Seguro que ya sabes que el Feng Shui es un arte oriental que asegura que la distribución de los muebles y los colores de cada habitación influye en el ambiente de ésta. Creando energía positiva, lograremos ser más felices y además también nosotros desprenderemos esa energía.
La traducción literal del Feng Shui es viento y agua y sirve tanto para decorar una habitación, como una casa o incluso una ciudad entera. Trabaja con el concepto del "chi", la energía vital, que es la esencia de la vida. Considera que son las distintas energías personales y de la naturaleza las que marcan el lugar que se ocupa en el universo. Así, el hombre debe ocuparse de mantener el equilibrio entre hombre y naturaleza.
Nacido en China, nos encontramos ante una disciplina que ha sido transmitida a lo largo de los siglos y, aunque en un principio pueda parecer sencilla, lo cierto es que nos encontramos ante una materia complicada que requiere mucho estudio para llegar a comprenderla por completo.
La vigencia y la llegada a Occidente de la cultura oriental ha lanzado a la fama el Feng Shui y son muchos los que tienen su casa amueblada y decorada bajo los principios de la disciplina puesto que se pretende armonizar la vida del hombre y la naturaleza.
El Feng Shui está basado en cinco elementos, antiguamente denominados las "cinco actividades": la tierra, el metal, el agua, la madera y el fuego:
Hemos de tener en cuenta también que los espejos son un elemento fundamental en la disciplina del Feng Shui. Es cierto que no hay un pensamiento unánime sobre el uso de los espejos, pero tiene muchas propiedades, puesto que crean un espacio añadido y reflejan la luz, por lo tanto pueden hacer que aumente una habitación pequeña o que haya más iluminación en una oscura.
Eso sí, la elección del tipo de espejo no puede ser a la ligera, y si dedicamos tiempo y esfuerzo para que nuestra casa esté perfectamente decorada, no podemos tirar todo ese trabajo eligiendo un espejo que mine las energías que fluyen por nuestro hogar.