Podríamos definir a la perfiloplastia como el conjunto de técnicas de cirugía estética que se aplican en el paciente con el fin de conseguir el equilibrio de sus formas anatómicas faciales. Agrupa las técnicas tradicionales rinoplastia (nariz), mentoplastia (mentón) y malarplastia (pómulos), además del uso de rellenos grasos propios que terminan de remodelar y rejuvenecer el rostro del paciente.
Una vez realizada la rinoplastia, mentoplastia y malarplastia, se aprovecha para perfeccionar el resultado con la técnica de lipofilling facial. Mediante infiltración, se inyectan subcutáneamente pequeñas dosis de grasa del propio paciente enriquecidas con factores de crecimiento plasmático, factores provenientes de la propia sangre, de modo que se consiguen mejores resultados que con solo la grasa, así como mayor durabilidad de ésta en el organismo.
Es una novedad que está en la línea de los nuevos avances en cirugía y que se basan en sustituir los implantes faciales sintéticos con los implantes naturales o autólogos. Según afirma el Dr. Federico Pérez de la Romana del Instituto Pérez de la Romana, ésto es debido "a la capacidad regeneradora de la grasa (angiogénesis) que integra células madre, la que es responsable de esta tendencia, y mucho más desde que ha demostrado su poder de permanencia o de no reabsorción, lo que se traduce en la mayor eficacia de los tratamientos".