Son numerosos los trucos caseros que existen para solucionar, de forma fácil y rápida algunos problemas comunes que pueden darse en el hogar. Desde MujerdeElite te ofrecemos soluciones, consejos e ideas de lo más sencillas, prácticas y eficaces para que cuando llegues a casa te dediques a disfrutar de ella, ¡toma nota!
Una de las tareas más temidas es el momento de "la plancha". Si estás haciendo la limpieza en profundidad de cada año, no te acalores planchando las cortinas. La solución para que no se arruguen es colgarlas directamente tras sacarlas de la lavadora (centrifugadas). El propio peso de la cortina hará que se estire y no necesitarás plancharlas.
Además, si quieres que los visillos recuperen su apresto, añade al último aclarado cuatro cucharadas de azúcar.
Si no tienes a mano almidón y necesitas darle cuerpo a alguna de tus prendas, solo tienes que aclararlas en una solución de agua azucarada y después plancharla cuando aún esté húmeda.
Dejar los cristales impecables puede requerir tiempo y esfuerzo. Prueba con este sencillo truco y te sorprenderán los resultados: corta una cebolla por la mitad y frótala sobre el cristal. Cuando veas que la cebolla está sucia, corta una fina rodaja y sigue limpiando. Los cristales te quedarán perfectos sin necesidad de recurrir a productos químicos que contaminan el planeta. ¡La limpieza ecológica del hogar está de moda!
Para que los cristales queden impecables, límpialos con una mezcla de medio litro de agua, un cuarto de litro de amoníaco y otro cuarto de litro de alcohol de quemar. Sécalos con papel de periódico arrugado. El resultado es inmejorable.
Si los cristales necesitan un buen repaso y se ha terminado tu limpiacristales habitual, no te preocupes, puedes fabricar uno muy eficaz y económico en apenas unos segundos. Añade a un cubo con agua tibia, media taza de amoniaco, media de vinagre blanco y dos cucharadas de maicena. Limpia con esta solución los cristales, quedarán perfectos.
Los marcos de aluminio o de hierro de las ventanas quedan impecables si para limpiarlos se utiliza suavizante para la ropa. Te sorprenderá el resultado.
Una manera muy sencilla de limpiar los objetos de PVC es pasarles un paño impregnado en alcohol de quemar. Después se dejan secar al aire. Quedan impecables.
Limpia los jarrones añadiendo un puñado de arena o sal en ellos. Después llénalos con lavavajillas diluido con agua y agita. Dejar actuar durante toda la noche. Al día siguiente bastará lavar el jarrón con un jabón suave, aclarar bien y secar.
La plata cuando no se usa a diario, ennegrece. Para que los objetos de plata queden relucientes, bastará sumergirlos en el agua de cocción de patatas con piel. Después de unos minutos, seca bien y abrillanta frotando con un paño impregnado en alcohol de quemar. Otra solución es aplicar con un algodón pasta de dientes en toda la superficie. Deja que actúe durante una hora y después retira con un algodón humedecido en agua.
Si quieres que tus objetos de plata queden muy brillantes, déjalos sumergidos al menos 3 horas en el caldo de cocción resultante de cocer espinacas. Después, seca con un paño suave.
Otra solución para limpiar la plata eficazmente y además dejarla más brillante que nunca: mezcla en un cuenco un poco de agua con bicarbonato hasta obtener una pasta espesa. Frota con ella los objetos de plata, también anillos y pulseras, aclara después con abundante agua fría. El resultado es impecable.
Para que tu cubertería y objetos de plata duren más tiempo limpios, tras limpiarlos con el producto adecuado y sacarles brillo, rocíalos con laca para el cabello. Haciéndolo así conseguirás prolongar su limpieza mientras están guardados. En el caso de las cuberterías, recuerda enjuagar bien antes de usar.
Para conservar en perfecto estado y limpiar eficazmente los objetos de bronce, nada mejor que pasarles un paño empapado en vino tinto caliente. Posteriormente secar con un paño limpio.
Para abrillantar tus objetos de bronce, frótalos con un poco de aceite vegetal o betún aplicado con un paño.
Si descubres que tu vajilla de porcelana está amarillenta, podrás recuperar su blancura dejando las piezas en remojo en agua con unas gotas de amoniaco durante 1-2 horas. Después, aclara y seca con un paño suave que no suelte pelusa.
Otro truco muy efectivo es limpiarla con soda. Si además está algo amarillenta, frótala con sal y pasa un paño suave para sacar brillo.
Si lo prefieres, tras lavar las piezas de cocina de porcelana con el detergente habitual, déjalas unos minutos a remojo en agua templada con el zumo de un par de limones. Seca bien con un paño suave. Brillarán.
Si quieres recuperar el brillo y esplendor de tu vajilla, dejándola como nueva, sólo tienes que ponerla en remojo en agua con bicarbonato durante un mínimo de 2 horas. Luego, aclara con abundante agua.
Si prefieres usar el lavavajillas, añade dos o tres cucharadas de bicarbonato al detergente que utilices habitualmente y verás lo bien que queda.
Pon en práctica este truco con cierta frecuencia para que tu vajilla siempre esté impecable. Es realmente económico, ecológico y muy efectivo.
Si el lavavajillas se ha estropeado y te has retrasado algún tiempo en fregar fuentes y platos, es más que probable que presenten restos de comida resecos adheridos difíciles de eliminar por completo.
Para que la suciedad se despegue prácticamente sola y sin esfuerzo, vierte un chorrito de buen lavavajillas concentrado en cada uno de tus platos o fuentes y unas gotas de agua caliente. Mueve los platos y recipientes para que la solución se extienda por toda la superficie. Deja actuar entre 5 y 10 minutos y posteriormente lava como de costumbre con una esponja. Los restos se despegarán con suma facilidad.
Para separarlos sin que se rompan, vierte agua fría en el de arriba mientras se mantiene sumergido el de abajo en agua caliente.
Además, para evitar que al verter algún líquido muy caliente en un vaso o copa de vidrio/cristal se rompa, coloca una cuchara de metal en el vaso antes de verter el líquido.
Para limpiar eficazmente el mármol, pasa por la superficie medio limón y después frota con un paño humedecido en agua tibia con jabón neutro. Aclara con agua fría. El último paso es sacar brillo para que quede reluciente. Para ello, basta que frotes suavemente con un paño y unas gotas de aceite, aunque también quedan impecables si las frotas con leche corporal para niños.
Para recuperar el brillo del mármol, frótalo con un paño empapado en agua oxigenada. Deja actuar 5 minutos y aclara con agua fría. Después, sécalo bien con un trapo limpio y seco.
Si te encanta la ropa de cama blanca, tienes un truco perfecto para lograr que sábanas y prendas blancas queden impecables sin esfuerzo. Introduce medio limón en un calcetín entre la ropa de la lavadora. Conseguirás eliminar mejor las manchas y lograrás también que las prendas luzcan su blanco más reluciente.
Cuando llega el buen tiempo, las mantas ya no son útiles y es momento de reservarlas hasta la próxima temporada. Para guardarlas limpias y tenerlas listas cuando las necesites, déjalas durante toda una noche en remojo con agua tibia y un chorrito de amoniaco. Después, enjuaga muy bien y déjalas escurrir en la bañera.
Una vez secas solo queda guardarlas hasta la próxima temporada en una buena funda para evitar que guarden polvo.
¿Tus toallas han perdido su suavidad y se han convertido casi en una lija? Recupera la suavidad y el tacto esponjoso de tus toallas lavándolas con un poco de vinagre. Si lo prefieres, puedes dejarlas en remojo una hora y después echarlas a la lavadora con el vinagre. Procura ventilarlas para que no queden húmedas. También puedes usar este truco con la ropita de bebé.
Otra opción consiste en añadir al agua de aclarado de éstas una cucharadita de bicarbonato.
Si lo que quieres es eliminar las molestas pelusas de las toallas de una forma efectiva, sumerge las toallas en un recipiente con agua, sal y vinagre durante 2 horas. Después, lava las toallas en la lavadora, pero sin usar suavizante. Verás cómo las pelusas ya no se quedarán pegadas en las manos o la cara cuando te seques.
Para que las toallas desprendan olor a fresco, pulverízalas con agua a la que habrás añadido unas gotas de esencia de lavanda mientras las planchas. Luego, cuando estén bien secas, guárdalas.
Para ese albornoz que ha perdido su suavidad inicial, déjalo en remojo con agua y una taza de vinagre durante unas horas. Luego, lávalo en la lavadora y añade la cantidad de suavizante habitual. Es importante que después de cada uso, airees la prenda para evitar olor a humedad.
Si tus viejas toallas parecen estar anticuadas, hay un método que puede hacerlas rejuvenecer:
Parecerán nuevas, más modernas ¡y serán únicas!
Si tus toallas estan descoloridas o se han vuelto demasiado rústicas, córtalas por la mitad, ponles cinta de ribetear y tendrás unos trapos de cocina estupendos.
Además, no olvides que las toallas pueden ser un nido de gérmenes, evítalo siguiendo estos consejos o precauciones:
Si la bañera de tu segunda vivienda está muy sucia y opaca debido a no usarla durante bastante tiempo, podrás dejarla impecable sin apenas esfuerzo:
Además, para eliminar los cercos en las bañeras, mezcla un poco de agua oxigenada con bicarbonato y frota la superficie. Después, aclara bien.
Lavabos e inodoros recuperarán su blancura y brillo naturales, poniendo en ellos con agua una tableta para limpiar prótesis dentales. Dejar actuar durante al menos un par de horas y seguidamente tirar de la cisterna, en el caso del lavabo, aclarar con abundante agua.
Para eliminar las manchas de humedad, blanquear y restaurar las porcelanas de sanitarios además de eliminar la suciedad que se acumula en las juntas de las baldosas, tienes un truco muy eficaz y barato:
Para mantener las cañerías de tu fregadero a salvo de obstrucciones por culpa de la grasa y aceites que se acumulan en ellas, cada cierto tiempo, unos 2-3 meses, llena a un cuarto de su capacidad el fregadero con agua hirviendo, añade ½ botella de lejía pura y abre el tapón permitiendo así que la mezcla baje por el desagüe y mantenga en perfecto estado las cañerías evitando los atascos.
Recuerda que se debe evitar verter grasa o aceites a propósito por el fregadero dado que puede dar lugar a obstrucciones.
Cuando los peluches estén muy sucios a causa del polvo, quedarán como nuevos lavándolos en la lavadora en un programa normal y añadiendo un suavizante que desprenda buen aroma. Únicamente debes tener en cuenta meterlos dentro de una bolsa de tela blanca (son muy prácticas para ese fin las fundas de almohada). Terminado el lavado se dejan secar al aire libre.
En armarios, frigoríficos o en los rincones en los que se acumule la humedad, no hay nada más sencillo y eficaz para combatir el moho que poner trozos de tiza en estas zonas. Cámbialas de vez en cuando para que sea más eficaz.
Quedarán perfectos si los friegas con tu detergente habitual añadiendo tres cucharadas de suavizante para la ropa. Impecables.
Para evitar esos rastros opacos que salen cuando se seca el suelo de gres, en lugar de poner detergente en el cubo de la fregona, utiliza cualquier antical con el que se limpian los baños. El suelo quedará igual de brillante que estando mojado.
Para eliminar el olor a cerrado de los lavavajillas que no se usan con frecuencia, introduce en el interior unos granos de café y deja la puerta ligeramente abierta para que circule el aire en el interior. Los olores desagradables desaparecerán.
Poniendo dentro de la nevera una tacita de café molido o la corteza de un limón destruirás los olores que los alimentos puedan despedir. Renueva el café molido o la corteza de limón (depende del truco que hayas elegido) cada 10 días aproximadamente.
También funciona bien introducir en la nevera un cuenco con un puñado de bicarbonato o un trozo de carbón vegetal o una bola de miga de pan empapada en vinagre sobre un platito sin tapar.
Además, para evitar que se acumulen olores en las neveras que vayan a estar durante largo tiempo desconectadas, deja un bol lleno de carbón vegetal o arena para gatos, se encargará de absorber los olores.
Para evitar que los termos absorban olores, mete dentro del mismo un par de terrones de azúcar y guárdalo sin tapar. Si el problema es que está muy sucio, déjalo toda la noche lleno de agua caliente y bicarbonato sódico. A la mañana siguiente aclara bien. Si lo prefieres, para dejar el termo completamente limpio, introduce en él unos granos de arroz y vierte agua hirviendo, agita bien durante unos minutos y vacíalo. Finalmente, enjuaga con abundante agua.
Los granos de café torrefacto molidos son perfectos para absorber los olores, especialmente de aquellos frascos y recipientes que han contenido aromas muy penetrantes, por ejemplo frascos de colonia y sales de baño. Déjalos actuar en el interior del recipiente durante toda una noche y al día siguiente aclara bien.
Para hacer desaparecer los olores de fiambreras, tuppers o cantimploras, llénalas con agua a la que añadirás una cucharada sopera de sal de frutas. Cierra bien el recipiente y agita con energía varias veces. Finalmente, enjuaga y seca. Los olores desaparecerán.
La grasa se adhiere muy fácilmente en la cocina, azulejos, armarios... Podrás eliminarla con poco esfuerzo y sin peligro de arañar las superficies, utilizando alcohol de quemar. Pásalo con un paño y te sorprenderás de su eficacia.
Si algunos de tus muebles presentan ligeros arañazos y marcas no demasiado profundas, algo muy frecuente en el área de la cocina, bastará con frotar la zona afectada con unos dientes de ajo hasta rellenar las marcas. Dejar secar y acto seguido eliminar el sobrante con un paño. Después con aplicar un poco de crema para muebles o cera, será suficiente para que hayan quedado como nuevos.
Limpia los muebles de madera de tu cocina con una mezcla de nueve partes de aguarrás puro y una de glicerina líquida que podrás conseguir en droguerías. Quedarán como nuevos.
Podrás quitar las manchas de agua de la madera frotando con un trapo humedecido en vaselina.
Cuando los cubiertos de madera ennegrecen por el uso, colócalos en un gran bol con agua a la que habrás añadido un buen chorro de agua oxigenada. Deja que actúe unos 30 minutos y después aclara con abundante agua y jabón. El resultado es impecable.
Si tras lavar alguna de tus sartenes, sigue teniendo restos de grasa, nada que mejor que pulverizar con un producto para limpiar el horno. Dejar actuar de 30 minutos a 1 hora y retirar después con papel de cocina absorbente. Finalmente, pasa un paño empapado en vinagre.
Si prende fuego el aceite de la sartén, ahoga las llamas con una tapadera, un paño de cocina o bien echa sal. Recuerda que nunca debes echar agua en la sartén.
Si el fondo de una cacerola de acero inoxidable se ha quemado, ponla al fuego con el fondo cubierto de tomate frito y el quemado desaparecerá.
Si te has encontrado con que las hojas de alguno de tus cuchillos están oxidadas, prueba con este truco: corta una cebolla por la mitad y pásala por azúcar glas o sal, después frota con energía la hoja del cuchillo y verás el resultado.
Para eliminar las manchas que aparecen en las hojas de los cuchillos, frótalos con una patata cruda partida por la mitad. Seguidamente enjuaga muy bien y seca con un paño limpio. Quedarán como nuevos.
2 rápidos y sencillos trucos si tus tijeras están desafiladas:
¿Se ha acabado tu perfume favorito? ¡No lo tires! Guarda el frasco destapado en tus cajones de ropa interior, o en el armario. ¡Ya verás qué bien huele todo luego! Además, un trozo de carbón vegetal o tiza en el interior del armario evitará la humedad.
Para que los cajones se deslicen bien, frota las guías con vela o jabón. Pasar después la lija y aplicar por último otra vez la vela o jabón, verás cómo se deslizan ahora.
Si se atascó una cerradura y no tienes aceite para lubricarla, no hay problema, sustitúyelo por el limpiador de madera en spray que utilizas para limpiar y conservar los muebles. Aplícalo y deja que actúe unos minutos.
Otra solución muy eficaz si necesitas engrasar una cerradura evitando que se atasque e impida girar la llave, prueba este sencillo truco. Con una gamuza, limpia la llave de la cerradura, y con un lápiz pinta toda la llave. Introduce entonces la llave en la cerradura para que el grafito se adhiera en su interior y gira la llave un par de veces. El grafito del lápiz evitará que el polvo se adhiera y lubricará la cerradura.
Este tipo de muebles con contrachapado requieren frotarlos con algún producto a base de cera para que siempre estén impecables.
Si la chapa de la que están cubiertos se levanta y forma una ampolla, bastará con humedecer un paño, colocarlo encima y presionarlo con un objeto pesado. Finalmente, coloca un paño en esta superficie y pasa la plancha caliente hasta que se seque.
Para evitar que puedas hacerte daño cuando claves un clavo, toma un peine tradicional de púas e introduce el clavo entre 2 de sus púas. Así podrás martillear con decisión y sin peligro de hacerte daño.
Para limpiar este tipo de muebles, bastará con que diluyas en agua un detergente muy suave y frotes el mueble con un paño humedecido en él. Para terminar sécalo bien y frótalo de nuevo con un paño humedecido en glicerina líquida. Quedarán impecables.
Una vez retirado el barniz del mueble, limpia toda su superficie con lejía. Si una vez seco quieres aclarar el tono de la madera todavía más, pasa una esponja empapada en agua oxigenada.
Con el uso, los bolsos de piel pierden su brillo original, pero puedes recuperar su antiguo esplendor si lo frotas con la parte exterior de una cáscara de naranja y, a continuación, le pasas enérgicamente un trapo de lana. ¡Como nuevo!
Para eliminar las rozaduras y manchas en los bolsos de tonos claros, empapa un algodón ligeramente con agua y seguidamente pon un poco de leche o crema desmaquillante. Pasa por las zonas del bolso rozadas o manchadas y después seca con un paño suave.
Como si de tu propia piel se tratara has de limpiar y cuidar tus objetos de piel. Límpialos con un tónico facial y después trátalos aplicando crema hidratante también para el rostro. Quedarán como nuevos y la piel se conservará intacta.
¿Has sacado tu bolso o cartera de charol que estaba guardado y lo has encontrado un poco deslucido? Aquí tienes un truco: coge un trapito y aplica con él una fina capa de mantequilla por toda su superficie. Luego, con otro paño limpio, retira los restos hasta que quede bien limpio y brillante.
Además, si quieres evitar que los cierres y detalles metálicos de los bolsos pierdan su brillo, aplica un par de capas de laca de uñas transparente antes de utilizarlos.
Para que los botones de las camisas y otras prendas recién compradas no se caigan con facilidad, basta aplicar sobre los hilos de cada botón un poco de esmalte de uñas transparente.
A veces los jerséis pueden producir picores desagradables, para evitarlo, después de lavarlos a mano como acostumbres, realiza el último aclarado con agua tibia a la que se habrá añadido un poco de glicerina líquida (2-3 cucharadas).
Para eliminar esas bolitas de pelusilla que se forman en los jerséis de lana, pasa por el jersey una navaja de afeitar y quedará como nuevo sin dañarlo.
Además, al comprar una prenda de "mohair", conviene ponerla en el congelador envuelta en una bolsa de plástico con cierre hermético durante 3 o 4 días. Esto impedirá la caída del pelo y la formación de bolitas.
Utiliza una horquilla de moño para retirar los cabellos enredados entre las cerdas. Después, introduce los cepillos en agua con bicarbonato unos minutos y deja secar al aire.
No salgas con los zapatos sucios. Si te has quedado sin betún, utiliza crema suavizante para el cabello. Aplica sobre el calzado con un algodón. Quedará perfectos.
Si descubres que tus zapatos están sucios y no estás en casa para limpiarlos, lleva siempre en tu bolso unas toallitas desmaquillantes, las que utilizas para limpiar tu rostro. Frota con una de ellas el calzado y deja secar. Quedan relucientes.
Si tienes unos zapatos de ante negros o marrón oscuro que parecen viejos debido a que el pelito se ha aplastado y hay zonas más pobladas que otras, la solución para que vuelvas a estrenar zapatos radica en frotarlos con un algodón empapado en café que hayas dejado enfriar. Quedarán como recién comprados.
Los zapatos, bolsos y cinturones de charol quedarán brillantes y perfectamente limpios si se les pasa un algodón empapado en aceite de oliva. Además el aceite de oliva los protege y los mantendrás en perfecto estado por más tiempo. Otra solución para limpiar y abrillantar a la vez los zapatos de charol es rociarlos con tu producto habitual limpiamuebles y pasar después una gamuza muy suave.
Para conseguir eliminar eficazmente las manchas en los zapatos de piel clara, prepara una mezcla de leche y zumo de limón a partes iguales. Empapa un paño con esta preparación y frota bien. Después se dejan secar en sitio oscuro.
Si necesitas abrillantar tus zapatos en tiempo récord, rocíalos con un poco de laca para el pelo. Quedan perfectos.
Las zapatillas de lona quedan impecables frotándolas suavemente con un cepillo de dientes humedecido en espuma para limpiar alfombras.
Para desodorizar eliminando por completo los olores que adquiere el calzado, especialmente las zapatillas de deporte, solo debes espolvorear generosamente bicarbonato sódico en el interior del zapato y dejarlo actuar durante toda una noche.
Además, evitarás los malos olores que suelen acumularse en los zapateros, colocando en su interior un trozo de carbón vegetal. Renueva el trozo de carbón vegetal cada 2 meses.
Quedarán perfectamente limpios si les pasas una esponja empapada en agua salada. Después déjalos secar a la sombra.
Si tu sueter favorito a encogido, podrás recuperar su tamaño dejándolo durante todo un día a remojo en un balde con agua y suavizante en esta proporción: 1 litro y medio de suavizante por cada 4 litros de agua.
Prolongarás su duración si cuando son nuevas las mojas, las introduces en una bolsa de plástico y las llevas al congelador durante unas horas. Si además quieres evitar que, debido a la electricidad, las medias se peguen a tu falda, solo debes lavarlas como acostumbres pero siempre añadiendo suavizante. Conseguirás que no se produzca ese efecto.
Si descubres una inoportuna carrera en la media, evita que se extienda aplicando un poco de esmalte de uñas transparente en el extremo.
Para devolver a los calcetines su blancura original, ponlos a hervir en un cazo con unas rodajas de limón.
Si necesitas devolver los colores originales al tapizado de tus sofás y sillones, frota la tapicería con sal humedecida. Deja actuar durante 30 minutos y retírala con un cepillo suave. Además, de esta forma eliminarás el polvo que se acumula en ellas.
Para las tapicerías de piel, puedes elaborar fácilmente una cera natural que las embellecerá y nutrirá. Lleva a ebullición 300 ml de aceite de linaza, aparta del fuego y deja enfriar. Una vez frío se añaden 300 ml de vinagre. Aplica sobre la piel con un paño frotando suavemente. Otra solución consiste en frotar de vez en cuando con un paño limpio y clara de huevo batida. Los resultados son inmejorables.
Además, para saber si la piel de tus muebles, sillones y sofás es lavable, aplica un poco de agua en una zona poco visible, si el agua queda en la superficie formando gotitas, quiere decir que se puede lavar. De lo contrario, si la piel absorbe el agua, no debe lavarse y lo más recomendable será limitarse a eliminar el polvo frecuentemente y pasar por ella de vez en cuando un trapo ligeramente humedecido.
Si la tapicería del coche se ha manchado, aplica directamente sobre la mancha espuma de afeitar. Tras unos segundos frota con un cepillo.
Elimina el olor a tabaco de tu hogar echando en un recipiente agua con unos pocos granos de café. Deja el cuenco en el suelo o una superficie. En unos minutos, el olor quedará absorbido por los granos de café. Otra opción si no tienes café consiste en empapar una esponja con agua fría y ponerla en un bol o recipiente de plástico. Colócala en las habitaciones afectadas y en pocas horas el olor a tabaco habrá desaparecido.
Cuando enciendas las chimenea, puedes aprovechar y perfumar la habitación, lanza algunos trozos secos de piel de naranja o limón a las brasas y desprenderán su aroma.
Para conservar como nuevo tu teléfono y además puedas desinfectarlo eliminando la gran cantidad de bacterias y microbios que se acumulan en él, límpialo frecuentemente frotando con un paño o algodón empapado en alcohol, y no olvides pasarlo por el auricular.
Cuando las cubiertas/tapas de los libros son blancas, con el tiempo amarillean y desvirtuan su aspecto. Puedes recuperar su blancura original sin dañarlas: aplica cuidadosamente por toda la superficie una mezcla a partes iguales de agua, lejía y agua oxigenada impregnada en un paño de algodón. Quedarán impecables.
Si las cubiertas de libros son de cuero, frótalas con una solución de aceite de linaza y vinagre a partes iguales. Después, seca bien toda la superficie con un paño seco. Las conservarás en perfecto estado.
Mete las cartas con los sellos adheridos en el congelador durante 2 horas. Luego podrás despegar los sellos sin romperlos.
Añade a partes iguales harina y sal. Incorpora agua y remueve hasta obtener una masa espesa. Introduce la pasta en la perforación de la pared. Deja secar y pasa una esponja humedecida para alisar. Una vez endurecido se puede pintar.
Si alguien se hace una herida y no tienes ningún desinfectante a mano, aplica unas gotas de limón o sal disueltas en dos o tres gotas de agua. Es un sistema casero pero muy efectivo que evitará que la herida se infecte.
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