El nacimiento de un bebé supone el inicio de una nueva etapa en la vida de sus padres. Y, por supuesto, también supone el fin del embarazo, unos meses de profundos cambios físicos para la madre. Durante la gestación, se producen alteraciones en el sistema endocrino, el metabolismo, el sistema inmunitario, los vasos sanguíneos... Y muchas de esas alteraciones se reflejan también en la piel de las embarazadas.
Las variaciones hormonales y fisiológicas propias del embarazo pueden provocar múltiples cambios en la piel, tales como tirantez, las temidas estrías, manchas, un aumento de vello o mayor sudoración. Otro de los síntomas frecuentes durante el embarazo es el picor que se produce por el estiramiento de la piel y que puede llegar a ser muy molesto en algunas mujeres. Y es que durante estos meses la piel puede llegar a estirarse hasta 10 veces más que su tamaño normal. Pero, también pueden aparecer otras molestias en la piel debidas a los cambios hormonales y el aumento de volumen. Estas son algunas de ellas:
El picor es un síntoma que se calcula padecen un 20% de las mujeres embarazadas y aparece en especial en el tercer trimestre de gestación. Suele localizarse con mayor intensidad en el vientre y la parte alta de las caderas cuando la piel se está estirando. También puede tener un origen hormonal, pues el aumento de estrógenos hace que la piel pique. En verano, estos picores pueden ser especialmente molestos.
Hay varios motivos por los que pueden aparecer picores. Se pueden deber a algún tipo de dermatitis, a la diabetes gestacional o a un problema en el hígado, como la colestasis intrahepática. En concreto, esta dolencia es una alteración del hígado y la bilis que se produce en el 70% de los embarazos durante el tercer trimestre. Aparece por el aumento de las hormonas femeninas (estrógenos y progesterona) que intervienen en la secreción de la bilis. Puede producir un picor intenso, especialmente por la noche.
Si los picores son muy constantes, conviene acudir al ginecólogo, para descartar que sean un síntoma de un problema más severo.
Suelen aparecer en madres primerizas durante el tercer trimestre y son una especie de bultos rojizos que producen mucho picor. Se sitúan normalmente en el inicio del abdomen y pueden salir también en los glúteos, las piernas, los brazos y la cara. Duran unas 6 semanas y pueden reaparecer después de dar a luz. Sin embargo, no suelen salir en embarazos posteriores, ni suponen un riesgo para la madre o el niño.
Durante los nueve meses de embarazo el cuerpo cambia constantemente, y la piel, frente a todas estas alteraciones se sensibiliza notablemente. La aparición de estrías es una de las secuelas más frecuentes del embarazo, y es que, debido al estiramiento que se produce en tu piel, es frecuente que se produzcan pequeñas roturas de las fibras elásticas, es decir, las pequeñas estrías o también denominadas líneas albicantes. Hasta 8 de cada 10 embarazadas pueden tener estrías a partir del tercer trimestre.
Las estrías son líneas parecidas a cicatrices; cuando son recientes, tienen un color rosado violáceo, pero se vuelven blancas con el paso del tiempo. Se forman como consecuencia del aumento del volumen corporal. En ese caso, suelen aparecer en la parte baja del abdomen, las caderas, el ombligo, las axilas o el pecho.
Durante el embarazo pueden ocurrir otros cambios en la piel relacionados con la pigmentación. Por ejemplo, el melasma, que implica cambios en la distribución de la melanina en nuestra piel, con lo que aparecen manchas de color marrón en zonas expuestas a la luz solar. Se debe a una hiperproducción desordenada de melanina por parte de los melanocitos, las células que producen este pigmento natural de nuestra piel. Según datos de la SEGO (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia), el 75% de las mujeres lo sufren durante la segunda mitad del embarazo.
Otra alteración también relacionada con la pigmentación es la cutis marmorata. Consiste en la aparición de zonas azuladas o moteadas, normalmente en las extremidades inferiores. Se produce por exposición al frío y suele desaparecer en el postparto.
Proteger la piel durante el embarazo no es difícil, pero debes ser constante en su cuidado. Ficha los mejores consejos para evitar alteraciones dérmicas o, si ya han aparecido, para que sean menos molestas:
El organismo necesita una mayor cantidad de vitaminas y minerales, por lo que hay que consumir más frutas y hortalizas. También es recomendable tomar pescado 3 o 4 veces a la semana, para obtener ácidos grasos omega-3. El café o el té aumentan el nerviosismo y pueden incrementar los picores, evítalos. Como último consejo: reducir la sal y la toma de alimentos fritos, muy grasos o con mucho azúcar.
La cantidad recomendada es de 2 litros aproximadamente (entre 8 y 10 vasos). No obstante, los alimentos también aportan agua, por lo que no siempre hará falta beber toda esa cantidad.
Mantener la hidratación de la piel es indispensable para evitar posibles molestias. Es importante no limitarse a cuidar solo la zona del vientre, sino también los brazos, las piernas, el pecho... Durante los meses de gestación, la piel de todo el cuerpo necesitará estar flexible y sana. En especial, a partir del tercer mes de embarazo, debes hidratar la piel en profundidad dos veces al día (mañana y noche). Escoge lociones hidratantes que incluyan, por ejemplo, extracto de centella asiática, glicerina, manteca de karité, aloe vera o aceite de rosa mosqueta. Los anteriores ingredientes están presentes en las cremas que los dermatólogos recomiendan para las mujeres embarazadas o en tratamientos de pérdida de peso, para evitar las temidas estrías. Aplícalas siempre con movimientos circulares y ascendentes hasta su completa absorción. Incide especialmente en las zonas más conflictivas como los muslos, caderas y glúteos.
El pecho es otra de las zonas preferidas para las estrías durante el embarazo. Asegúrate de aplicar a diario una crema hidratante específica para esta zona tan delicada.
Además, es fundamental aplicar protección solar con factores altos o muy altos, para evitar las señales que dejan los rayos UV del sol en una piel especialmente sensible durante esta etapa, por los citados factores hormonales.
Hay ciertos alimentos e ingredientes naturales muy beneficiosos para la piel. Se pueden utilizar para complementar la labor de cremas y lociones hidratantes. Una mascarilla casera que incluya aloe vera, camomila, caléndula o avena puede ayudar a calmar los picores. Por su parte, el aceite de oliva, la clara de huevo o el zumo de limón pueden ayudar a atenuar las estrías.
A continuación, te ofrecemos una receta casera de crema hidratante antiestrías basada en avena, aloe vera y rosa mosqueta que deberás aplicar por la mañana y por la noche, con movimientos circulares. ¡Toma nota!
Necesitas:
Preparación:
Hay que intentar aguantar los picores para no agravar la irritación. A veces ayuda presionar sobre la zona con picor en lugar de rascarse. También las cremas hidratantes y con algunos agentes calmantes de origen natural como el mentol, el aloe vera o la camomila pueden ayudar.
Es preferible escoger ropa ancha, que permita la transpiración y no provoque roces. Las prendas de algodón no se adhieren a la piel, y son mejor toleradas por las pieles sensibles que otros textiles con lycra o fibras sintéticas, por lo que son una de las mejores opciones.
Siempre que sea posible, utiliza ropa de tejidos naturales como algodón o lino. Los tejidos sintéticos pueden ser irritantes y dificultan la transpiración de la piel, favoreciendo el picor y la aparición de granitos.
Durante la gestación, es recomendable evitar los baños o las duchas muy calientes para no resecar la piel en exceso. A su vez, la humedad eleva el riesgo de erupciones y otras irritaciones, sobre todo en pieles sensibles, de manera que no se recomienda prolongar la ducha o el baño.
Para evitar los picores, coloca recipientes con agua o humidificadores en las habitaciones de la casa. Las plantas también te ayudarán a mantener la humedad en el hogar, combatiendo así la deshidratación de la piel.
Una o dos veces a la semana es recomendable exfoliar suavemente todo el cuerpo. Este paso favorece la regeneración celular, lo que ayudará a que las estrías se atenúen.
Hay que elegir agua tibia para el baño o la ducha, así como geles o jabones suaves y con un pH neutro. Para la zona de las axilas y la zona íntima, es muy recomendable utilizar una pastilla de jabón. Concluido el baño, seca la piel suavemente mediante pequeños toquecitos, sin frotar, o envuélvete en un albornoz que seque tu piel naturalmente.
También se deben evitar los detergentes o suavizantes para la ropa muy agresivos que puedan crear más picores.
Por último, si haces ejercicio procura que sea moderado, porque de lo contrario acentuarás más la elasticidad de las estrías, y por ahora no es aconsejable que te sometas a ningún estiramiento forzado.
Como ya hemos comentado, la piel sufre grandes cambios durante el embarazo y hay que estar preparadas para sobrellevarlos. Algunos sólo son pasajeros, como los picores, que suelen responder bien a los tratamientos tópicos con cremas muy hidratantes, desapareciendo tras el parto, pero otros pueden ser persistentes y muy antiestéticos si no se cuida bien la piel durante estos meses, como son las famosas y temidas estrías. Sigue fielmente los anteriores consejos y verás que será mucho más fácil lidiar con esas molestias para que puedas centrarte en la maravillosa experiencia del embarazo.