A cada tipo de piel (grasa, seca, mixta...) ¡soluciones específicas!

Saber a qué tipología pertenece la piel del rostro es imprescindible para satisfacer sus exigencias, elegir el tratamiento que precisa y mantener su belleza natural. Descúbrelo...

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Existen cinco tipologías diferentes de piel, puede ser grasa, mixta, seca, falsamente seca o irritable. Saber a qué tipología pertenece la piel del rostro es imprescindible para tratarla correctamente con los productos limpiadores, hidratantes o nutritivos específicos que mantendrán su belleza natural.

Autoanálisis facial

Recomendamos emplear un espejo de aumento para analizar la piel del rostro en profundidad.

Cutis graso

  • Presenta un aspecto brillante con poros dilatados.
  • Tendencia a la formación de granitos y puntos negros.
  • Graso al tacto.

Test práctico:

  1. Coloca en la frente un trozo de cinta adhesiva transparente durante unos segundos, después retira la cinta y pégala sobre una hoja de papel negra.
  2. Los puntos blancos que verás aparecer, evidenciarán la cantidad de sebo que secreta tu piel.

Cutis seco

  • Fino a la palpación y propenso a sufrir descamaciones.
  • Poros pequeños y apenas visibles.
  • Húmedo o seco al tacto.

Test práctico:

  1. Coloca un trozo de cinta adhesiva transparente esta vez sobre los pómulos y retírala transcurridos algunos segundos. Obsérvala al trasluz.
  2. Podrás valorar el grado de descamación y sequedad, ya que una cantidad importante de células residuales hará opaca la superficie de la cinta adhesiva y te indicará que tu piel es muy seca.

Cutis mixto

  • Presenta grasa sólo en la zona T (frente, nariz y barbilla).
  • Piel seca en el resto de áreas.

Cutis falsamente seco

  • Presenta las características del cutis graso (poros dilatados, granitos…)
  • Se descama con facilidad.
  • Seco al tacto.

Cutis irritable

  • La piel manifiesta intolerancias a productos cosméticos.
  • Tiende a presentar rojeces y sequedad, especialmente en párpados y mejillas.

Test práctico:

  1. En este caso se mojará la cabeza de un bastoncillo de algodón en vinagre y se apoyará cuidadosamente sobre la piel, sin efectuar demasiada presión y sin frotar.
  2. Transcurridos algunos minutos si se advierte sobre la zona un enrojecimiento, se tratará de un cutis irritable y sensible.

Soluciones específicas según tu tipo de piel

Identificado el tipo de piel, llega el momento de tratarla correctamente con los tratamientos y rituales de belleza que necesita.

Tratamiento cutis graso

  • Utiliza un limpiador suave, específico para cutis graso y con acción antiséptica.
  • La hidratante de día debe contener activos absorbentes del sebo.
  • Elige para la noche lociones purificantes que equilibren la producción de grasa, tales como las elaboradas a partir de ácido glicólico y/o aceite de jojoba.

Tratamiento cutis seco

  • Utiliza un limpiador suave con baja concentración de tensioactivos para evitar irritaciones.
  • La hidratante de día debe contener activos nutritivos tales como la vitamina E, aminoácidos, ácido láctico o elastina.
  • Elige para la noche cremas nutritivas a base de colágenos, elastina o ácido hialurónico.

Tratamiento cutis mixto

  • Utiliza un limpiador neutro muy suave.
  • La hidratante de día, ligera y de fácil absorción, no debe contener activos oclusivos como la vaselina.
  • Elige para la noche lociones específicas para pieles mixtas con acción reequilibrante.

Tratamiento cutis falsamente seco

Dada la complejidad del tratamiento para este tipo de cutis, debe personalizarse y recurrir a productos hipoalergénicos, siendo necesario en ocasiones acudir al dermatólogo o a un profesional estético que mediante técnicas de diagnóstico más profundas, valore el estado de la piel y prescriba el tratamiento más adecuado.

Tratamiento cutis irritable

  • Resulta difícil escoger los productos más adecuados debido a la escasa tolerancia a los cosméticos, no obstante, deben ser hipoalergénicos y muy suaves.
  • Resulta muy útil la orientación del especialista.