Cuidarte durante el embarazo es fundamental para ti y para tu bebé y
la alimentación es una parte fundamental de esos cuidados si no quieres coger kilos innecesarios de los que te arrepentirás tras el parto. Necesitas vitaminas, minerales y nutrientes extras y no tienes por qué privarte de antojos o caprichos, lo único que tienes es que elegirlos bien.
Lo de "comer por dos" está totalmente superado y ya a nadie se le ocurre que una mujer embarazada deba ingerir cuanta más cantidad de comida, mejor. Los hábitos saludables son básicos para que nuestro organismo funcione correctamente en cualquier etapa de la vida pero durante el embarazo son imprescindibles.
Comer de todo y de forma equilibrada es la dieta más aconsejable para esos nueve meses (siempre teniendo en cuenta tu estado físico general y las indicaciones médicas).
Como norma habitual, debes intentar
huir de aquellos alimentos de bajo valor nutricional y que únicamente aportan grasas, calorías y azúcares como la bollería industrial, las golosinas, las galletas o las bolsas de patatas fritas y optar por aquellos que contienen los nutrientes que tú y tu bebé necesitáis: vitaminas, hidratos de carbono, acido fólico (fundamental), proteínas, etc.
No estás a dieta
Es absurdo e impensable que una mujer embarazada pueda estar a dieta, pero se puede caer en el caso contrario y no cuidarse lo necesario pensando en adelgazar tras el parto. Es difícil decir cuántos kilos extra son "razonables" en este periodo. Depende de las condiciones y características físicas de cada mujer pero,
por lo general, engordar más de diez kilos no es "achacable" al desarrollo del bebé sino a una alimentación inadecuada.
En la mayoría de los casos, los kilos que se cogen durante el embarazo son debidos a esa sensación de hambre que se produce con mayor frecuencia y que, por supuesto, hay que atender (¡cuidado con las náuseas y los mareos!). A media mañana o incluso al poco tiempo de merendar es normal que sientas que te apetece "algo". Ese es el momento de
buscar alternativas saludables y que resulten atractivas y sabrosas (una "triste" zanahoria pelada no puede ser siempre la única opción).
Algunas ideas
Hay muchísimas ideas para que puedas picar algo entre horas de manera sana, rica y nutritiva.
Fruta
Es una estupenda opción, pero puede llegar a resultar aburrida. Prueba por ejemplo a hacer un bol de
macedonia natural: plátanos, peras, fresas, manzanas, melocotones, cerezas… con almíbar (hierve ½ litro de agua, 4 cucharadas de azúcar, la cáscara de un limón y media tacita de vino blanco). Mezcla la fruta con el almíbar cuando éste se enfríe. Te durará varios días en la nevera y resultará un delicioso tentempié.
Mini sándwiches vegetales
Si te apetece algo más "contundente" ten hechos algunos
sándwiches con pan de molde integral. Puedes poner, por ejemplo, pechuga de pollo o pavo con lechuga y/o tomate. Para controlarte mejor divide el sándwich en cuatro triángulos y así comerás sólo uno o dos.
Queso y yogures descremados
El requesón y el queso fresco son tus aliados al igual que los yogures desnatados a los que puedes añadir fruta troceada o cereales para conseguir un mayor efecto saciante.
Cereales integrales
Te aportarán toda la fibra que necesita tu organismo y te darán la sensación de estar "llena". Hoy en el mercado
tienes una gran variedad de barritas y snaks para que elijas los cereales que más te gusten.
Brochetas variadas
Con un poco de imaginación puedes tener en la nevera preparadas
distintos tipos de brochetas combinando hortalizas, frutas y embutidos. Por ejemplo: un tomate cherry, un taquito de queso feta o mozzarela, otro tomate y un taquito de jamón york, insértalos en la brocheta, alíñala con aceite de oliva y orégano y verás cómo te apetece cuando la mires.
Frutos secos
Son muy saludables pese a su alto contenido calórico, por lo que
puedes tomarlos pero en pequeñas cantidades y no todos los días. Una buena idea es acompañarlos con algún líquido: infusiones, zumos naturales, etc.
Marisco
También con moderación (cuidado con el ácido úrico)
pueden ser para ti un aperitivo perfecto. Por ejemplo, unos mejillones o berberechos al vapor (hervidos en agua, con sal gorda, ½ cebolla, ½ limón y unas hojas de laurel).
Verduritas en tiras
Ideales para ese momento de ver la tele y "picotear algo".
Ten preparadas tiras de zanahoria, apio, pepino… y tómalas mojándolas en alguna salsa suave de queso o yogur, será como los "nachos" mexicanos pero con menos calorías.
Dos consejos
- Es importante que tengas estas recetas listas para tomar en cualquier momento porque de no ser así, en el momento del "ataque" de hambre, no tendrás paciencia para elaborarlas.
- Estás embarazada y es maravilloso. Si un día te apetece celebrarlo con la bolsa de patatas fritas más grasienta que encuentres o con un buen bollo rebosante de crema pastelera, no lo dudes, ¡hazlo! (sólo de vez en cuando).