ya utilizaban los fenicios.
Y aún cuando estas supuestas propiedades curativas puedan resultar muy interesantes y atractivas, las verdaderas cualidades de la corvina son las culinarias. No cabe duda de que es una especie muy apreciada en gastronomía que ha ganado adeptos muy rápido en los últimos años. Esto se debe a que su carne es sabrosa y tersa, y que admite distintos sistemas de cocinado: asado, a la plancha, a la sal, cocido… siendo también ideal para consumir crudo en los tradicionales ceviches.
La corvina es un pescado blanco, por lo que su contenido en grasas es bastante bajo, inferior al 2%. Posee un interesante aporte de ácidos grasos Omega-3, proteínas, fósforo, hierro y calcio, y sólo proporciona entre 75 y 90 kilocalorías por cada 100 gramos, así que es ideal para la dieta de toda la familia, y especialmente en dietas para adelgazar.
Te proponemos una deliciosa y veraniega receta con corvina, ligera, muy sabrosa y cargada de nutrientes que, además, es muy sencilla y rápida de preparar. ¡Toma nota!