La sensación de hambre o de estómago vacío que suele aparecer entre las principales comidas del día es algo habitual que no tienes por qué padecer por ese temor a ganar kilos si picas entre horas. Recuerda que médicos y nutricionistas recomiendan hacer cinco comidas diarias y saltarse alguna de ellas con la idea de perder peso, es un error.
Tomar un tentempié a media mañana y una merienda resulta saludable porque evitará desequilibrios en los niveles de azúcar en sangre, mantendrá tu apetito bajo control y hará que conserves la energía durante el día. Además, por un lado, te permitirá llegar a las comidas fuertes con menos hambre (evitando así atracones) y por otro, mantendrás activo tu metabolismo por más tiempo (lo que supone un mayor consumo calórico distribuido a lo largo de todo el día). El problema no es, por tanto, comer algo cuando aparece el hambre sino qué comer.
La falta de tiempo o la pereza a la hora de preparar un snack saludable hace que en muchas ocasiones recurramos a lo más sencillo: abrir una bolsa de patatas, comprar un bollo o tirar de embutidos de la nevera. Para evitarlo incluye en tu lista de la compra aquellos ingredientes que necesitas para tener siempre a mano ricos snacks capaces de saciar el apetito sin aportar calorías extras. Cuando el hambre te provoque… No te cortes y cómete cualquiera de ellos:
Son perfectas para llevar en el bolso o tomar a media mañana en el trabajo. Actualmente tienes muchísimas opciones: barritas de cereales integrales, solos o con chocolate, frutas, etc; tortas de arroz y/o maíz (algunas con sólo 30 calorías), galletas y palitos integrales con distintos sabores… no tienes excusa para no tomar alguno de estos tentempiés, listos para consumir y que además de su poder saciante aportan gran cantidad de fibra a tu organismo.
El pan es quizá el picoteo más a mano y más peligroso cuando se está a dieta, pero la tentación se puede evitar teniendo siempre en casa galletas (tortas) de arroz. Si tienes mucho apetito puedes poner encima requesón, queso fresco, mermelada baja en calorías, frutas variadas, una rodaja de tomate con orégano, de pavo, jamón serrano, etc… Son muchas sus posibilidades para hacerlas más atractivas y, lo más importante, es que te saciarán hasta la hora de la comida.
Son otra excelente opción (algunos no necesitan frío). Yogures, lácteos para beber, bebidas de soja, etc, suponen una alternativa de lo más saludable, capaz de aplacar al gusanillo mientras ingieres una cantidad extra de calcio para tus huesos.
Vitaminas, minerales, poder antioxidante y propiedades depurativas ¿qué más se puede pedir? No sólo está permitido tomarlas entre horas sino que debes hacerlo. Unas mandarinas, una pera o una manzana son fáciles de comer en cualquier momento o lugar. Además, en casa puedes prepararte zumos naturales, auténticas fuentes de belleza y salud.
Para no cansarte o que te resulten "aburridas", prueba, por ejemplo a tener en la nevera una macedonia natural lista para tomar cuando el hambre ataque o unas minibrochetas con trozos variados de tus frutas favoritas.
Para las más golosas: coloca en un bol un puñado de fresas, moras y frambuesas. Todas ellas son bajas en calorías y están repletas de vitaminas y antioxidantes que depurarán tu organismo y darán un aspecto reluciente a tu piel. Permítete el lujo de rociar un poco de edulcorante o sirope de agave por encima.
Con un poco de imaginación e ingredientes muy sencillos puedes crear tu propia selección de aperitivos o meriendas irresistibles y bajos en calorías. Prueba a enrollar una loncha de pavo rellenándola por ejemplo de huevo duro picado y pepinillos, tiras muy finas de zanahoria, apio y cebolleta, daditos de queso fresco y alcaparras… tienes mil posibilidades buenísimas que harán que recuperes la energía sin engordar.
La base de estos rollitos puede ser también lonchas finas de salmón ahumado, que resultan deliciosas si las acompañas de huevo picado con cebolla y pepinillos y/o alcaparras). Si te gusta el sushi, éste puede ser un excelente tentempié. Tienes bandejas ya preparadas con los rollitos de algas y pescados crudos de lo más saludables y con calorías "cero".
Si no quieres renunciar al pan, elígelo integral u opta por los paquetes de pan tostado o biscotes, perfectos para hacer mil combinaciones. Con unas gotas de aceite de oliva virgen y una fina loncha de jamón serrano, tendrás una merienda perfecta. Otras opciones pueden ser incorporar algún producto asado o en salazón, por ejemplo unos pimientos con anchoas, boquerones o unas tiras de bacalao ahumado… ¡riquísimo!
Sobre todo las primeras tienen fama de engordar muchísimo, algo que no es cierto (con moderación). Este tipo de snacks son los más adecuados sobre todo cuando se trata de tomar algo en un bar. Pepinillos, cebollitas o banderillas aportan muy pocas calorías y si prefieres algo más contundente, unos berberechos o mejillones al vapor son otra opción a tener en cuenta.
¿Puede haber algo más sano? Ten siempre a mano brócoli hervido aliñado con jugo de limón. Se trata de un snack repleto de antioxidantes y vitamina A.
Puede que sea el snack saludable más popular entre aquellas que siempre están a dieta. Será por algo. Corta palitos de zanahoria y apio y mójalos en crema de queso baja en calorías o en yogur natural. Es el picoteo perfecto.
Si eres de las más golosas y lo que te apetece tomar de merienda o a mitad de la jornada es algo dulce, no caigas en la tentación de la bollería industrial. Mejor prueba a tomar unas onzas de chocolate (negro), un trocito de queso fresco o requesón con un poco de miel, un biscote con compota de manzana (mejor natural) o una buena porción de gelatina, pura proteína con cero grasas. La gelatina es la aliada perfecta cuando el hambre aprieta entre horas, ya que es un alimento natural sin grasa. Está compuesta en su totalidad prácticamente de proteínas y, por supuesto, está igualmente libre de colesterol. Las tienes de muchos sabores, ¡disfrútala también como postre!