Mascarillas faciales: aprende a sacarles partido y ¡gana belleza!

La delicada piel del rostro merece prestarle la máxima atención y cuidados. Las mascarillas son una apuesta efectiva e imprescindible para lucir una piel más bonita y sana, la solución estrella para proporcionar a la piel belleza inmediata y un efecto de buena cara, es por ello que existen mascarillas para cada necesidad, antiarrugas, regeneradoras, reafirmantes, hidratantes, purificantes, antimanchas... Elige la tuya y toma nota de cómo, cuándo y cada cuánto tiempo debes aplicarlas para obtener el máximo beneficio.

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Jóvenes, maduras, con acné, normales, secas, con imperfecciones..., todas las pieles necesitan de un cuidado extra que aporte a la piel una dosis de principios activos y nutrientes que conseguirán mantenerla joven, saludable y fresca más tiempo.

Las mascarillas faciales actúan tanto a nivel superficial, como en las capas más profundas de la epidermis, consiguiendo plantar cara al envejecimiento cutáneo, borrar los signos de cansancio, rehidratar, reparar, y devolver la luminosidad y tersura a la piel, son, en pocas palabras, el producto estrella para proporcionar belleza de forma inmediata.

Existen distintos tipos de mascarillas, hidratantes, antiarrugas, purificantes, limpiadoras, clarificantes, relajantes…, la piel pasa por diferentes estados, dependiendo de las necesidades de tu piel en ese momento y los resultados que se pretendan obtener, deberán utilizarse unas u otras o incluso combinarlas adecuadamente entre sí. Por ejemplo, si sientes tu piel apagada y deseas recuperar su luminosidad, necesitas una mascarilla exfoliante, si presentas una producción excesiva de sebo, requerirás una mascarilla purificante para eliminar la grasa.

Las tienes en crema elaboradas a base de arcillas naturales, el secreto mejor guardado de generación en generación para poner la piel a punto en cinco minutos. Puedes encontrarlas hidratantes, reafirmantes, alisantes, calmantes, purificantes… Elige la tuya de acuerdo a las necesidades de tu piel y aplícala sobre el rostro mientras te relajas. En sólo unos minutos conseguirás una piel más lisa, aterciopelada y luminosa.

Más tarde la revolución llegó con las mascarillas en parche, inspiradas en las técnicas de instituto. Se trata de máscaras en papel o fibra natural impregnadas en un concentrado de activos. Están diseñadas para adaptarlas a las facciones del rostro y se dejan actuar en pleno contacto con la piel, de modo que los principios activos que contienen actúan en profundidad. Si las pruebas te sorprenderá su eficacia y practicidad.

¿Cómo actúan? ¿Cómo usarlas correctamente?

Fotolia

La mascarilla debe aplicarse tras la limpieza facial, de ese modo sus principios activos penetrarán con mayor facilidad durante el tiempo de exposición.

Con la piel perfectamente limpia, aplícala según las instrucciones de uso indicadas en el envase, evitando el contacto con zonas sensibles como el contorno de ojos y labios. Los tiempos de exposición recomendados, oscilan entre 5 y 20 minutos, los cuales debes permanecer relajada y sin gesticular.

Un truco para potenciar el efecto de cualquier mascarilla consiste en guardar en el congelador durante unos 10-15 minutos un algodón. Después, aplica sobre el rostro perfectamente limpio mediante pequeños toques. Seguidamente, extiende la mascarilla. Para reforzar el efecto y obtener aún mejores resultados, exfolia la piel del rostro antes de pasar el algodón helado. A continuación, aplica la mascarilla.

Después, retira la mascarilla asegurándote de que no quede ningún resto, lo puedes hacer con un pañuelo de papel o con agua fría.

Seca la piel con una toalla limpia mediante ligeros toques (sin restregar) y aplica un poco de tónico a toquecitos con un disco de algodón.

En determinados tratamientos y para obtener aún mejores resultados, después de limpiar a fondo la piel, se efectúa un peeling para eliminar las células muertas y obtener una piel fina y uniforme. La piel estará en condiciones óptimas para recibir la mascarilla.

Como regla general es ideal ponerse la mascarilla al menos 1 vez por semana, de lo contrario los efectos benéficos y de tratamiento de la misma no se percibirán con la intensidad deseada. En cualquier caso, respeta la frecuencia de uso que indica el fabricante en el envase para conseguir los mejores resultados.

El momento ideal de aplicación

Elige un momento del día tranquilo para que puedas relajarte y olvidarte del estrés y las prisas el tiempo de exposición de la mascarilla. De ese modo obtendrás un beneficio mayor, te permitirá relajarte y combatir el estrés que tanto daña el aspecto de tu piel, consiguiendo potenciar el efecto de la mascarilla.

Es perfecto elegir una mañana o una tarde a la semana para ti, para mimarte y disfrutar con tus rituales de belleza, manicura, pedicura, mascarilla… te ayudará a desconectar y a sentirte más guapa, con energías renovadas.

Recomendaciones y advertencias

  • Debe evitarse el contacto de producto con zonas sensibles como el contorno de ojos y labios.
  • No deben aplicarse después de la depilación facial, ya que esas zonas estarán más sensibles.
  • Antes de usarla por primera vez, es conveniente hacer una prueba aplicando un poco de producto en la cara interna del brazo para asegurarnos que no produce alergia y no se produce ningún tipo de reacción.
  • Respeta siempre las instrucciones de uso indicadas en el envase por el fabricante, tales como el tiempo de exposición, cantidad a aplicar, frecuencia recomendada de uso…

Consejo: No olvides las presentaciones disponibles en "monodosis", son muy útiles si sales de viaje y poseen la cantidad exacta de producto para cada aplicación.

Mascarillas caseras

Los tratamientos con mascarillas son una propuesta muy solicitada en las clínicas y centros de estética, pero también, pueden aplicarse en la comodidad del hogar y elegir entre la amplia variedad de mascarillas de la industria cosmética o las mascarillas caseras. Estas últimas son una opción natural muy demandada y con la que pueden obtenerse resultados sorprendentes. Te recomendamos probar esta mascarilla casera rejuvenecedora, y para elaborarla necesitas:

  • 20 gotas de aceite de oliva
  • 20 gotas de aceite de almendras
  • 1 cucharada de miel
  • Zumo de 1/2 limón

Elaboración:

  1. Mezcla el aceite de oliva con el aceite de almendras, la miel y el zumo de limón. Obtenida una mezcla homogénea se aplica sobre rostro y cuello. Dejar actuar 15-20 minutos.
  2. Retirar la mascarilla con abundante agua tibia y secar con una toalla limpia con suavidad mediante ligeros toques.

La piel se rehidrata en profundidad y muestra un aspecto más joven y luminoso.

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