Muffins: aprende a prepararlos y ¡date un capricho!

Su aspecto nos recuerda a una magdalena gigante pero su sabor guarda diferencias. De origen inglés, los muffins conseguirán hacer disfrutar a toda la familia en desayunos y meriendas. ¿Te animas a prepararlos?

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Parece que desde que Carrie Bradshaw, protagonista de Sexo en Nueva York se paseara por la ciudad devorando estas magdalenas, la fiebre del muffin se ha apoderado de nuestro país. Pero este apetitoso producto de repostería, ni es una magdalena, ni ha sido inventado por la televisión.

De hecho, el origen de este alimento lo encontramos en Inglaterra, donde se encuentra en recetas datadas de 1703, consumiéndose sobre todo en desayunos o como tentempié. Poco a poco se fueron ampliando las variedades con sabores a fruta fresca o seca, chocolate, etc. Ya en la década de los 50 se podían adquirir en paquetes de varias unidades en cafeterías y tiendas de alimentación.
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Pero tenemos algo que dejar claro si has decidido apuntarte a la moda muffin: no son magdalenas, ya que aunque de aspecto y textura sean similares, el muffin tiene sabor a bizcocho, mientras que la magdalena es más dulce y avainillada. El muffin es un poco más seco y se caracteriza por llevar diferente decoración de diversas texturas y sabores sobre ellos. Así, el aspecto es mucho más apetitoso, el sabor más excitante y su elaboración más creativa y divertida.

La base del muffin es dulce y se cocina en moldes al horno, lo que le deja esa forma característica de hongo. La parte de abajo suele estar cubierta con el papel especial típico de repostería y su tamaño suele ser algo mayor al de nuestras famosas magdalenas, las cuales nos siguen acompañando en muchas ocasiones en nuestros desayunos.

Receta base

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Si estás decidida a elaborar tú misma esta vistosa y nutritiva creación de la repostería, ficha esta sencilla receta de muffin que sirve como masa básica, para luego poder elaborar estos bollitos con los sabores que más te gusten. Puedes añadirles frutos secos, coco rallado, galletas, frutas en pedacitos, chocolate y un sinfín de complementos para hacer de este postre una auténtica delicia al paladar, ¡el límite lo pone tu imaginación! ¿Te animas?

Para elaborar aproximadamente 12 muffins, necesitaremos:
  • 250 gramos de harina para repostería
  • ½ cucharadita de levadura para que los muffins crezcan en el horno
  • 150 gramos de azúcar
  • 1 huevo
  • 250 ml de leche (una taza aproximadamente)
  • 60 ml de aceite, que no sea de oliva ya que deja un sabor demasiado fuerte y característico
Preparación:

1. Precalentar el horno a temperatura alta (unos 200º son suficientes), 15 minutos antes de introducir los moldes.

2. Mezclar en un bol: la harina, la levadura y el azúcar, y una vez mezclado dejar un pequeño agujero en medio.

3. Batir por separado el huevo y mezclarlo con el aceite y la leche.

4. Verter esta segunda mezcla despacio en el agujero central del bol donde ya tenemos mezclada la harina, levadura y azúcar, e ir mezclando con cuidado (no se trata de batir enérgicamente, sino de ligar la mezcla). No es necesario que quede una masa fina, puede ser que nos queden algunos grumitos que no afectarán el resultado final.

5. Si queremos darle un sabor diferente, es el momento de incluir el chocolate en trocitos, la galleta, frutos secos o aquello que más nos apetezca.

6. Verter la mezcla en los moldes después de haberlos untado previamente con un poco de aceite para que la masa no se pegue. Si queremos unos muffins grandotes, llenamos los moldes hasta más de la mitad.

7. Llevar al horno cerca de 25 minutos, sin abrirlo al menos durante los primeros 15 minutos de cocción. Cuando abramos, podemos cerciorarnos de que están hechos si les introducimos un palillo y éste sale seco.

Ya sólo hay que decidir si comerlo calentito, dejarlo enfriar y disfrutarlo para desayunar o como tentempié, solo o acompañado de mermelada, miel, sirope… ¡y a disfrutar!
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