Aumenta el calor y también las molestias. El cemento, los vehículos y los ladrillos de las calles, se calientan debido a los rayos solares y convierten el ambiente urbano en un horno, del cual se puede escapar esporádicamente gracias al aire acondicionado de la oficina, el coche o los centros comerciales.
El único y anhelado lugar donde puedes refugiarte y mantenerte muchas horas a salvo del calor es tu propio hogar. Cada vez más hogares disfrutan de un acondicionador de aire, un sistema que ha dejado de ser “un lujo al alcance de unos pocos”. Y es que, pocas cosas se agradecen tanto como llegar a casa y disfrutar de una temperatura fresca y confortable que nos haga sentir cómodos en nuestro hogar. Sin duda, la manera más eficaz de conseguirlo es gracias a los sistemas de aire acondicionado para climatizar la casa.
Si has decidido instalar un aire acondicionado en casa o estás pensando en renovar el que ya tienes, es indispensable valorar cuál es el que mejor se adapta a tus necesidades. ¿Cómo se determina la potencia frigorífica necesaria para el hogar? ¿Qué tipos de aparatos de aire acondicionado existen? ¿Cuál es el mejor lugar para instalarlo? Tranquila, es normal que tengas muchas dudas, y lo primero que haremos será detenernos en los tipos de aire acondicionado existentes para descubrir cuál es el que más te conviene según tus necesidades:
Se asemeja al sistema multisplit. Consiste en una unidad exterior y una interior, de esta última parten varios conductos que se empotran en un falso techo y recorren toda la casa para llegar a las diferentes habitaciones con una salida de aire.
Se trata de aquellos aparatos que combinan sistema de refrigeración y calefacción, de forma que permiten aumentar la temperatura ambiental en invierno y reducirla en verano.
También llamados Inverter, son aparatos de aire acondicionado que primero funcionan a máxima potencia hasta alcanzar la temperatura establecida, y después trabajan en modo ahorro disminuyendo la potencia a fin de mantener la temperatura conseguida de forma estable. Hay que fijarse en el nivel de potencia sonora, sobre todo, si el aparato se encuentra en el dormitorio. El nivel de sonoridad está reflejado en una etiqueta y no se recomienda que supere los 24 decibelios.
Son una propuesta muy recomendable pues se consigue máximo confort con ahorro energético.
No sólo es cuestión del tamaño de la habitación, también influye la climatología del lugar, la orientación del espacio a climatizar, su grado de aislamiento, etc. Hay que prestar atención a la etiqueta energética del aparato, hay algunos que consumen hasta un 60% más de electricidad que otro con las mismas prestaciones. La letra A, acompañada de "+" y el color verde, son indicativos de un aparato eficiente energéticamente. Adquirir un electrodoméstico eficiente, con un indicativo A+++, supone un ahorro de un 40% en el consumo de energía. La mayoría de los aparatos están ahora equipados con un modo “eco” que permite elevar la temperatura de referencia en verano y baja en invierno, lo que permite ahorrar energía.
Como ya hemos comentado, determinar la potencia frigorífica que requiere la casa depende de varios factores como la zona climática, la humedad ambiental, el número de ventanas… sin embargo, generalmente se aconsejan de 100 a 150 frigorías de potencia por cada metro cuadrado.
Resultará ideal colocar la unidad interior sobre una puerta o una ventana, en cualquier caso, siempre en la parte superior de la pared, de esa forma se facilita la salida del aire por toda la habitación.
A diferencia de lo que mucha gente piensa el flujo de aire frío no hay que orientarlo directamente sobre las personas, es mucho mas eficiente orientarlo al techo, ya que el aire frío, por la diferencia de densidad con el caliente bajará distribuyéndose mucho mejor por la sala.
La unidad exterior quedará en una zona abierta, en el patio o en el balcón y a menos de 20 metros de la unidad interior.
Dependiendo del modelo elegido, podemos destacar diversas prestaciones, tales como el modo ahorro de energía, termostato en el mando a distancia, humidificador, filtro purificador que elimina bacterias, olores y polvo, programación de horario, ventilador, sistema de autolimpieza…
Además, los más novedosos cuidan el diseño al máximo, de forma que llegan a parecer un elemento decorativo más en la estancia. Poseen paneles intercambiables de colores y distintos motivos, además de la posibilidad de personalizarlos con fotografías.
Para evitar que encender el aire acondicionado suponga un problema para el bolsillo, ficha estas sencillas claves para un uso responsable del aire y así sacarle el máximo partido posible:
Además del aire acondicionado, los expertos sugieren algunas ideas básicas para mantener la casa fresca, sin aumentar el gasto eléctrico. ¡Toma nota!
Coloca cintas adhesivas en las juntas de las ventanas y toldos, así como paneles y láminas adhesivas translúcidas en los cristales. Un vidrio normal deja pasar al interior de la casa el 95 por ciento de la energía solar que llega, mientras que, si está cubierto por una lámina, llega menos de una tercera parte de la irradiación del sol.
Colocar plantas tanto dentro como fuera de la vivienda, no sólo contribuye a reducir los efectos de la contaminación atmosférica y de los ruidos del entorno, sino que además ayuda a mejorar el confort térmico y climático, así como la humedad relativa. La única contraindicación para “vestir tu casa de verde” consiste en que alguno de sus habitantes sea alérgico.
Lo ideal para que una casa se mantenga bien ventilada es que sus ventanas estén enfrentadas, lo cual facilita que se formen corrientes de aire. La aireación no sólo refresca el ambiente en las temporadas calurosas, sino que además ayuda a eliminar los gases y partículas tóxicas presentes en el aire, durante el invierno.
No sólo las bombillas incandescentes convencionales son una importante fuente de calor interior. El televisor, las cadenas musicales, el ordenador y los reproductores de video también caldean el ambiente, incluso cuando están en posición de “stand-by” o en espera. Apaga estos artefactos cuando no los utilices ni les prestes atención. Te lo agradecerá no sólo tu temperatura corporal, sino también tu bolsillo, porque evitarás un derroche de electricidad.
Para mantener la denominada temperatura de “confort térmico” (unos 20 grados centígrados), y como medida de higiene, procura ventilar la casa, abriendo las ventanas de par en par, preferiblemente por la mañana temprano o bien por la noche, dejando de lado las horas centrales del día, cuando el calor es más intenso.
No basta con aumentar la presencia de vegetales decorativos en el hogar, los cuales ayudan a dar colorido, alegría al ambiente y a refrescarlo. También es conveniente optar por las plantas más adecuadas. Son recomendables las variedades con grandes hojas verdes, las cuales se pueden pulverizar con agua, ayudando a mantener la temperatura más baja.