Para el relleno: sobras de cocido, carne asada, jamón, pollo…
Cómo hacer croquetas caseras de aprovechamiento paso a paso
Primero se elabora la bechamel. Para ello, se calienta la leche en el microondas. Mientras tanto, se pone a calentar una sartén con el fondo cubierto de aceite de oliva. Una vez caliente se añade la harina y se remueve muy bien para eliminar los grumos. Dejar que la harina se tueste ligeramente para que no sepa a crudo. Cuando empieza a dorarse, añadir la leche caliente poco a poco y sin dejar de remover. Salpimentar, poner nuez moscada al gusto y remover bien hasta que la bechamel tenga una textura muy cremosa.
Una vez lista la bechamel, añadir el relleno elegido previamente desmigado o picado. Si sobraron carnes de alguna comida, serán ideales para clavar las croquetas típicas de tu abuela. De lo contrario, se puede poner jamón, queso… Remover hasta que quede todo bien mezclado y la masa estará lista. Dejarla enfriar cubierta con papel film en el frigorífico durante unas horas.
Preparar un plato con un huevo batido y otro con pan rallado. Sacar la masa fría de la nevera (si está dura es bueno porque es más fácil moldear las croquetas) e ir formando las croquetas con una cuchara, procurando que queden todas de tamaño similar.
Una vez agotada la masa, se pasan todas las croquetas por huevo batido y pan rallado para empanarlas. En este punto es cuando se pueden congelar aquellas que no se vayan a freír y comer enseguida.
Finalmente, con abundante aceite de oliva caliente en una sartén, se fríen las croquetas durante unos minutos hasta que estén bien doradas.
Observaciones
Si tenemos miedo a que se rompan durante la fritura, se empezará friendo a fuego más suave para que sea más fácil darles la vuelta. Se terminará subiendo la temperatura para conseguir una fritura perfecta.