¡Quién pudiera volver a los 15! Una frase hecha que realmente si la analizáramos en su total significado la respuesta sería: nadie. La adolescencia es una etapa de indefinición personal y físicamente un horror en el que la piel se llena de impurezas, grasa y rojeces que en nada favorece nuestra imagen.
Una piel joven se caracteriza por su luminosidad y uniformidad, es flexible y presenta una superficie regular. Pero además, se repone con facilidad ante la fatiga, la ansiedad, la falta de sueño y el estrés ambiental, en definitiva, soporta muy bien cualquier exceso. Sin embargo, a partir de los 25 años, la epidermis deja de renovarse al mismo ritmo, al principio no se nota pero a partir de los 30 aparecen las primeras arruguitas, la sequedad, imperfecciones, irritaciones y falta de luminosidad, son los primeros signos del envejecimiento de la piel que es preciso tratar adecuadamente para que el rostro se mantenga joven y sano.
Los treinta años significan seguridad, estabilidad y eso la piel lo nota. Puede ser una década maravillosa en la que hay que empezar a cuidarse, pero en la que ya sabemos qué es lo que más nos conviene para estar bellas y resplandecientes. Un "look" desenfadado te ayudará a sobrellevar la edad que consta en tus datos de identidad. Pero debes saber que es en esta etapa cuando hay que empezar a luchar contra las primeras líneas que aparecen en el rostro y a mantener a raya las manchas generadas por los excesos solares.
Un estilo natural te mantendrá en contacto con tu lado más juvenil, no sólo la ropa, el pelo es un gran aliado en este aspecto. Si tienes el cabello largo riza sus puntas y, si es corto, desfila sus puntas y retócalas con ceras para darles volumen y movimiento, según afirmaciones del estilista Michel Meyer.
En tu dieta evita enemigos como el tabaco y el alcohol y procura dejar al margen los malos hábitos alimenticios. Una dieta sana te ayudará a mantener una piel sin sequedad.
Es un momento ideal para empezar a utilizar los serums. No se trata de suplir la hidratante, ni al contrario. Trabajando al mismo tiempo se multiplican sus efectos. Es perfecto utilizar los serums durante la noche, ya que la piel está especialmente receptiva para atrapar todos los principios activos.
Este tipo de implementos son la solución más efectiva para las pieles más castigadas. La concentración de sus principios activos es tan grande, que es suficiente con que te apliques sobre el rostro y el cuello no más de cinco pequeñas gotas, para que surta efecto.
Existe un tipo de sérum para cada problema: los hay despigmentantes, nutritivos o hidratantes, entre otros. Lo importante es que, sea cual sea su función, te reserva una sensación hidratante, suavizante, antiarrugas, antimanchas, tensora y reguladora.
Los "peelings" hay que utilizarlos con precaución, especialmente si se trata de una piel sensible. Si bien es cierto que contrarresta las pequeñas arrugas y rojeces y estimula el colageno.
Hidratarse la piel es fundamental, pero cuidado con las cremas de noche, las nutritivas de esa franja horaria sólo se recomiendan si la piel está muy seca. Es mejor prevenir con una base de vitamina C para conseguir una piel más lisa y uniforme.
Si tienes tendencia a que las bolsas te den un disgusto cada mañana, tiene que ver con tu tendencia a retener líquido bajo los ojos. Para prevenirlo evita la sal en la cena y bebe un vaso de agua antes de irte a dormir. Una almohada elevada también ayuda, y puedes complementarlo con un gel anti-bolsas preferentemente frío, con un previo paso por la nevera.
Los labios son uno de los puntos clave a no descuidar, aunque en la treintena aún se conservan tonificados y sensuales. Sería un error que aumentaras su volumen a esta edad, existen productos cosméticos que producen ese efecto con fórmulas vasodilatadoras que estimulan la microcirculación, acelerando la síntesis de colágeno.
Necesitas un tratamiento global, una fórmula antiedad que además de prevenir los signos futuros sea capaz de reparar los daños producidos. Aún eres muy joven para utilizar un antiarrugas en toda regla, pero la piel a los 30 necesita productos que por su formulación consigan: