Rejuvenece la piel con la oxigenoterapia

Sin oxigeno no se puede vivir, pero alterado es el responsable de la muerte celular. Los tratamientos con oxigeno puro garantizan reparar los daños y aportar frescura y luminosidad a la piel.

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Fotografía cedida por la firma Lancaster

El oxigeno es como el doctor Jekyll y mister Hyde. Si su estructura molecular es estable tiene infinidad de bondades, pero si sufre algún cambio y pierde electrones se transforma en un terrorífico amigo, llamado radical libre, que a su paso degenera cualquier estructura.  

A este proceso se le ha bautizado como estrés oxidativo, "responsable del envejecimiento", según Leticia B. Carrera, especialista en bioquímica y directora del centro de belleza Felicidad Carrera. "Sin oxigeno no hay vida, pero si ese oxigeno se desequilibra propicia la muerte celular", explica.

Aunque parezca contradictorio, los tratamientos de oxígeno sirven para subsanar los estragos que propicia el gas en la epidermis. El tratamiento de oxigenoterapia consiste en "inundar con oxígeno las capas más profundas y superficiales de la piel, mediante un dispositivo que emite el elemento químico puro a presión", explica Carrera.

Y añade "el oxígeno tiene efecto scavenger", es decir que captura y neutraliza los radicales libres y combate el daño causado por los mismos. Un incremento de este gas en las células cutáneas retarda el proceso de envejecimiento y revierte los daños causados por el déficit del mismo.

A las pieles jóvenes, el oxígeno le sirve para prevenir las arrugas, mientras que a las maduras les ayuda a conseguir mejor elasticidad y tersura. También colabora para conseguir borrar las huellas de cansancio, eliminar la grasa, cerrar el poro y aportar luminosidad.

Desde hace más de diez años, en tratamientos de belleza se utiliza el oxigeno puro para suavizar las líneas, las arrugas y los pliegues de la piel, crear un efecto energético y curativo en las células de la dermis, así como aumentar su firmeza, recuperar la humedad e hidratarla.

Respecto a los cosméticos, en el mercado existen muchas marcas que en sus fórmulas han incluido moléculas de oxígeno activo, capaces de regular la grasa, así como de estimular la producción de colágeno y elastina, responsables de sustentar el tejido epidérmico. Firmas como Clarins o el Dr Sebagh dan un paso más y apuestan por tratamientos que protegen a la piel de la contaminación urbana.   

Oxigenoterapia facial - Agencias

Un aerógrafo cargado de oxígeno para la piel

Las esteticistas de Lobelia Sagasta proponen un tratamiento de oxigenoterapia facial, ideal para devolver la luminosidad a la piel.

Se realiza con un aerógrafo cargado de oxígeno, una técnica no invasiva que depura los tejidos a niveles profundos de la dermis, por tanto, hidrata, tonifica y aporta una “luz” inmediata. El proceso dura unos 30 minutos y después se realiza un masaje manual preparando la piel -no hay que lavarse la cara tras el tratamiento durante unas horas- y entre sus beneficios: frena el descenso de los niveles de oxígeno en las células y activa la regeneración de los tejidos, promoviendo además la formación de colágeno y elastina.

EFE

Una moda saludable

Adictas al oxigeno son las pieles de cantantes, modelos y actrices como Madonna, Victoria Beckham, Gwyneth Paltrow, Kate Moss, Cindy Crawford, Gisele Bündchen, Cameron Díaz e incluso actores como George Clooney o Jude Law.

Un lujo que Carrera aconseja aplicar "en función del tipo de piel y siempre combinado con las bondades de las nuevas tecnologías" con el fin de neutralizar los radicales libres.

El oxigeno está de moda en el mundo de la salud y de la belleza, tanto aplicado sobre la piel como bebido. Salir y tomar unas gotas de oxígeno es tendencia en las capitales más importantes del mundo, desde que naciera Spa O2 Bar, en Toronto, Canadá.

En Japón se venden dispositivos con oxígeno a presión y mascarillas incorporadas y lo más "chic" es salir con las amigas a tomar agua enriquecido con unas gotas de oxígeno. Este gas en versión bebible se ha convertido en una bocanada extra de salud y bienestar, que ayuda a combatir el estrés, mejorar la calidad de la piel o fortalecer la estructura ósea.

"Es muy difícil esquivar todos los frentes que propicia la formación de radicales libres, ya que, son inherentes a la estructura del oxígeno", explica Carrera y apunta que la solución radica en llevar una "vida sana", sin aire contaminado, alcohol, tabaco, ni dietas ricas en grasas saturadas. Recomienda tomar frutas y verduras con propiedades antioxidantes.
 
El cáncer, las cardiopatías, el alzheimer o la fibromialgia son un claro ejemplo de estrés oxidativo, proceso que no sólo ataca a la parte estética del cuerpo humano, como pueden ser las arrugas o falta de luminosidad.

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