Con el paso de los años las mujeres han dejado atrás sus complejos, miedos y vergüenzas para modernizarse, y tener la misma libertad, o incluso más, que el sexo masculino. La masturbación femenina siempre ha sido un tema tabú entre las mujeres, al contrario que la masculina, de la que hablan sin problema, e incluso, alardeando. ¡Fuera complejos, chicas! Conocernos a nosotras mismas es una gran ventaja para después, poder disfrutar del sexo con la pareja.
La masturbación en las mujeres no solo es una herramienta para darnos placer, también es una forma de explorarse a una misma y conocerse en profundidad. Saber qué nos gusta, qué nos excita o qué nos horripila, solo lo podemos averiguar de una manera: explorando. Conviértete en la mejor experta de la materia y realiza a fondo una tesis sobre ti misma.
¿Estás preparada para disfrutar del autoplacer más satisfactorio? Si no tienes chico, o no está disponible en el momento que lo necesitas… te enseñamos a llegar al clímax tú sola. ¡Atrévete y entrégate al gozo más placentero! Te desvelamos los trucos para autoexplorarte de la forma más adecuada y… ¡poder alcanzar cotas de placer inigualables!
Al igual que cuando estás con tu chico necesitas ponerte a tono, cuando estás tú sola, debes hacer lo mismo. Si no te gusta que él vaya directamente a excitar tus zonas erógenas cuando no estas lo suficientemente estimulada, tú no hagas lo mismo. Es necesario excitarte previamente y calentar todas las partes de tu cuerpo, sin "ir directamente al grano".
¿Ya conoces cuáles son las zonas que te proporcionan máxima excitación? Es fácil. Para ello debes conocer bien tu cuerpo, explóralo, ponte delante de un espejo desnuda, mírate y comprueba los cambios que experimentas, tanto físicos como psíquicos. Aunque estas zonas dependerán de cada mujer, los pechos, en especial los pezones; el clítoris; el cuello; los labios... son las principales fuentes de placer.
Estas zonas deberán ser tocadas de forma que alcancemos grandes sensaciones para llegar al orgasmo. Agarra tus pechos, frota los pezones, primero con suavidad y aumentando la intensidad a tu ritmo (verás como se ponen mucho más duros), acaricia el clítoris con tus manos y dedos en diversos movimientos e introduce los dedos en la vagina, con ello aumentamos, poco a poco, nuestra sensibilidad.
Un buen comienzo podría ser presionar con suavidad, pero firmemente, el monte de Venus. Esta zona es muy sensible y sentirás un escalofrío instantáneo en cuanto lo masajees un poco. A continuación puedes poner tu mano, semicerrada, sobre la vulva y presionar de forma intermitente.
Después se puede acariciar suavemente los labios mayores, hasta llegar a los inferiores: no te quedes solo en la superficie, no gozarás de la misma forma que si lo exploras todo.
Finalmente, te centrarás en estimular tu clítoris, que te esperará más que ansioso bajo la capucha que lo cubre. Un truco: puedes tirar ligeramente hacia arriba del vello púbico para provocar que el clítoris abandone su escondite con mayor facilidad.
¡Déjate llevar y aplica la imaginación para tocarte como más reconfortante te resulte! Si lubricas poco, puede ser que la vagina esté algo seca y no facilite la penetración de los dedos. Es hora de lubricarla, mójala con agua, algún gel especial o simplemente con tu propia saliva. Verás que al mojarse se mezcla con tu flujo vaginal y todo es mucho mejor, los dedos se deslizarán con mayor facilidad.
Hay mujeres que todavía no lo han encontrado. No es imprescindible llegar a él para la masturbación femenina, pero puede ser un estímulo más cuando ya estamos acostumbradas para llegar a un orgasmo e, incluso, multiorgasmo, total.
Lo encontramos en la pared interior de la vagina y en el curso de la uretra, concretamente en la parte posterior del hueso púbico y la zona superior al cérvix. Su tamaño varía dependiendo de cada mujer, pero mide más o menos como una moneda de tipo mediano. Llegaremos a él a través de los dedos, notarás una zona redonda (como un pequeño botón), y debe ser tocado con movimientos circulares muy suaves.
Cuando mantienes relaciones con tu pareja, hay posturas sexuales que favorecen el estímulo de tus zonas erógenas, ¿verdad? Pues lo mismo ocurre cuando te das placer tú solita. Puedes probar varias posiciones hasta dar con la que te resulte más placentera: boca abajo, sentada, boca arriba… ¡Todo vale para alcanzar el clímax!
A la mayoría de las mujeres le es suficiente con esto, pero si eres de las que les cuesta llegar al orgasmo… ¡no te preocupes! Puedes proporcionarte cierta ayuda para alcanzarlo. Además de los citados lubricantes, puedes utilizar vibradores, bolas chinas o, incluso, chorros de agua. ¡Prueba a tocarte en la ducha!
Muchas mujeres utilizan juguetes sexuales para masturbarse. Es otra manera de hacerlo donde podemos llegar a estados más placenteros. Sólo tienes que probarlo, seguro que lo pasas bien. Los más conocidos son los consoladores para la vagina. Suelen ser de diferentes materiales, colores, formas y, sobre todo, tamaño. Los vibradores son geniales porque vibran al apretar un botón y las sensaciones son inimaginables.
Los estimuladores de clítoris son la última moda. Algunos de estos juguetes hacen la doble función, de forma que podemos introducirlos en la vagina y a la vez tienen una lengüeta que estimula el clítoris.
Recuerda adquirir estos juguetes siempre en lugares homologados, y que hayan pasado sus estrictos controles de calidad. ¡Seguro que repites!
A la hora de masturbarnos, sea por nosotras mismas o por nuestra pareja, hemos de crear un ambiente de relax. Elige el que mejor te vaya: la cama, el sofá, el suelo, la bañera... relájate y dale rienda suelta a la imaginación con aquello que te guste más para llegar al clímax mientras vas tocando tus partes erógenas.
Vístete de forma sexy si lo crees necesario, quédate en ropa interior mientras las vas quitando poco a poco o desnúdate del todo. Puedes ayudarte también de música de fondo, de luz tenue, de velas, aromas a flores... hay muchas posibilidades.
Junta tus piernas fuertemente y contrae y relaja los músculos pubococcígeos intermitentemente. Cuando estés a punto de dejarte llevar por el regocijo, introduce tus dedos en la vagina y presiona el punto G con suaves toques… ¡Te volverás loca!
Descúbrete a ti misma y el placer que puedes ser capaz de otorgarte. ¡No te arrepentirás!
¡Conócete a ti misma para, después, disfrutar con tu pareja!
Puedes ayudarte de lubricante o vibradores para disfrutar de una buena masturbación.