El equipamiento perfecto para esquiar

¿De este invierno no pasa que hagas una escapada a la nieve para disfrutar al máximo del deporte blanco? Pues no te olvides del equipamiento que no puede faltar para esquiar con seguridad.

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Llega la temporada de nieve y es el momento de practicar uno de los deportes más completos y agradables con el que poder disfrutar, además, de unos días inolvidables en contacto con la naturaleza. El esquí es una actividad completa y muy gratificante pero requiere un equipamiento específico para evitar que un estupendo día en la nieve acabe siendo una mala experiencia por culpa de un golpe, una lesión, una quemadura solar o un terrible constipado posterior.

Poco tiene que ver la oferta actual en cuanto a equipamiento con la de hace algunas décadas. Los esquís, las botas, los complementos y la ropa de abrigo que tienes ahora a tu alcance te permitirán elegir todo aquello que necesites para la práctica cómoda y segura de este deporte (sin renunciar a la última moda).

A la hora de esquiar lo más importante es contar con el equipo necesario para deslizarte por la nieve con absoluta protección. Los puntos clave de ese equipo son:

Esquís, fijaciones y botas

Son tu contacto directo con ese suelo resbaladizo que no es tu medio habitual, por lo que son importantísimos. Si es la primera vez que esquías, déjate asesorar por un profesional (en las tiendas especializadas o en las de alquiler de material). Las botas deben ser de tu talla exacta. No te pueden apretar ni quedar flojas (te harían molestísimas rozaduras) y deberás llevarlas perfectamente abrochadas de manera que protejan tus pies y, sobre todo, tus frágiles tobillos. Pueden tener diferentes tipos de dureza y cuanto más rígidas, más fuerza tendrás que hacer para flexionar el tobillo.

Lo mismo ocurre con los esquís y bastones, que siempre deberán tener una longitud proporcional a tu estatura. En cuanto a las fijaciones, son básicas como elemento de protección. Tienen que estar bien reguladas de manera que se suelten SOLO en caso de caídas. Si lo tuyo es el snowboard, deberás tomar las mismas precauciones, comprobando que usas la tabla adecuada a tu tamaño y experiencia y que tus botas se fijan perfectamente a ella.

Aunque practiques con asiduidad este deporte, tendrás que comprobar tu material del año pasado y asegurarte que está en perfectas condiciones antes de lanzarte a las pistas. En el caso de niños y chavales, que crecen de manera "espectacular" de un invierno a otro, prueba su equipo básico antes de disfrutar de esa "semana blanca" porque puedes llevarte una sorpresa al ver que no les vale casi nada (no intentes aprovecharlo, puede salirte más caro).

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Casco y gafas

Absolutamente imprescindibles. Como en muchos otros deportes, el casco puede evitar graves lesiones e incluso salvar vidas, por lo que resulta impensable esquiar o hacer snow sin el casco adecuado. Por su parte, las gafas protegerán tus ojos, especialmente los días de sol (¡mucho cuidado porque, aunque haga frío, puede provocar lesiones oculares y quemaduras!) y en las ocasiones en las que el aire y la ventisca dificultan la práctica del esquí.

Rodilleras, coderas y muñequeras

En el esquí son opcionales (dependerá de tu experiencia y soltura) pero en el snow son más que aconsejables para evitar las torceduras que pueden producirse al apoyar las manos o rodillas bruscamente sobre la nieve en caídas.

Las rodilleras de estabilización y las muñequeras son de los productos más utilizados, ya que dan más seguridad al deportista. Existen muchas gamas de rodilleras según sus materiales y calidades. En el caso de los esquiadores, se recomienda que se hagan a medida y que sean de fibra de carbono. Así, las rodilleras estabilizadoras dan más seguridad para realizar determinadas actividades deportivas, especialmente en las que existe estrés rotacional de la rodilla.

Ropa

La indumentaria "perfecta" para esquiar es aquella con la que te sientas más cómoda. Tu ropa debe permitirte libertad de movimientos, proporcionándote, al tiempo, el abrigo justo para disfrutar de esta maravillosa actividad. No puede ser un "agobio". Las prendas idóneas son aquellas que mantienen tu temperatura y calor corporal sin hacerte sudar.

La humedad en la ropa, tanto interior como exterior, son tu enemigo y un punto seguro para un buen catarro. Los pantalones, monos y anoraks tienen que ser impermeables y de tejidos que permitan una adecuada transpiración. La variedad de modelos es muy amplia. Según tus preferencias puedes optar por los anoraks "clásicos", tradicionalmente de plumas, o decantarte por la línea más actual, con modelos muy ligeros y finos pero transpirables y capaces de conservar perfectamente el calor. Ahora puedes encontrarlos en colores vivos e incluso fosforescentes, muy favorecedores y adecuados para destacar en la nieve.

Es aconsejable usar ropa interior térmica para protegerte del frío y llevar, sobre ella, alguna sudadera o forro polar (que te podrás quitar si observas que ha subido la temperatura, o has "entrado en calor" y es suficiente con el anorak). Lo ideal es utilizar una camiseta térmica de algún material sintético y mejor si además tiene el cuello alto y manga larga. Nunca elijas ropa interior de algodón o de lana ya que te harán sudar y mantendrán tu piel húmeda.

Los calcetines de compresión decreciente (calcetines compresores) son muy útiles porque facilitan el retorno sanguíneo, oxigenan el músculo y aumentan el rendimiento. Además, si éstos tienen iones de plata aún mejor, ya que evitan problemas de sudoración y mal olor. Los mantendrán calientes y secos durante toda la jornada. Su diseño evita rozaduras.

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Complementos

Tan importantes como la ropa son, por ejemplo, los guantes, que deben ser de tu talla exacta para no restar movilidad a tus manos y ser capaces de mantenerlas siempre secas y calientes. El gorro también es recomendable (aunque uses el casco) para que tu cabeza y las orejas mantenga su temperatura. Una braga en el cuello protegerá tu garganta del frío evitando su molesta irritación. Por último, unas buenas botas de après ski serán el descanso perfecto para tus pies después de unas horas intensas de práctica deportiva.

Protección solar

No puede faltar en tu equipamiento básico. El sol de la montaña quema tanto o más que el de la playa y una crema de alta protección adecuada a tu tipo de piel es imprescindible para que tu cutis no sufra ningún tipo de agresión. No olvides, además, proteger la delicada piel de tus labios, porque el sol y el aire podría secarlos e incluso llegar a agrietarlos provocando molestas heridas.

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