A cada tipo de piel (grasa, seca, mixta...) ¡soluciones específicas!
Saber a qué tipología pertenece la piel del rostro es imprescindible para satisfacer sus exigencias, elegir el tratamiento que precisa y mantener su belleza natural. Descúbrelo...
Existen cinco tipologías diferentes de piel, puede ser grasa, mixta, seca, falsamente seca o irritable. Saber a qué tipología pertenece la piel del rostro es imprescindible para tratarla correctamente con los productos limpiadores, hidratantes o nutritivos específicos que mantendrán su belleza natural.
Autoanálisis facial
Recomendamos emplear un espejo de aumento para analizar la piel del rostro en profundidad.
Cutis graso
Presenta un aspecto brillante con poros dilatados.
Tendencia a la formación de granitos y puntos negros.
Graso al tacto.
Test práctico:
Coloca en la frente un trozo de cinta adhesiva transparente durante unos segundos, después retira la cinta y pégala sobre una hoja de papel negra.
Los puntos blancos que verás aparecer, evidenciarán la cantidad de sebo que secreta tu piel.
Cutis seco
Fino a la palpación y propenso a sufrir descamaciones.
Poros pequeños y apenas visibles.
Húmedo o seco al tacto.
Test práctico:
Coloca un trozo de cinta adhesiva transparente esta vez sobre los pómulos y retírala transcurridos algunos segundos. Obsérvala al trasluz.
Podrás valorar el grado de descamación y sequedad, ya que una cantidad importante de células residuales hará opaca la superficie de la cinta adhesiva y te indicará que tu piel es muy seca.
Cutis mixto
Presenta grasa sólo en la zona T (frente, nariz y barbilla).
Piel seca en el resto de áreas.
Cutis falsamente seco
Presenta las características del cutis graso (poros dilatados, granitos…)
Se descama con facilidad.
Seco al tacto.
Cutis irritable
La piel manifiesta intolerancias a productos cosméticos.
Tiende a presentar rojeces y sequedad, especialmente en párpados y mejillas.
Test práctico:
En este caso se mojará la cabeza de un bastoncillo de algodón en vinagre y se apoyará cuidadosamente sobre la piel, sin efectuar demasiada presión y sin frotar.
Transcurridos algunos minutos si se advierte sobre la zona un enrojecimiento, se tratará de un cutis irritable y sensible.
Soluciones específicas según tu tipo de piel
Identificado el tipo de piel, llega el momento de tratarla correctamente con los tratamientos y rituales de belleza que necesita.
Tratamiento cutis graso
Utiliza un limpiador suave, específico para cutis graso y con acción antiséptica.
La hidratante de día debe contener activos absorbentes del sebo.
Elige para la noche lociones purificantes que equilibren la producción de grasa, tales como las elaboradas a partir de ácido glicólico y/o aceite de jojoba.
Tratamiento cutis seco
Utiliza un limpiador suave con baja concentración de tensioactivos para evitar irritaciones.
La hidratante de día debe contener activos nutritivos tales como la vitamina E, aminoácidos, ácido láctico o elastina.
Elige para la noche cremas nutritivas a base de colágenos, elastina o ácido hialurónico.
Tratamiento cutis mixto
Utiliza un limpiador neutro muy suave.
La hidratante de día, ligera y de fácil absorción, no debe contener activos oclusivos como la vaselina.
Elige para la noche lociones específicas para pieles mixtas con acción reequilibrante.
Tratamiento cutis falsamente seco
Dada la complejidad del tratamiento para este tipo de cutis, debe personalizarse y recurrir a productos hipoalergénicos, siendo necesario en ocasiones acudir al dermatólogo o a un profesional estético que mediante técnicas de diagnóstico más profundas, valore el estado de la piel y prescriba el tratamiento más adecuado.
Tratamiento cutis irritable
Resulta difícil escoger los productos más adecuados debido a la escasa tolerancia a los cosméticos, no obstante, deben ser hipoalergénicos y muy suaves.