Recetas de miedo en Halloween

Anímate a preparar con ayuda de los más pequeños de la casa un menú terrorífico. Aquí tienes unas cuantas ideas originales que harán las delicias de pequeños y mayores.

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Es un momento perfecto para que los niños se adentren en los misterios de la cocina haciendo platos sencillos y divertidos. No necesitas complicarte demasiado. Con los ingredientes que tienes a mano y un poco de imaginación podréis elaborar riquísimas pócimas y hechizos además de pasar un rato inolvidable. Ojos ensangrentados, sopas putrefactas, dedos recién cortados… un menú irresistible y sorprendente para esa merienda cena tan especial en la que podéis incluir por ejemplo:

Dedos de bruja

Un clásico del que existen múltiples versiones. La más sencilla consiste en freír unas salchichas tipo Frankfurt, cortando un trocito de uno de sus extremos donde colocaréis el ketchup a modo de sangre que sale a borbotones. No olvides poner en el otro extremo la uña, que puede ser una almendra, una pasa o incluso un trocito de aceituna dándole la forma. Si quieres "vendar el dedo", puedes envolver la salchicha con unas tiras de queso y para colmo de realismo, hacer que salga de debajo de ellas un poco de pus supurante (mostaza).

Los "encantadores" dedos también pueden estar hechos con masa de hojaldre (puedes comprar las láminas y darle la forma enrollándola en la salchicha).

Huevo fantasma

Un simple huevo hervido (duro) puede convertirse en un simpático fantasma si lo partes por la mitad (horizontalmente) y colocas, entre ambas mitades, una rodaja de tomate de la que chorrearán dos hilos de mayonesa a modo de terroríficos colmillos (unta toda la rodaja y deja caer dos "estalactitas"). Adorna la cara del fantasma con dos mini rodajas de aceitunas negras (ojos), un cuadradito de zanahoria (nariz) y un poquito de perejil en la parte superior (pelo).

Para que el fantasma se mantenga de pie tendrás que cortar un extremo de la parte inferior para conseguir una base plana.

Bizcochitos monstruosos

Con esta sencilla receta puedes hacer un simple bizcocho, pero si colocas la masa en moldes divertidos (con forma de calavera, murciélago, calabaza, fantasma), serán perfectos para una merienda que les encantará.

Necesitaréis:
  • 1 yogur natural (el vasito será la medida para el resto de ingredientes).
  • 1 vasito (el del yogur) de aceite / 3 de harina / 2 de azúcar.
  • Ralladura de la cáscara de 1 limón.
  • 3 huevos.
  • Medio vasito de anís u otro licor dulce (optativo).
Fríe unos minutos la ralladura de limón en el aceite. Cuando se enfríe, mezcla el aceite, la ralladura de limón y el yogur. Añade la harina, el azúcar y los huevos batidos y consigue una masa homogénea con batidora. Por último añade (optativo) el licor. Cuando la masa esté lista viértela en los moldes "temáticos" (en estas fechas puedes encontrarlos en grades almacenes y tiendas especializadas en complementos del hogar). Hornéala de 30-40 minutos a una temperatura de 170º.
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Tomates rellenos

Más fáciles de comer que una calabaza e igualmente simpáticos. Coged un tomate de ensalada y con ayuda de un cuchillo bien afilado (mejor cutter), separad la tapa haciendo cortes en zig-zag (igual que los cortes de la típicas calabazas). Además, haced dos triángulos que serán los ojos del tomate y otra línea zigzagueante como boca. Vaciad el interior y rellenadlo de ensaladilla rusa y veréis que rico, sano y original.

Pizza Momia

Pizzas o minipizzas son siempre garantía de éxito en una fiesta o cena infantil, para darles un toque especial en la noche de brujas podéis preparar vosotros una muy divertida. Pon en la base de pizza una capa de tomate frito (o natural), cúbrela con queso especial para pizza y añade vuestros ingredientes favoritos, dejando un hueco central para formar la cara de la momia con ayuda, por ejemplo, de aceitunas para los ojos y pepinillos para la nariz. A continuación "venda" la pizza con tiras de queso suficientemente separadas unas de otras para que formen bandas (sin pegarse) y lleva al horno unos 10-15 minutos (procurando mantener la forma de las tiras).

Ojos flotantes

Facilísimo e impactante. En un plato con natillas (caseras o elaboradas) coloca unas uvas en las que previamente habréis insertado una pepita de chocolate. Parecerá un ojo que flota en la dulce sopa. Otra posibilidad es introducir una bolita de helado de chocolate blanco, también con pepita de chocolate o con una pequeña gominola. Para un mayor horror añade un chorretón de sirope de fresa en los ojos para una apariencia sanguinolenta. Si a los peques les gusta más, puedes sustituir las natillas por "viscosa" gelatina.

Arañitas

Complemento perfecto al postre anterior. Coged unas galletas rellenas de crema (o dos galletas maría untadas de crema de chocolate) y añadid, entre las dos tapas, unos palitos de chocolate o regaliz (a modo de patitas). Con dos gotas de caramelo o leche condensada tendréis los ojos de la dulce arañita, y listo.
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