Dieta capilar y hábitos de vida para un pelo fuerte, sano y brillante

Si quieres lucir un cabello que despierte admiración, no sólo has de cuidarlo por fuera sino que debes mimarlo desde el interior con una dieta que le provea de los nutrientes necesarios así como con unos hábitos saludables, alejándote todo lo posible del estrés, uno de los principales enemigos de tu cabello.

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La cosmética capilar actual ofrece soluciones específicas para cuidar tu pelo en profundidad atendiendo a sus características. Champús, cremas o mascarillas son productos con los que cuentas para mantener tu cabello sano y bonito, pero no basta con un mantenimiento únicamente externo. En ocasiones el pelo presenta un aspecto áspero, quebradizo, débil o incluso se cae en exceso y no sabes el motivo. Si quieres lucir un cabello más sano, brillante y fuerte, es fundamental mantener una alimentación equilibrada que aporte los nutrientes que tu pelo necesita. No advertirás los resultados que esperas con tratamientos, mascarillas y demás rituales de belleza para tu cabello, si no lo nutres desde dentro.

La alimentación influye mucho más de lo que pudieras imaginar. Los nutrientes que ingieres también llegan al folículo piloso y son fundamentales para tener una saludable melena de la que poder presumir. La falta de proteínas y de determinadas vitaminas y minerales, fundamentales para la formación y conservación de las fibras capilares, puede ser la causa de que tu pelo haya perdido su vitalidad, cuerpo y brillo.

Dieta capilar

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Como siempre al hablar de salud, la norma fundamental es una dieta equilibrada, pero en el caso del cabello hay determinados alimentos que por su composición son especialmente recomendables cuando notes que tu pelo pierde fuerza y necesita una "inyección" extra de nutrientes. Algunos nutrientes evitarán la caída excesiva, la sequedad o el exceso de grasa, la fragilidad… en definitiva, equilibrarán tu cabello y lo fortalecerán.

Las vitaminas del grupo B, especialmente la B12, son esenciales para mantener un cabello lleno de vida, mejoran el estado del cabello y reducen la caída.. Se encuentran en alimentos cotidianos que además son ricos en proteínas como la carne de vaca y pollo, el pescado, los mariscos, las legumbres, cereales integrales y levadura de cerveza. Por su parte, la biotina (presente en nueces, batatas, huevos y avena) contribuye a estimular el crecimiento de la queratina.

Una dieta rica en antioxidantes protege tu cabello del paso del tiempo al contrarrestar la acción de los radicales libres. Apúntate a las frutas cítricas y verduras como el tomate, cebollas, coles y espinacas. Además, las frutas, especialmente los cítricos como naranja, limón o pomelo son una magnífica fuente de vitamina C, que no sólo revitalizan el cabello sino que además ayudan a la correcta absorción del hierro, tan necesario para el buen estado de todo el organismo. En este sentido, hay que señalar que un debilitamiento o caída excesiva del pelo puede deberse a una carencia de hierro y ser síntoma de una anemia tal vez aún sin detectar. Para fortalecer tu pelo incluye en tu dieta hígado de ternera, legumbres (con las lentejas a la cabeza), mariscos bivalvos: almejas, berberechos, chirlas, frutos secos (los pistachos son los que más hierro aportan) y vegetales de hoja verde como las espinacas o las acelgas.

No olvides la vitamina A, que la podemos encontrar en los huevos por ejemplo, ya que ayuda a lubricar el bulbo piloso, contrarrestando la caspa y la sequedad del cuero cabelludo.

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Tan esenciales como el hierro para mantener un cabello lleno de vitalidad son el selenio y el zinc. El primero ejerce una importantísima acción antioxidante, especialmente unido a la vitamina E, lo que se traduce en un pelo protegido de la acción de los radicales libres y del deterioro que estos pueden ocasionar en la fibra capilar (pelo seco y quebradizo). Por su parte, el zinc, ayuda en la síntesis de proteínas ayudando a pelo y uñas a crecer correctamente (cabello con más vigor y volumen). Las deficiencias de zinc en la dieta se traducen en un cabello frágil y carente de vitalidad, con tendencia a romperse.

Alimentos ricos en estos minerales son por ejemplo: las carnes rojas, los huevos, los pescados, los mariscos, las legumbres, los frutos secos, los espárragos, los cereales integrales, el apio, los quesos, la cebolla y el ajo.

Distintos ácidos pueden también contribuir a que tu pelo presente un aspecto sedoso y brillante. El ácido fólico, por ejemplo, presente en sabrosas frutas, hortalizas y verduras como el brócoli, los espárragos, la remolacha o el aguacate, y en la mayoría de frutos secos, es un magnífico aliado del cabello porque entre sus numerosas propiedades beneficiosas supone una excelente protección para la fibra capilar frente a las agresiones externas (ayuda a proteger el color del cabello frente al "ataque" de los rayos solares).

Por último, si cuentas con un pelo sano pero al que notas cierta pérdida de brillo y suavidad, ten en cuenta que los aceites vegetales, de oliva, de girasol o de soja, son un lubricante natural capaz de aportar flexibilidad y suavidad a las fibras capilares. Los aceites de semillas, los frutos secos y el pescado azul contienen ácidos grasos muy beneficiosos para la salud de tu cabello. Que no falten en tu dieta.
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Hábitos saludables para un cabello fuerte y sano

La alimentación equilibrada es básica para el buen funcionamiento de todo tu organismo incluido tu cuero cabelludo y tu pelo pero, además, determinados hábitos pueden contribuir a que tu melena sea la envidia de muchas.

Huye del estrés y descansa todo lo necesario para dar tiempo a que tu organismo recupere su equilibrio natural. Además, haz algo de ejercicio porque así ayudarás a que tu sistema circulatorio funcione correctamente y a que la microcirculación de la zona del cuero cabelludo esté en plena forma y todos los nutrientes que ingieres lleguen también al folículo piloso. Si es necesario, recurre a los masajes capilares para reactivar la circulación y no olvides el cepillado en profundidad no sólo por la mañana sino también antes de dormir, de manera que oxigenes tu cabello y elimines cualquier resto de polvo o suciedad.

Por último, la ingesta de suficiente agua, al menos dos litros al día, es fundamental porque un pelo hidratado y nutrido es sinónimo de una melena llena de brillo y vitalidad.

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