Cuando te enamoras no piensas en lo duro que será el final. Controlar los impulsos y los sentimientos se convierte en una tarea ardua que nos desespera y nos provoca un malestar generalizado. Esto se traduce a todo lo que tocamos, no estamos centradas en el trabajo, la desgana puede con nuestra habitual simpatía y dejamos de confiar en todo lo que nos rodea.
La mayoría soñamos con un amor para toda la vida, ese amor de película que nos hace echarlo de menos incluso cuando aún no lo hemos vivido, al verlo en el cine, programas o simplemente al contemplar relaciones modélicas en nuestro entorno: padres, titos, abuelos… de ahí que nos entreguemos en cuerpo y alma cuando creemos que nos ha llegado esa persona.
Al final del trayecto, tu pareja se lleva un pedacito de ti. El vacío, la desesperanza, un dolor agudo en el pecho, lloriqueos continuados al ver a otros amándose o en situaciones parecidas por empatía… ¿Cómo superar algo así?
Romper con la pareja es siempre algo traumático. Has compartido parte de tu vida con otra persona y ahora te aterroriza empezar de nuevo (¡y sola!). Puede que sentimientos de angustia, tristeza, soledad y desasosiego hagan su aparición. Todo ello es normal, pero siempre y cuando sus efectos no se alarguen demasiado en el tiempo. Mantener una actitud positiva ante la vida y evitar los malos pensamientos hará posible que pases esa barrera tan negra y negativa que suele aparecer inmediatamente posterior a la ruptura. De lo contrario, el mal de amores le podría jugar una mala pasada a tu salud.
Es cierto que hay personas que, en estas situaciones, tienden a hundirse más que otras. Son caracteres que suelen ser más frágiles y vulnerables psicológicamente que otros y que responden al perfil de personas muy dependientes de la relación.
El psicólogo clínico Frank Tallis, autor de Trastorno obsesivo compulsivo (Ed, Desclee De Brouwer), revela en su libro Love Sick cómo un gran número de pacientes que acuden a su consulta con depresión o un desorden obsesivo compulsivo, en realidad están "enfermos de amor", una patología que afecta a muchas más personas de las que nos creemos, a pesar de que los manuales de psicología y la psiquiatría no reconocen la enfermedad del amor como tal.
Los tópicos, tópicos son, pero muy certeros llegan en momentos de incertidumbre, lo primero es pensar que después de la tormenta llega la calma, que hay más peces en el mar y que, por supuesto, un clavo saca a otro clavo.
Partiendo de esta base vamos a demostrar con los siguientes consejos que eres una mujer digna de admirar, fuerte y que puede con todo, una mujer que no se permite el lujo de que la vean abatida, cabizbaja. Vas a conocerte a ti misma, a saber qué quieres y qué no quieres en tu vida, aprenderás a valorarte y a considerarte especial, llena de virtudes.
Ocúpate de ti misma. Atrévete con ese cambio de look que siempre soñaste, entabla conversación con las peluqueras, en el gimnasio o la piscina, charla aunque sea de temas superficiales con quien tengas cerca, aprende todo aquello que te llame la atención o descubre facetas nuevas de tu personalidad. Seguramente la cocina, la pintura, la lectura o deportes divertidos puedan ser aficiones que copen tu tiempo, ese que antes entregabas a alguien y que por fin podrás invertir en algo productivo para ti.
La base de este primer paso es el egoísmo y egocentrismo, dos particularidades de la personalidad que no necesariamente hemos de concebirlas como algo negativo.
Evitar las nostalgias hará más fácil la superación. En ocasiones hay hijos y mucho arraigo familiar de por medio, por lo que estos casos son más delicados y la paciencia será una virtud que te consolide como persona al final del proceso de separación.
Cuida tu entorno, no traigas a tu mente recuerdos de la intimidad y considérate una persona afortunada porque la vida te ha puesto un obstáculo para que el día de mañana puedas encontrar un camino mejor, más lleno de felicidad. Piensa que lo que no está para una, es siempre por algo.
Está bien conservar una foto de la persona que una vez amaste, pero deshazte de todos los recuerdos compartidos. Los peluches, las joyas, los corazones... y todos aquellos regalos que os hicisteis. Si no los quieres tirar, siempre es mejor que los dejes en algún cajón olvidado y algo escondido para que no tengas la tentación de volver de nuevo al pasado.
Si crees que vas a ser infeliz para toda la vida, te estás equivocando. Para empezar a salir de este bache hay que confiar en los buenos amigos de toda la vida. Expresar tus sentimientos, contar todo lo que te ocurre y seguir los consejos de cerca de aquellos que te quieren. Si te proponen salir y cambiar de ambiente, no lo dudes ni un momento... ¡No sabes las sorpresas que te esperan!
A través de tus amistades puedes conocer a gente nueva, no tengas miedo a enfrentarte a relaciones esporádicas que te ayuden a sentirte bien contigo misma.
Es crucial que tu entorno no saque el tema de la ruptura, algo que no ocurrirá si les adviertes previamente o si te ven contenta. Hazañas de la infancia, hablar de inquietudes y escuchar el pasado o porvenires de otros te harán sonreír.
Si la decisión de dejarlo ha sido madura y por problemas graves, no le des vueltas. Evita reencuentros con tu ex y conversaciones largas que lleven a discusión. Alargar la despedida no es bueno y si la relación no ha funcionado una vez, tropezar con la misma piedra de nuevo puede acarrear un desastre mayor en el futuro. Las personas no cambian todo lo que quisieran.
Algunas relaciones parece que no acaban nunca porque las personas siguen manteniendo el contacto. Si verdaderamente le quieres olvidar, ten presente que está prohibido llamar, contestar a un mensaje o tenerlo en tu Facebook. Recomendamos que borres su número y acabes con esta pesadilla de una vez por todas. Agrega nuevos amigos y empieza tu nueva vida ya.
¿Te gusta la moda, la lectura, los viajes, la música? Te guste lo que te guste, si puedes permitírtelo, por qué no hacerlo. Déjate llevar por otras culturas, conoce otras maneras de vivir, de entender el amor, la vida… conocer nos hace grandes, nos hace ver el mundo desde otro prisma distinto al marcado socialmente. Puedes hacerlo a través de libros históricos, viajando o conociendo a gente extranjera.
La clave es estar muy agotada de hacer tantas cosas que cuando te eches en la cama los ojos se cierren solos. Te costará levantarte, vestirte, arreglarte, salir de casa, levantar el teléfono para llamar a alguien, será un gran esfuerzo incluso dedicarle tiempo a tu cuerpo, a tu persona, a la familia, ni siquiera añorarás aficiones, sueños, las metas por conseguir no serán un aliciente en estos duros momentos, pero pasarán los días, las semanas, los meses, y cuando menos lo esperes una mañana sentirás que ese nudo ya no está en el pecho, quedando únicamente intactos el recuerdo de una etapa que ya empiezas a considerar parte del aprendizaje de la vida.
Los psicólogos recomiendan que para superar un proceso de separación es fundamental:
Ante todo, debes seguir valorándote como persona, porque si no empiezas a hacerlo esta situación puede durar más de lo normal. Interioriza los rasgos positivos que tienes y empieza a potenciarlos. Es posible que necesites algo de ayuda de profesionales para reafirmarlos; saldrás del pozo más pronto.
En esta búsqueda de la confianza, va perfecto ir de compras, cambiar de estilo, verte guapa, tener nueva ropa, nuevo perfume... y arreglarse como siempre lo has hecho. Piensa que tu ex no es el único chico del mundo... ¡Seguro que ya le has encontrado algunos defectos!
A todas nos pasa, a ellos también, a veces nos toca a unas u a otros, lo único importante es la capacidad para afrontarlo. No podemos permitir que la ruptura nos anule como personas, somos mujeres inteligentes, con aspiraciones, somos sensuales y luchadoras, no dejemos que el recuerdo nos nuble las oportunidades que nos esperan ahí afuera.