Se suele decir que la infancia de una persona es determinante para el resto de su vida, pero hay veces en las que este dicho cobra su máximo sentido. Es el caso de la artista Amy Winehouse, cuya corta pero intensa historia encontró un repentino y trágico final el pasado sábado 23 de julio.
Cuando la fama llama a la puerta de alguien, nos olvidamos por completo del ser humano que hay detrás y lo sustituimos rápidamente por la estrella que se muestra cara a la galería. Por esa razón, la artista británica era conocida por su inimitable voz rasgada, sus profundas letras y su polémica vida, pero ¿alguien se ha preguntado alguna vez cómo era la pequeña Amy?
La cantante nació en el seno de una familia humilde, tenía la compañía de un hermano mayor, su educación musical fue envidiable y el carisma que poseía despuntó desde que el gusanillo de la música comenzó a recorrer su estómago a los diez años, pero ¿fue realmente una niña feliz? ¡Descubre su infancia, conoce lo que nadie cuenta y entiende a la joven que se escondía tras la artista!
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Amy Winehouse nació el 14 de septiembre de 1983 dentro de una familia judía. En ese momento nadie podía presagiar que esa "pequeña cosita" se convertiría algún día en una gran estrella de la música, pero, en cualquier caso, llevó la felicidad a su hogar, una casa humilde del barrio Southgate, al norte de Londres.
Su padre, Mitchell Winehouse, que era taxista, fue el encargado de inculcar a Amy su amor por la música: el jazz y Frank Sinatra se convirtieron en la banda sonora de su infancia. En otro punto equidistante se encontraban su madre, Janis, que era farmacéutica y su hermano mayor, Alex, con quien compartía los típicos juegos de la niñez.
Mitch pronto consiguió su objetivo: la pequeña Amy comenzó a interesarse por el mundo de la música. De hecho, llegó a envolverse en las melodías de tal manera que hasta los profesores del colegio le llamaban la atención para que se callara.
El talento de esta artista británica fue muy prematuro. A los nueve años comenzó a recibir clases en la Escuela de Teatro de Susi Earnsh, donde continuó durante cuatro años. Sin embargo, fue a los diez cuando Amy empezó a explotar su pasión por la música y fundó una banda de rap, "Sweet ´n´Sour". Dos años más tarde se apuntó a la Escuela de Teatro de Sylvia Young que le dio la oportunidad de aparecer en un episodio de "The Fast Show". En ese momento fue cuando su rebeldía empezó a florecer y acabó siendo expulsada por "no aplicarse" y hacerse un piercing en la nariz.
Consiguió su primera guitarra con tan solo trece años y poco después de dedicó a escribir sus propias canciones. Fue entonces cuando comenzó a despegar su carrera artística y se lanzó a la aventura de actuar en directo por pequeños pubs de Londres.
Con 16 años le llegó la gran oportunidad: su amigo, aunque algunos dicen que también fue su novio, el cantante Tyler James consiguió que un cazatalentos de la industria musical inglesa escuchara una maqueta de Amy. Como era de esperar, la discográfica Island/Universal no se pudo resistir y la cantante firmó su primer contrato.
A pesar de que hasta el momento la niñez de Amy parecía normal, es decir, feliz, una traición de su padre, Mitch Winehouse, marcaría por completo el carácter y la vida de la cantante.
El propio padre fue el que reveló, hace ahora algún tiempo, sentirse culpable por haber cometido un gran error: mantener una relación extramatrimonial cuando la recién fallecida sólo contaba con 18 meses de vida. Este episodio causó daños irreparables en Amy y en su hermano, Alex, que conocía a la amante de su progenitor como "su esposa del trabajo".
Todo esto provocó que Mitch acabara abandonado a Janis después de más de diez años de infidelidades, algo que traumatizó por completo a sus hijos a pesar de que pocas veces lo exteriorizaron. Amy consiguió deshacerse de ese peso con las letras de sus canciones en las que reflejaba todo su dolor.
Por fin conocemos el germen de un mito que consiguió, con su voz, cautivar a miles de seguidores y cuyo éxito configuró el principio de su fin, el inicio del declive de la artista, quien pasó de ser una niña inocente enamorada de la música a una mujer infeliz marcada irónicamente por su propia infancia. El punto y final a su breve e intenso camino lo colocó su padre, durante el entierro, al decir adiós, para siempre, a la cantante y desear un dulce sueño a su pequeña Amy: "Buenas noches, ángel mío, que duermas bien. Tu papá y tu mamá te quieren muchísimo".
La cantante es la pequeña de la familia y compartía con su hermano mayor los típicos juegos de su niñez.
La joven cantante comenzó sus estudios artísticos con nueve años, cuando se apuntó a una escuela de teatro.
La artista británica consiguió su primera guitarra con solo trece años. Después, comenzó a componer sus propias letras.
Amy nació el 14 de septiembre de 1983 en el seno de una familia judía y amante del jazz.
La traición de su padre al mantener una relación extramatrimonial con una compañera del trabajo afectó al carácter de la cantante.
La polémica cantante siempre contó con el cariño de su familia. Sobre todo, en sus peores momentos.
A pesar de tener una infancia con recuerdos dulces, la doble vida de su padre marcó el resto de su vida.