
El doctor Iván Malagón nos habla de los problemas que puede acarrear el colocar un piercing en la lengua: "Lo primero que hay que considerar es que la boca es un lugar atestado de bacterias que entran al comer, beber, fumar o mordisquear objetos extraños. Así que hay que ser muy cuidadosos cuando decidimos realizar cualquier intervención en ese lugar".
Según un estudio realizado en 2011 por la Universidad Médica de Innsbruck, de 80 bacterias vinculadas a enfermedades bucales, 67 se habían acumulado en los pernos de acero inoxidable, muchas de ellas asociadas a bacilos que originaban problemas en todo el cuerpo, incluso en el cerebro o el corazón.
"Además -continúa el doctor- anillar la lengua, los labios o las mejillas puede producir alteraciones como traumatismos dentales, la retracción de las encías por el roce del adorno, hiperplasia tisular (en la zona donde se inserta el adorno el tejido crece demasiado llegando a causar fibrosis), atragantamiento si la bolita se desenrosca, desgarros o reacciones alérgicas".
Por ello, antes de realizarse un piercing en la boca hay que conocer bien todo lo relacionado con el mundo del piercing: edad de autorización, materiales empleados y cuidados básicos.
La conclusión es clara: se debería crear una legislación más restrictiva para el piercing oral que para el del resto del cuerpo y se debería informar a los jóvenes de los numerosos riesgos que tiene esta moda.
Famosas como Bebe, Drew Barrymore o Angy Fernández lo lucen pero por imitarlas no podemos pasar por alto el cuidado que se merecen las encías y dientes cuando nos decidimos por un piercing en la boca.